¿Quiénes son aquellos chilenos que, en las próximas elecciones, van a votar por candidatos de derecha? ¿Qué motivación podría tener alguien para votar por aquellos que buscan mantener y perpetuar un sistema que es incapaz de responder ante las demandas de justicia social?
A grandes rasgos, el que vota por la derecha lo hace por dos razones.
Para intentar explicar la primera razón, es necesario explayarse, muy brevemente, sobre el concepto de “utopía”. El término “utópico” en política tiene una connotación negativa. Equivale a ser poco realista, poco práctico y a carecer de la capacidad para implementar soluciones efectivas e inmediatas a los problemas de la ciudadanía. En política, dicen algunos, no “sirve” ser utópico. No sirve, no sólo porque los utópicos carecen de la capacidad para ofrecer soluciones concretas, sino porque pareciera que cuando los utópicos llegan al poder político suelen cometer todo tipo de excesos en nombre del “sueño” que los motiva.
Históricamente los que nos ubicamos a la izquierda en el espectro político hemos sido acusados de utópicos (aquí entiendo el concepto de “izquierda” en el más amplio sentido para incluir a todos aquellos que buscamos reemplazar el actual sistema económico social por una u otra alternativa). El comunismo es un sueño irrealizable, dicen. Querer formar una asamblea constituyente para cambiar la actual constitución de Chile es fumar opio, dicen. Aspirar a la implementación de un sistema educativo universal y gratuito es injusto, dicen. Soñar con un sistema de salud público, de calidad y gratuita es ilusorio, dicen. Y reducir las horas de trabajo, y aspirar a la implementación de un sistema de Ingreso Básico Universal (conocido por sus siglas en inglés como “BIG”) es, nos dicen, irreal e ilusorio.
Como contraparte a todo esto, aparecen los que se ubican a la derecha del espectro político (aquí entiendo por “derecha” a todo aquel que, a lo menos, cree en la primacía del individuo, de los mercados y en la no-necesidad de introducir cambios estructurales al actual sistema social). Ellos no se presentan como “soñadores”. Ellos se presentan como prácticos. Realistas. Objetivos. Concretos. Son “hacedores” y “emprendedores”. Creen en el trabajo y en el esfuerzo. No creen en sueños. Y esta inclinación por los resultados concretos se presenta como una ventaja por sobre aquellos que somos utópicos y soñamos con soluciones supuestamente irreales.
Hasta aquí, tenemos el relato tradicional. ¿Cuál, entonces, sería el problema de este relato? Dada la descripción del “utópico” como aquel que es incapaz de ofrecer soluciones concretas y reales a los problemas de la ciudadanía, entonces lo que ocurre es que los más utópicos serían precisamente aquellos que se ubican en la derecha. Lo interesante aquí es que son justamente los que se presentan ante el mundo como los “prácticos” y los “emprendedores” los que resultan ser los más desconectados de la realidad concreta que los rodea. ¿Qué otra explicación puede haber para que alguien insista en profundizar un sistema que, precisamente, no ofrece soluciones a los problemas sociales? Cuando la realidad indica, una y otra vez, que el sistema social en Chile agranda la brecha entre ricos y pobres; cuando la realidad indica, una y otra vez, que el actual sistema social excluye, discrimina y condena a la mayoría de los chilenos a vivir en la pobreza, cabe una sola explicación: existe en esas personas una incapacidad para desprenderse de sus “ideas” a pesar que la realidad les enrostra el fracaso de todo lo que piensan. Se creen “objetivos” y “realistas” (por eso suelen acudir siempre a estadísticas y a los números en sus argumentos), pero de “realistas” nada tienen pues se resisten a bajar de las nubes donde viven y experimentar la dura realidad que se impone en nuestro país. Ellos sí “fuman opio”.
Los que buscamos cambiar el sistema social también somos soñadores y utópicos. No hay que negar esto. Nuestro horizonte se ve siempre lejano, inalcanzable, es cierto. Pero esto no tiene nada de malo. Todos somos soñadores. Todos tenemos ideas que le exigen más a la realidad de lo que la realidad nos entrega. La diferencia, por lo tanto, entre la izquierda y la derecha no consiste en que unos somos soñadores y los otros son emprendedores concretos. La diferencia consiste en el contenido de los sueños. Por eso lo que corresponde hacer es escrutar dichos sueños. Y si hacemos eso veremos que para la derecha, la solución a los problemas sociales pasa por profundizar el sistema social que ha originado dichos problemas. Para la izquierda, la solución es cambiar el sistema por uno que en términos reales y “concretos” pueda ofrecer soluciones prácticas a nuestros problemas. Bajo esta perspectiva, entonces, aunque los dos soñamos, unos soñamos con un futuro nuevo y distinto y otros sueñan con un futuro estructuralmente igual a este; sueñan con que algún día sus recetas fracasadas puedan rendir frutos concretos. Sueñan y se imaginan que el ser humano es un ser esencialmente individualista que sólo busca su propio bien. Y sueñan con que, algún día, la suma de muchos bienes individuales genere un bien común. Esto no ha pasado, no está pasando y pensar que pasará algún día es negarse a ver la realidad. Por eso lo cierto es que usted siempre va votar por un sueño. La pregunta, por lo tanto, es por cuál sueño prefiere votar.
