Actualmente, vivimos insertos en un sistema individualista y competitivo. Vivimos nuestra vida, la que nos tocó e intentamos guiarla por la senda “correcta”; correcta a los ojos de los otros porque se quiera o no estamos expuestos a la crítica. Hay quienes tratan de arrancar de toda esta nebulosa, pero el macro no lo hace. Y no lo hacemos debido a que desde pequeños vimos que nuestro entorno funcionaba así. No nos atrevemos a ser los innovadores, a crear un nuevo sistema, a querer vivir en una comunidad donde los imposibles sean una realidad. No queremos saber los por qué.
Hoy en el país están saliendo a la palestra distintos temas que tienen carácter de importancia nacional y, entiéndase por nacional, que nos afectan directamente a cada uno de los habitantes, pero tan solo los escuchamos, nos quejarnos de lo mal que estamos y pronto olvidamos. Olvidamos, y esto es muy conveniente para la política y los empresarios. Los hechos que se logran mantener en el destacado noticioso son entibiados con paños fríos que ciertamente no vienen a ser una solución de fondo al por qué de la problemática, o también se da mayor relevancia a noticias para distraer a la audiencia y hacerles creer que eso es por lo cual deben preocuparse primariamente.Pensemos que lleva a personas a delinquir, mas allá de las típicas frases «porque les gusta el dinero fácil», «son flojos y amigos de lo ajeno». La respuesta puede estar más cerca de temáticas como altos niveles de desigualdad, falta de oportunidades, sueldos miserables que no alcanzan
En estas últimas semanas ha estado muy en boga el tema delincuencia. Las familias tienen miedo, hablan de ciudades inseguras; de aumento de la delincuencia: de penas ejemplares; del fin de la puerta giratoria; de más carabineros en las calles o se realizan cacerolazos en los barrios altos en protesta. Pero, ¿Por qué ha aumentado la delincuencia?, ¿cuál es la causa?, ¿cuál es la raíz a atacar para dar una solución eficiente? Las medidas que se toman son vivir en casas enrejadas, llenas de alarmas con carabineros en cada esquina.
No lo creo. Busquemos en el fondo, pensemos que lleva a personas a delinquir mas allá de las típicas frases «porque les gusta el dinero fácil», «son flojos y amigos de lo ajeno». La respuesta puede estar más cerca de temáticas como altos niveles de desigualdad, falta de oportunidades, medidas políticas deficientes, abusos por parte de los empresarios hacia la mano de obra, sueldos miserables que no alcanzan, educación de mala calidad, frustración, consumismo, segregación… Entendamos el origen.
Es tarea de todos comenzar a abrir los ojos y mirar no solo la televisión. No creamos que las cosas son así y así es como deben ser. Construyamos cambios con bases y visión. Pensemos en comunidad, en territorios, en integración y vinculación de todos los sectores. No apliquemos medidas parche. Es posible un lugar donde convivamos en diversidad. Sean bienvenido los soñadores e idealistas. Seamos jóvenes participativos y luchadores por la dignidad del otro también.
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