¿Será el comienzo del fin de la pedofilia sistemática de la Iglesia Católica a través del gesto de pedir perdón del Papa Francisco a estos tres verdaderamente valientes chilenos?
El abuso y encubrimiento de estos asquerosos y horrendos crímenes corresponde a un perfil de personas definitivamente psicópatas, mentalmente enfermos y moralmente corruptos, carentes de criterio, de humanismo alguno, con ansias desmesuradas de «poder divino omnipotente».
El verdadero estigma de la Iglesia es «el por qué permiten el ingreso de gente así» o el problema es aún mayor. Muchos de ellos se pervierten en el seminario y posterior desarrollo de su sacerdocio, en donde el abuso se intensifica al tener incidencia importante en menores vulnerables.
Esta claro que esta iglesia perdió el norte y definitivamente se olvidaron de Cristo. Perdieron el rumbo de la misión de la iglesia.
Existe otra práctica, muy en contra de los valores humanos, que ejerce la iglesia para mantener el control dentro de sus instituciones. Aunque no lo crean, se parece a la misma actividad que realizaba la Gestapo al interior de sus filas, es una espacie de aparato de inteligencia donde escudriñan a través de muchos «tontos útiles» quienes también forman parte de la planilla remunerada de sus entidades. Es obvio que generan desconfianza y desunión entre el personal, provocando condiciones distintas a unos en desmedro de otros, pero no se basan en la meritocracia o sabiduría, sino mas bien en obtener caracteres dóciles, chupamedias y serviles.En un mundo cada ves más colapsado y saturado, se hace más importante no la acumulación de bienes y la concentración del poder, sino mas bien, el crecimiento personal en pos de una sociedad tolerante, inclusiva, más justa, más predispuesta a ocuparse mejor de la gente que pueda desarrollar las herramientas para que logre surgir, coexistir en armonía, seguridad, prosperidad y paz.
Definitivamente la iglesia no cree en el constructivismo, en la libertad del pensamiento, en la proactividad. Sus instituciones no generan o motivan el pensamiento crítico y creativo, más bien promueven la sumisión, la pasividad y servilismo incuestionable, perpetúan la pobreza.
Hoy existe mucha injusticia, avaricia, cohecho y abuso de quienes tienen poder. Generando a través del tiempo una sucesión siniestra de quienes lo ostentan, en el cual la iglesia no está exenta de responsabilidad.
La moral del ser humano aún sigue comportándose como animal en donde el apto prevalece. Claro que jugando chueco y aprovechándose de las circunstancias, donde el mérito, la probidad, la meritocracia, la sabiduría, el ser erudito perdió el foco central de la sociedad. El principal problema está en la ignorancia, la pasividad, la baja autoestima e inseguridad de la inmensa mayoría de la gente que soporta estos vejámenes.
La sociedad debe comenzar a reaccionar y combatir el mal y la injusticia. Hacer reflexionar y movilizar a quienes deben mantener los valores fundamentales de la humanidad y, al contrario de no actuar, hacer como estos tres hombres y pelear por lo que es justo y decente.
En un mundo cada ves más colapsado y saturado, se hace más importante no la acumulación de bienes y la concentración del poder, sino mas bien, el crecimiento personal en pos de una sociedad tolerante, inclusiva, más justa, más predispuesta a ocuparse mejor de la gente que pueda desarrollar las herramientas para que logre surgir, coexistir en armonía, seguridad, prosperidad y paz.
La Iglesia Católica en sus 2 mil años de historia tiene manchada de sangre sus manos, su moral y entereza completamente derrumbada. La gente calla y es responsable de un silencio cómplice. Otro caso es que más encima para dar a cuenta de lo podrido que una institución puede llegar hacer, hay que estar algunos años al interior y desde ahí se esclarece lo que muchos vehementemente ocultan.
Hoy están en tela de juicio los obispos, arzobispos y cardenales pero eso solo es la punta del témpano ¿Que harán con sacerdotes, directores y otros mando intermedios y bajos?.
El Papa Francisco: ¿Tendrá el valor, sabiduría y entereza de descabezar la jerarquía de la iglesia? ¿Podrá extirpar esta y muchas mas prácticas infames y de enfermos? ¿Logrará la Iglesia Católica, de una vez por todas, preocuparse de quienes realmente necesitan de una mano franca?
La realidad dice que están más preocupados de sus impresionantes intereses económicos y, por si fuera poco, de ansias de poder corporativo. ¿A quién piden en realidad,a dios o al demonio?
¡O será que ambos son parte de la naturaleza humana!
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