No es novedad que, en redes sociales, en los medios escritos, la radio y la televisión descubrimos cada vez con más regularidad algún ejemplo de códigos de actuación con estándares bajo el mínimo aceptable. Algunos son sutiles, solamente advertidos por personas que tienen acceso a diferentes fuentes de información o quizás algún entrenamiento adquirido por capital cultural o un buen acceso a educación.
Pero la mayoría de las veces esto está deliberadamente diseñado a partir de la dramática realidad en que las personas de Chile mayoritariamente no entienden lo que leen, y principalmente, no leen.
Las redes sociales, Twitter y Facebook al menos, son el terreno en que se siembra. Por lo general los medios luego hacen de caja de resonancia. No es que las redes sean tan importantes, creo yo, sino que gracias a los medios masivos se propagan las “informaciones” que usan de “fuente” estas redes.
Incluso si nacen en un pequeño espacio dentro de un diario o un comentario en un sitio de noticias, rebota en Twitter y Facebook, llegando a los medios grandes. Pero claro, también el decano y su familia son los originales protagonistas desde al menos antes de la Guerra del Pacífico de este tipo de “inconducta”.
¿Podemos confiar en una oposición, un oficialismo o una vía alternativa que usa la mentira? No, no podemos. Así de sencillo.
Para salir desde esta maraña nos va a costar trabajo. Las consecuencias son importantes. Por ejemplo, uno de los más difundidos expertos en el arte de la “adivinación económica” nos dijo a todos que era un negro futuro el que tendríamos, por las reformas, por el ambiente, por lo que fuera y mejor era refugiar nuestros ahorros, ojalá con él. Bueno, resulta que ahora es uno de los nuevos casos de pirámides financieras.
¿Podemos confiar en una oposición, un oficialismo o una vía alternativa que usa la mentira? No, no podemos. Chile no es el peor país del mundo en estas cosas, pero tampoco deberíamos dejar de aspirar a ser una sociedad donde la mentira fuese una falta grave al código de actuación de los ciudadanos
El video de RN mostrándonos el dolor de Colombia. Las enormes cifras de los ingresos y bonos de Javiera Parada, “el blindaje de Giorgio”, el agua y el gas que pagaba San Expedito en el PPD, el Audi de Camila, las listas de espera Auge en cero, el “título falso” de Michelle, los mil terroristas ingresados de manera clandestina para tomarse el poder por parte del PC, el padre de Avilés que es un “desaparecido reaparecido”, los cientos de miles exonerados falsos, el enorme lucro por los DDHH, los mil millones de Michelle, al aumento descontrolado de la delincuencia, la protección del INDH para los “encapuchados”, la delincuencia que nos azota…y hasta hace no mucho, los falsos detenidos desaparecidos. Todos estos son apenas algunos ejemplos de una forma de hacer política o de vender por parte de los medios. Finalmente, el ambiente se enrarece, la desconfianza que campea en Chile (desde nuestra cultura, no es nueva) va desarmando la unidad de las personas que viven en Chile. Para qué hablar del famoso Plan Z.
Chile no es el peor país del mundo en estas cosas, pero tampoco deberíamos dejar de aspirar a ser una sociedad donde la mentira fuese una falta grave al código de actuación de los ciudadanos y ciudadanas.
Y quizás parezca una tontera, pero frente a tus hijos o hijas, si tienes que enfrentar una llamada incómoda para no decir “dile que no estoy”, hazlo, responde la llamada. Es tan importante como que no te vean agrediendo a su madre o a su padre, ni robando, ni abusando de otra persona. Es tan importante que lo asimilo a un básico deber ciudadano.
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