Mientras esperaba que un buen amigo me confirmara si almorzábamos juntos, me puse a pensar sobre lo bueno y malo de la migración humana, investigué sobre el tema y aquí tienen el resultado.
Partamos por decir que la capacidad para migrar es una de las características más notables de nuestra especie, pensemos que en los más de 100.000 años desde que salimos de África fuimos capaces de adaptarnos, incluso a los hábitats más extremos y diversos de nuestro planeta. Hoy, habitamos desde los desiertos más inhóspitos (los tuaregs), hasta las zonas polares (inuits y siberianos) y las selvas más impenetrables (los yanomanis del Amazonas) e islas más remotas y aisladas (los pascuenses). En este breve periodo de tiempo demostramos nuestra increíble capacidad para migrar y adaptarnos a todo tipo de entornos. En la actualidad no migramos como antes, pero y a modo de recuerdo, nos gusta salir de vacaciones a lugares lejanos.
Hoy, la migración, es tema de discusión y muchos la critican buscando ponerle límites y fijar controles. Es una realidad que debemos modernizar nuestra ley, que hace tiempo quedó obsoleta, pero también debemos reconocer lo beneficios que nos trae la llegada de extranjeros a nuestro país. Ellos vienen en búsqueda de oportunidades que en sus países de origen no tienen.
En 1950, la UNESCO declara que todos los seres humanos pertenecen a una misma especie y que la idea de raza no es real y la define como un mito. La declaración es respaldada por investigaciones realizadas desde la genética, la sociología, la antropología y la psicología.
El principal beneficio que nos trae el trabajador extranjero es que crea diversidad. Hoy, está demostrado y después de años de investigación científica, de psicólogos, sociólogos, economistas y demógrafos, que los grupos diversos socialmente son más innovadores que los grupos homogéneos.
Es decir, si quieres tener un equipo de trabajo o tener una organización capaz de innovar, es importante la diversidad. Un grupo diverso estimula la creatividad, la búsqueda de nueva información y la adopción de puntos de vista distintos y originales, aportando así a una mejor toma de decisiones. La diversidad incrementa los beneficios de una empresa, da lugar a descubrimientos poco comunes y la aparición de ideas revolucionarias. Incluso, puede estimular un cambio en nuestro modo de pensar.
Una sociedad diversa resolverá mejor que una sociedad homogénea los problemas complejos y novedosos. Esto ocurre, no solo porque las personas diferentes aporten con nueva información. Su sola presencia sirve de estimulo para prepararse mejor, anticipar puntos de vista alternativos y prever un mayor esfuerzo a la hora de alcanzar un acuerdo.
El lado negativo de la migración, producto principalmente de la llegada de haitianos al tener ellos otro color de piel, es el resurgimiento del mito de la raza. Surge al ignorar algunos hechos; que el origen de nuestra especie fue en África y que todos somos Homo Sapiens. La evidencia nos dice que las razas no existen ahora, ni nunca las hubo. Los estudios científicos sobre variabilidad de las poblaciones humanas así lo demuestran.
Lamentablemente y pese al peso de las pruebas, el prejuicio y la intolerancia racial se mantiene. Pretendiendo dar la falsa idea que hay grupos humanos superiores a otros y así justificar la idea de castas y la jerarquización de la sociedad en base a características físicas, psicológicas y culturales, supuestamente innatas e inmutables.
En 1950, la UNESCO declara que todos los seres humanos pertenecen a una misma especie y que la idea de raza no es real y la define como un mito. La declaración es respaldada por investigaciones realizadas desde la genética, la sociología, la antropología y la psicología. Desde entonces, las instituciones académicas han ido agregando nueva información que desacreditan los juicios de una pretendida base científica que justifica el racismo, idea que lo único que logra es deformar el conocimiento sobre la biología humana.
En París se reunieron expertos en el tema del racismo, en septiembre de 1967, llegando al acuerdo que las doctrinas racistas carecen de base científica y es un convencionalismo arbitrario.
El principio que “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” es universal, pero está constantemente amenazado por el racismo, un pensamiento que debemos aprender a dominar ya que crea falsas divisiones y fomenta la tensión social. Desconociendo que los humanos somos seres sociales y no podemos lograr el desarrollo pleno sin el trato y contacto con nuestros semejantes.
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