Desde la derecha nos dicen que el problema no es la desigualdad, sino que la pobreza. Los gurúes de la derecha, desde sus think tanks, insisten una y otra vez en ello. Debemos golpearnos con el morro de Arica en el pecho su preocupación actual por la pobreza, porque en el pasado ni siquiera lo veían como un problema. Basta remontarnos a los tiempos de los latifundios o de las minas en el norte. Podían estar rodeados de pobreza y ni se arrugaban.
Mi tesis es que ambos fenómenos no son independientes, no se trata de lo uno o lo otro, sino que de uno y lo otro. No estamos hablando de la desigualdad natural, propia de la realidad en la que somos distintos, en potencialidades, capacidades; estamos hablando de la desigualdad de ingresos, de accesos, de oportunidades, de trabajos, de las que emergen de las injusticias en que incurrimos.
Hace poco conversaba con un querido primo derechista a más no poder y le hacía ver que con el modelito de sociedad que tenemos nos vamos derecho al abismo. Le citaba el caso del grueso de los trabajadores que gana menos de $ 500,000 mensuales (unos US$ 700), en condiciones precarias y sin contrato, con trabajos tipo chatarra, amenazados en todo momento con perder su trabajo, sin poder de negociación alguno, viviendo endeudados y hacinados. Agregaba después al grueso de los pensionados, cuyas miserables pensiones se agudizan en un contexto de libre mercado donde todo tiene su precio y que buscan amortiguarse a punta de bonos invierno, marzo, fiestas patrias, fin de año, arriendo u otros. La convivencia de esta realidad la contrastaba con aquella vergonzosa opulencia en que nadan unos pocos -el 0,1% más rico de la población- sin el menor escrúpulo. Este 0,1%, que está constituido por unas 10,000 personas, concentra casi el 20% del ingreso total, lo que les permite percibir ingresos que superan los 15 millones de pesos mensuales. Esta cifra supera en más de 50 veces el ingreso o la pensión mínima. Si consideramos que crecimos y fuimos educados bajo la máxima de que te ganarás el pan con el sudor de tu frente, cabe preguntarse si existe tal disparidad del valor del trabajo, de “productividad”: ¿el trabajo de un empresario, de un ejecutivo de alto nivel vale tanto más? ¿La sudan tanto más que los trabajadores de la tierra, de las minas, del comercio, de los choferes, de los profesionales? ¿Hemos pasado a ser trabajadores chatarra que no valemos nada?
Luego de escucharme, paciente y atentamente, mi primo dijo que yo estaba equivocado, que no íbamos al abismo, que muy por el contrario, si seguíamos por el camino de este modelito, consolidándolo, profundizándolo, llegaríamos a la tierra prometida, el ansiado desarrollo. Me concentré para escucharlo con atención dado mi precario y desgastado oído. Rodolfo ¿has visto cómo están las carreteras? ¿La cantidad de gente que anda en automóvil? ¿Cómo están de llenos los aeropuertos? ¿Cómo está viajando gente que nunca antes se había subido a un avión? Cuando hay un fin de semana largo la cuarta parte de Santiago sale disparada: ¿habías visto esto antes? ¿Has visto cómo están de llenos los restaurantes los fines de semana? Remató afirmando que los jóvenes están carreteando más que nunca, la esperanza de vida de los chilenos se eleva a magnitudes nunca vistas en la historia del país; nunca antes tantos jóvenes están estudiando en las universidades. Este país está en movimiento gracias al modelito, no al gobierno, más bien, a pesar del gobierno. Por eso, terminando su filípica, este primo sostuvo enfáticamente que lo que tenemos que hacer es consolidar, profundizar el modelito y dejar de preocuparnos de la desigualdad. Lo que importa es salir de la pobreza, y de hecho está saliendo. Nuestra pobreza era congénita, dura, alta, y ahora está en retirada. La desigualdad es lo de menos.
...mi primo dijo que yo estaba equivocado, que no íbamos al abismo, que muy por el contrario, si seguíamos por el camino de este modelito, consolidándolo, profundizándolo, llegaríamos a la tierra prometida, el ansiado desarrollo.
Iba a responderle, pero mi primo tenía que irse, y eso que no pertenece al 0,1% ni al 1% de quienes tienen los más altos ingresos en este país. ¿Dónde está la trampa?
