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Drácula y la WSPA

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Pese a que la WSPA empezó pregonando el sacrificio de los animales callejeros y no oculta sus lazos con la cultura ganadera, últimamente ha empezado a adoptar un punto de vista más moderno sobre los animales, reconociendo que son seres sintientes -con capacidad para sentir dolor, angustia, sufrimiento y placer. “Poseen receptores nerviosos y funciones de procesamiento similares dentro del sistema nervioso central y muestran cambios psicológicos y de conducta similares en estas situaciones. Todas estas evidencias respaldan el hecho de que los animales son seres sintientes y que sus procesos mentales son comparables, al menos de algunas maneras, a los de los humanos”.

Que la WSPA reconozca que los animales son seres sintientes en un paso adelante, pero en el estado actual de nuestros conocimientos sobre sociedades animales es una postura claramente insuficiente. Las investigaciones zoológicas y etológicas desde principios del siglo veinte dejan en claro que los animales compartimos muchos otros rasgos, como vivir en sociedad, conocer estructuras de parentesco, reconocer funciones y jerarquías, ser sujetos de historia (la relación humano-animal es influida y determinada por relaciones locales previas), tener cultura y lenguaje –lo que implica transmisión de conocimientos y la fundación de tradiciones- e incluso poseer una tabla moral inter-especies básica.

Pero el reconocimiento de una cierta identidad, tanto entre humanos como entre humanos y animales, conduce por lo general a compartir también algunos derechos o privilegios. Así suele ocurrir entre humanos. Los indios de América fueron finalmente reconocidos como iguales a los europeos tras los intensos debates en España sobre su imaginaria inferioridad. Los esclavos negros de las potencias europeas también obtuvieron su libertad cuando se reconoció su identidad común.

Este mismo mecanismo ideológico –el reconocimiento de una identidad compartida, conduce al reconocimiento de derechos compartidos- se aplica también para las relaciones entre humanos y animales. Hace unas semanas en Estados Unidos la repartición Institutos Nacionales de Salud, aceptando las recomendaciones del Instituto de Medicina, limitó severamente las investigaciones biomédicas con chimpancés sobre la base de que los chimpancés son una especie “que exhibe claros signos de amor, una compleja organización social, auto-conciencia y estrés”. El director de INS, Francis F. Collins también adujo que “los chimpancés son nuestros parientes más cercanos en el reino animal” y como tales merecen “especial consideración y respeto.

Pero para la WSPA ese reconocimiento de una identidad  y la idea de que los animales deben ser respetados (“los animales deben ser tratados con justicia y sus necesidades deben ser respetadas”, se lee en el documento de la WSPA) no la lleva a reconocer derechos compartidos con los animales, pues este reconocimiento “no implica dar derechos a los animales o elevar su condición por encima de los humanos”.

Lo que sigue es un buen ejemplo de cómo ve este asunto la WSPA: “La comprensión de que los animales son seres sintientes y que pueden sufrir implica reconocer responsabilidad en cuanto a cómo se les debe tratar. Por ejemplo, es una práctica ganadera bastante extendida en el mundo que las cerdas sean confinadas en jaulas -que restringen severamente sus movimientos- para reducir la tasa de mortalidad de los cerditos, que suelen morir aplastados [por la madre]. Sin embargo, hay fuertes evidencias científicas de que las cerdas sufren cuando se las mete en estas jaulas y se frustran porque no pueden moverse para buscar comida o comportarse como madres”.

El hecho de que los animales sean seres sintientes y, como nosotros, conozcan estructuras sociales, parentesco, cultura, sentimientos, tradiciones, lenguaje, no lleva a la WSPA a cambiar de opinión en cuanto a su explotación y muerte. Todo lo que pretende la WSPA es que los animales no sufran demasiado –probablemente se refiere al sufrimiento físico, porque no parece que entienda que el cautiverio, la esclavitud, la separación familiar, la explotación y el consumo tras el obligado pasaje por el matadero son también experiencias dolorosas, quizás más que los rigores físicos. Si se descubriese alguna vez que las vacas o los cerdos pueden aprender a leer, la WSPA probablemente sugeriría instalar bibliotecas en los mataderos, para que las víctimas se distraigan antes de ser llevadas a la carnicería. Esto es el bienestarismo: la causa animalista tal como la debe entender Drácula.

Lea la versión completa de este texto aquí.

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2 Comentarios

merici

merici

La versión completa se puede consultar en este enlace:
http://mqh02.wordpress.com/2012/01/24/dracula-y-la-wspa/

ignacio

ignacio

Hola,

Que bueno que escribiste esta columna. Este es un tema de justicia y definitivamente hace falta que se hable más del sufrimiento al que sometemos los animales.