Lo interesante aquí es que son justamente los que se presentan ante el mundo como los “prácticos” y los “emprendedores” los que resultan ser los más desconectados de la realidad concreta que los rodea. ¿Qué otra explicación puede haber para que alguien insista en profundizar un sistema que, precisamente, no ofrece soluciones a los problemas sociales?
Existe, también otro votante de derecha. El que es derechamente mezquino y profesa un mínimo interés por la idea de “país”. Estos son, típicamente, personas muy acaudaladas, que manejan poder y que están convencidos de que son, de alguna manera fundamental, superiores a los demás y por lo tanto merecedores de los privilegios que tienen. Piensan que el resto de los mortales estamos como estamos por alguna culpa nuestra, por algún error que hemos cometido. La culpa es, por lo tanto, nuestra y no del sistema. Por eso votan por la derecha. Porque votan por mantener este sistema que tanto los ha favorecido (o en ojos de ellos, un sistema que ha “reconocido” sus capacidades).
Si usted vota por la derecha, hágase las siguientes preguntas: ¿se ha creído usted el cuento del esfuerzo individual como única manera de lograr el “éxito” social? ¿Cree usted que la educación, el trabajo y la salud son bienes individuales que algunos se merecen porque se lo han ganado y los demás no se lo merecen? Si es así, entonces el iluso, el que “vive en las nubes” y el que está alejado de la realidad es usted.
Está bien: seamos todos utópicos. Pero que nuestros sueños y utopías sean acerca de la justicia, la igualdad, el progreso, la paz y la armonía. Que nuestros sueños y utopías no sean acerca del individualismo, la competencia, el lucro y la mezquindad.
*Columna publicada originalmente en Cambio 21
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad
Osvaldo Guzman
Ser de derecha y ser porbre es un error o una ignorancia muy grande..!
roberto trujillo
Qué manera de mentir por favor! Hablan del modelo como si fuese el mismísimo demonio pero Es gracias a este modelo que chile se encuentra en el mejor momento de su historia y a las puertas del desarrollo. Así de simple. Las generaciones de hoy tienen más recursos y más oportunidades que las generaciones anteriores porque nunca antes en la historia han habido menos pobres que hoy en el país. La brecha de ingresos ha aumentado, pero parece que prefieren que todos tengamos menos con tal de que los ricos sean menos ricos. Ya el hecho de que existan este tipo de demandas en la ciudadanía en vez de pedir cosas más básicas lo demuestra. Pero los cantos de sirena son más fuertes porque la masa es por definición no pensante…estamos jodidos
Carlos
Cuentan que el primer derechista en la tierra tuvo una conversación con Dios que compadecido de su soledad le ofreció pedir un deseo. Como buen derechista, este hombre pidió no uno sino tres deseos. Y dijo: Dios, quiero que el mundo se llene de gente de derecha, quiero además que sean inteligentes y buenas personas. Dios le dijo: Bueno, te ofrecí un deseo me pides tres, te voy a conceder al menos dos de esos tres deseos. Y desde entonces cuando una persona es de derecha y al mismo tiempo inteligente, no puede ser buena persona. Si siendo buena persona es de derecha, no puede ser inteligente, y si es inteligente y al mismo tiempo buena persona, de seguro no es de derecha.
El votante de derecha nunca es inteligente y buena persona a la vez.
vasilia
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
aunque alguno habra por ahi que sea inteligente y buena persona, siempre ocurren milagros 🙂
Oscar
Los que votan por la derecha estafadora Udi-Rn sin ser ricos, tienen la auto estima muy baja, o son dementes, o semi analfabetos.
De otra manera no se entiende que se vote por los que impiden que Chile de el salto al desarrollo con mayores oportunidades para todos.
La derecha Udi-Rn con algunos cómplices activos que se dicen de la centro izquierda son el freno para que Chile sea un país con mejor educación sin lucro, y con una democracia real, sin binominal y nueva Constitución.
La guera contra el comunismo internacional, que supuestamente justificó el terror y los asesinatos por 17 años de dictadura, la perdieron los valientes soldados: Estamos invadidos por los chinos comunistas y sus artefactos, ropa, electrónicos, autos.
Y a la UP la derecha la odiaba por haber importado unas latas de CHANCHO CHINO ,. jajajja… y justificaron el golpe.
Disfruten de su computadora y celular iPhone, Ipad, y auto Hecho en China… ah..! y sus calzoncillos también. Hechos por manos de chinos comunistas y vendidos por los empresarios de derecha en su grandes tiendas y supermercados. ¿De chicago? NO ha nada, solo el viejo modelo de escavitud de Friedman.