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Fernando Lopez Ramos
Jose Luis, creo que hay que hacer una diferencia, si bien es cierto no estamos como en el pais mas pobre, si estamos en un pais mas injusto. Crecimiento y equidad no siempre van por la misma vereda. A modo de ejemplo ilustrativo, si bien es cierto todos se pueden comprar una coca cola ahora, solo algunos acceden a la de tres litros; si una gran porcion accediera a la de 1,5 litros, diria que hay equidad, lamentablemente es que la mayoria ahora solo aspira al tarro y nada mas. Entonces en semantica, si todos acceden a la coca cola, pero no esta bien distribuida. No es solo con la billetera que se mide, la desigualdad en la Justicia, educacion, salud, pensiones, etc son claramente visibles. Estamo yo creo frente a una de las nuevas leyes de «La rebelion en la granja» de Orwell, donde al inicio decia » Todos los animales son iguales» y al correr de la historia cambio a » Todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros”. Claramente al inicio, como nos paso a los chilenos, creiamos que al fin tendriamos la opcion de obtener la democracia y bogar por la igualdad, pero parecen que los gobernantes leyeron el libro antes que nosotros, y llegaron a la ultima maxima de una vez » somos todos iguales, pero algunos mas iguales que otros.»
JLuisSilva
Fernando si, hay muchas diferencias y algunas muy grandes, además el crecimiento aumenta las diferencias, es matemático. Pero el modelo ha sido un avance porque la diferencia entre los 3 litros y los 1,5 de cocacola aparentemente es mayor por matemática que la diferencia de antes entre 750 gramos y cero gramos. Pero esta ultima diferencia era muchos mas abismante socialmente. ¿Me entiendes? Obvio que todos los numeros apuntan al incremento de las diferencias, pero los números, sólo los números, porque las personas sí tienen menos diferencias unas de otras. Yo hablo de personas, de barreras entre las personas, eso claramente ha sido un avance. Y las ideologias que hacen alarde subrayando las diferencias entre las personas sólo les queda reducir las diferencias sociales a contar billetes en las billeteras, sólo eso porque ántes del modelo sí tenian argumentos astronómicos por diferencias sociales, no esta de una coca de 1,5 frente a otra de 3. Te recomiendo guglear lo que ha sido la movilidad social al aplicar el modelo, eso si es un testimonio objetivo.
rodolfoschmal
Curiosamente el nivel de tolerancia a las diferencias ha aumentado y disminuido al mismo tiempo. Por un lado hay una tendencia hacia una mayor tolerancia hacia la diversidad de las personas, entre unos y otros, entre nativos e inmigrantes, entre personas de distintas razas, etc.; por otro lado hay una menor tolerancia a las diferencias motivadas por injusticias, como son las pensiones miserables, las diferencias educacionales entre unos y otros, las diferencias salariales por motivos que nada tienen que ver con el esfuerzo, por la justicia para pobres y otra para los de cuello blanco, por la comida chatarra para unos y la comida gourmet para otros dependiendo del tamaño del bolsillo, tamaño que no depende tanto del trabajo sino de la sinvergüenzura.
JLuisSilva
Pero Rodolfo, usted sí tiene la edad para acordarse que antes era muchísimo peór, era realmente espantoso porque las diferencias sí eran abismantes, no era cuestión de que unos tenían mas plata que otros, era mucho peór porque habian unas pocas casas de ricos y millones vivendo en callampas. Ahora hay mucho mas diferencias en las billeteras, eso es cierto, pero el acceso a bienes y servicios es prácticamente el mismo, unos podran comprar zapatillas de marca y otros nó pero nadie anda a pata pelá como antes. Ahora muchos pueden viajar por europa todos los años pero no se ven tan distintos ni viven tan distinto de los que no lo hacen. Antes para la mayoria era prohibitivo hacer algo que hicieran los ricos, ahora no hay esas barreras de antes, porque las diferencia son sutiles y todos tenemos prácticamente las mismas cosas, ¿Cómo no va a ser mas justo? No hay trampa en esto, es lógico que los ingresos distintos se hagan mas distantes al crecer
El sistema ha logrado que todos vivan mucho mejor y tengan acceso prácticamente a lo mismo, la trampa quizá hay que buscarla en otro lado:¿Por qué esta fijación de descalificar el sistema neoliberal sólo por la desigualdad en las billeteras sabiendo que asegura mas bienestar para todos y derriba mas barreras entre todos? ¿porque esta odiosidad ? Si hay una trampa hay que buscarla por ahí.
Saludos