La sociedad se encuentra inserta en la espiral de los cambios. Los seres humanos nos encontramos en un mundo en que la globalización conduce a que los individuos se desarrollen con una mentalidad más bien deshumanizada. Piensan más bien es su propia realidad antes que en la realidad ajena. Su mirada no está en la búsqueda del horizonte sino que simplemente está de forma estacionaria.
Los grupos sociales no buscan ir más allá. Se encuentran estancados. Una sociedad mediocre se conforma con lo que existe, no con lo que podría ser. Al escribir esto recuerdo al filósofo español Ortega y Gasset y su publicación más famosa: “La rebelión de las masas”. Pienso que aquella obra se amolda perfectamente a lo que sucede actualmente en el inconsciente humano de acuerdo a la caracterización del “hombre masa”, quien se encuentra dominado por los diferentes paradigmas de la vida como lo son la globalización, los avances tecnológicos, políticos, descubrimientos en la medicina, entre otros.
Esta obra plantea, que, como sociedad, nos encontramos en un estado pasivo del alma, lo que conlleva a que haya un surgir de un nuevo ser, el bárbaro. Este ser se siente “como todo el mundo”, pero no le afecta en gran manera, asume intrínsecamente que su rol en la humanidad es permanecer en aquel estado durmiente de pensamiento. Sin embargo, la sociedad no se encuentra totalmente dominada por las masas, ya que así no funcionaría, entonces Ortega y Gasset menciona las minorías, y no se refería al aspecto de grupo social, sino a los individuos que buscan salir de la masa. Son quienes buscan cumplir una función y guían a estas masas. Por ejemplo, imaginemos una sala de clases donde el grupo de estudiantes es la masa y el profesor corresponde a esta minoría.
En el contexto presente la masa ya no quiere ser dominada por esta minoría. Los estudiantes no quieren ser dominados por el profesor, sino que el profesor sea dominado por los estudiantes. Estamos en un momento donde la “doxa” es el principal actor en la actual “rebelión de las masas”. También debemos señalar que esto ocurre cuando el hombre masa se cansa de esta minoría, que en la sociedad moderna se podría se establecer como Estado. El hombre masa debe servir al Estado, lo que debería ser al contrario, ya que el Estado nació para servir a aquel.
Crear un proyecto de vida común mediante un plebiscito popular es totalmente consecuente y oportuno. Las mentes apagadas y pasivas de la masa actual están comenzando a reaccionar a lo que no encuentran que es justo. Cuando ya no existe representatividad de la minoría, la masa se rebela.
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