Quisiera partir haciendo notar que la etiqueta de «inmigrante» solo le pertenece a un selecto grupo etnias que la clase política chilena ha degradado a segunda categoría, por supuesto que el problema de inmigración nada tiene que ver con europeos o norteamericanos.
Habiendo dicho eso, es impresionante como una élite política añeja, enquistada en el poder, desvinculada de todo nexo con la sociedad, ante un malestar estructural de las chilenas y chilenos hacia un modelo de desarrollo que les robó no solo las vidas si no que los sueños va descartando «salidas al conflicto». Ayer el problema se solucionaba con democracia en la medida de los posible, luego con realismo sin renuncias, de pronto las renuncias aparecieron y sin darnos cuenta la desigualdad y explotación de un sistema desapareció de la preocupación de la agenda política (dejaron de hablar de educación, salud, previsión y demás derechos sociales), y nos vimos envueltos en agendas anti-delincuencia.
Como si la delincuencia fuera el problema de nuestra sociedad, y más absurdamente que este se soluciona con mano dura, los medios de comunicación hegemónicos centraron todo el debate en «los portonazos», en el control de identidad, la pésima labor de los jueces de garantía. La culpa, al puro estilo de un estado de sitio, se le echó ese «enemigo interno» que no nos deja dormir, cómo si las deudas por salud, educación y míseras pensiones no fueran las que les quitan las noches a tanta chilena y chileno. Pero para la sorpresa de nadie, ninguna agenda corta cambió nada ni para disminuir la delincuencia ni para mejorar nuestra calidad de vida.
Es entonces, dado que «el enemigo interno» no sirvió de nada, esa élite detestable buscó como comprar un poco más de tiempo para su supervivencia política, comprar un poco más de tiempo ante la inevitable realización de que su tiempo se acabó y comenzó el tiempo de la sociedad. Pero en esa maniobra desesperada echaron mano de donde no debían hacerlo (como todas la otras veces también) y es que ahora el «enemigo» es «externo», y con total desprecio de todo apego a la realidad, la culpa recayó sobre haitianos, colombianos, venezolanos y de toda hermana y hermano que viene a hacer su vida en estas tierras. Haciendo eco de un rancio discurso del que todas y todos aborrecíamos hace semanas, pero que hoy gana en las encuestas, la xenofobia y el racismo se hicieron pan de cada día pero espero se caigan por su propio peso y que no sea necesario un Trump chileno para hacer evidente lo evidente.
Ahora el "enemigo" es "externo", y con total desprecio de todo apego a la realidad, la culpa recayó sobre haitianos, colombianos, venezolanos y de toda hermana y hermano que viene a hacer su vida en estas tierras.
Pero la culpa de este malestar generalizado a fin de cuentas no la tiene ese «enemigo externo», tampoco ese «enemigo interno» que atacamos con medidas policiales más fuertes y tampoco el dictador. Pero existe un enemigo al que hay que culpar del malestar y combatir, ese enemigo son todas las grandes corporaciones que nos roban nuestros recursos, nos venden educación, nos venden salud, juegan con nuestros sueños de vejez, nos roban nuestras vidas, a ellas y a las élites que las defienden y vuelven intocables es que en cada marcha, cada protesta, cada acto les declaramos la guerra.
Hasta recuperar nuestros derechos, hasta recuperar nuestras vidas.
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Servallas
Leyendo esta columna quedo con la sensación que aquí lo único que falta es una revolución, y al igual que lo hacía Pancho Villa hay que disparar para todos lados, deben caer todos, o peor aún, esto es Sodoma y Gomorra y esperemos lo peor, quizá un justiciero meteorito gigante, porque a juicio del autor lo merecemos, entonces antes del desastre total , ante el daño que nos hemos hecho nosotros mismos quedan algunas dudas ¿porque se vienen los extranjeros a vivir acá? y más encima los más pobres de latinoamérica, esa clase sufrida de hombres y mujeres, ¿están locos?.
Sergio A Godoy
Servallas, la inmigracion es un fenomeno natural desde que el homo sapiens camina erguido. Es un proceso natural como el aparejarse con quien uno siente que es la ideal y todo lo demas son pamplinas. la diferencia son los años que han pasado desde que los primeros inmigrantes llegaron a Chile, quienes legaron para robar, esclavizar y diezmar en nombre del rey. Ya hace muchos años el inmigrante que ha llegadoa nuestro Chile ha venido a todo lo contrario: trabajar, crear, formar familia, valerse de si mismo y contribuir. Por supuesto que el acostumbrado a los bonos , a los perdonazos, ese chileno que se mete hasta el cogote en deudas, ese que deja a la mujer con los hijos y desaparece, ese que roba y miente cada vez que puede, que pasa soñando de ser rico no por su esfuerzo sino por un golpe de fortuna, que no existe, ese estar siempre en contra. El inmigrante es un vara demasiado alta para ellos.
Servallas
Sergio, concuerdo con Ud. y a veces uno se pregunta porque sedimentamos esta forma de ser, tal como lo señala en su texto en comparación con ciertos inmigrantes … » por supuesto que el acostumbrado a los bonos , a los perdonazos, ese chileno que se mete hasta el cogote en deudas, ese que deja a la mujer con los hijos y desaparece, ese que roba y miente cada vez que puede, que pasa soñando de ser rico no por su esfuerzo sino por un golpe de fortuna….», mi impresión es que si no hubiéramos tenido una elite tan diferente al resto de America Latina, estaríamos tan empobrecidos, corruptos y atrasados como gran parte del barrio latinoamericano, eso quiere decir que es cierto, los nuevos inmigrantes dejarán la piel, sus carnes en su nueva vida, sin duda serán una bendición para el país, pero luego, luego sus descendientes capturarán la idea, empezarán a gritar por los bonos, y a robar y mentir como Ud dice, y agregaría, soñarán que el estado les quite a los que tienen y generosamente lo reparta, la mediocridad y la envidia los atrapará.
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La culpa no la tienen los Haitianos ni Colombianos porque casi todos ellos son un aporte al país, el problema es que ellos mismos son los mas perjudicados si no los diferenciamos al mezclarlos con gente indeseable que hay en todos los países.
Y porque ironiza: “como si la delincuencia fuera el problema”? Si todos los estudios indican que para la gente es el problema significa que lo es, punto.
Además la migración hacia un pais es producida por la expectativa de una mejor vida en ese país. Si antes del modelo que critica los chilenos salían a buscar trabajo en otros países y después de aplicar el modelo son los extranjeros que buscan mejor vida acá es obvio que el modelo es bueno y no malo.
¿Conoce usted algo del modelo de desarrollo que critica?
https://www.youtube.com/watch?v=WE0WdIxQoh4&t=13s
Saludos