Feliz Navidad…

¿Feliz navidad?… ¿navidad? Todos se llenan la boca hablando de que debería ser una festividad para pasarla en familia y, para los creyentes, además una fecha para celebrar la llegada de Jesús para revolucionar su era, pero hemos transformado esta fecha en una gran contradicción.

Vamos al retail y les llenamos las manos de dinero a los mismos ladrones que hoy están siendo condenados por colusión, y da lo mismo ser hipócrita, porque tenemos el gran lema de “la navidad es para los niños”. ¿Para enseñarles qué? ¿Para enseñarles el afán de comprar el regalo más caro, cuando se demorará 2 semanas en romperlo o aburrirse  de él, y el padre  se pasará un año pagando el flamante regalo?

No es una época de paz y amor; es una guerra campal para encontrar estacionamiento, la que no se compara a la carnicería en el mall por ganarse el último regalo en stock.

Tenemos una festividad de egoísmo, porque el materialismo eso es: buscar lo que yo quiero, o que me compren lo que yo quiero, da lo mismo como se consiga.

¿Para qué darles regalos caros a los niños? No digo que sea malo, pero si la respuesta es “para hacerle feliz”, es una muy pobre definición de la felicidad… ¿Para qué hacer más regalos de los que deberías? ¿Para quedar bien?

Tal vez si cambiáramos el egoísmo (el querer recibir), por el dar, y no lo digo en el sentido canutoide o conservador del dar, sino que en el sentido real… dar un abrazo, un te quiero… un gracias… dejar que los regalos pasen a segundo plano, porque te aseguro que a los niños les durará más el recuerdo de cómo lo paso en familia, que el juguete que le des.

Con mi familia llevamos unos años celebrando la navidad de manera más austera, y ha sido bueno. Si me preguntan si se pasa mejor: si, señores. Hoy son gratas noches en familia, sin cuotas, un tiempo para gracias por la vida, por la salud. Estoy seguro que serán gratos recuerdos para los niños cuando ellos sean padres y deban enseñarles a sus hijos, qué es la Navidad.

Estimados lectores de elquintopoder…. Feliz Navidad.

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Foto: premier-photo / Licencia CC

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David Huito Valdenegro

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