En una sociedad que está en las antípodas de la evolución, como la nuestra, no resulta extraño que todo aquello que ha sido formulado para provocar una risilla fácil pueda ser calificado de “humor”. Desde todos los flancos se alzan programas televisivos supuestamente humorísticos, pero, en verdad, nada tienen que ver con aquel concepto tan alto y elevado, que incluso, desde la antigüedad, ha servido para generar avance y educación. No hay correspondencia entre “nuestro humor” y El Humor.
Lamentablemente, la técnica cómica de los programas televisivos, si es que puede ser llamada así, está montada en el prejuicio. No se trata de construcciones ingeniosas, que demuestren un certero sentido de la inteligencia y de la ironía por parte de sus autores, sino que, simplemente, se trata de provocar un estrépito simplón, que nada aporta en la construcción de una sociedad intelectualmente activa.
En este orden de ideas, me pareció grave la emisión de “Presidente Travesti” en el Club de la Comedia, ya que la carga prejuiciosa y estigmatizadora era evidente.
Dentro de la diversidad sexual, las problemáticas que presenta la identidad de género son las más profundas. La comunidad trans, entendida en un sentido amplio, debe enfrentar a diario severas discriminaciones sociales, laborales y sanitarias.
No es extraño que los coros de las redes sociales alaben y exulten a este “Presidente Travesti”, pues no han sufrido la estigmatización que se produce cuando la percepción del género propio no coincide con la genitalidad.
Mientras subsista la mofa estigmatizadora, se seguirán perpetuando las ideas culturales que impiden romper con el status quo que mantiene a esta sociedad dividida entre ciudadanos con plenos derechos y otros, que a pesar de ser sujetos de las mismas obligaciones, no pueden alcanzar el ejercicio de todas las libertades públicas.
Hace unas semanas, todos rasgaban vestiduras por los dichos del autodenominado “Mente Enferma”. Sin embargo, nadie ha condenado al Club de la Comedia por su contenido altamente homo y transfóbico. Esto sirve de muestra para pensar que a esta sociedad le falta mucho para estar a la altura del concepto de “civilidad”.
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valeverbal
O sea, justamente por eso el video es malo, porque perpetúa la ignorancia de pensar que ser trans se reduce a «disfrazarse» del género contrario al sexo de nacimiento. El comentario de arriba confirma lo nefasto del video en cuestión.
kuka12
Claro que ser trans no se reduce a eso. Yo ni lo pienso, ni lo afirmo. Pero tener una identidad de género distinta a la sexual dada por la naturaleza, no implica obligadamente que tengas que disfrazarte para resolver el conflicto de identidad. El tema es mucho más complejo, profundo y trascendente; es un trabajo interno emocional que te exige mucho coraje y convicción: aceptarse primero a sí mismo para que después te acepten los demás, respetarse a sí mismo para que te respeten los demás. Sin embargo, si te pintas los labios y te pones un vestido de lentejuelas exhibiendo a su vez un tremendo bigote y pelo en pecho, claramente resulta una caricatura grotesca del propio género con el cual te dices identificar. Eso me parece más tremendo y doloroso que un simple video y; no soy además, partidaria de la censura. Creo que debiéramos empezar con la educación. El Estado debiera promover e incluir políticas de apoyo y orientación en los colegios y para las familias; al mismo tiempo de incorporar programas de salud gratuitos y especiales para que el cambio de sexo fuera más accesible en nuestro país. Así, cada hombre que se sienta mujer o a la inversa, podrá salir a la calle con el cuerpo y la identidad que eligió, sin necesidad de parecer un espectáculo trasnochado como recién salido del bimbambum y sin sentirse discriminado por un chiste fome, bueno, malo o como sea, cuya intención era hacer reir por unos segundos.
delpinorubio
Estimada Ana María:
En primer lugar, aprecio el tono que usas en tus comentarios, ya que te diriges al objeto de la controversia y no a descalificaciones personales. A priori, desde luego que el humor y la identidad de género van por cuerda separada, pero en este caso concreto, léase «presidente travesti», ambos tópicos han confluido, y de la peor manera. El verdadero humor, en su sentido histórico, siempre se ha configurado desde el ingenio, basta revisar varios textos clásicos para darse cuenta de ello. Lo que acostumbramos a ver puede ser llamado de cualquier forma, menos «humor» (es mi opinión personal, claramente puedes estar en desacuerdo).
Tampoco trato de abogar por la censura, me parecería nefasto llegar hasta ese extremo. También entiendo que en el video había una crítica política (la que comparto); pero, hay ocasiones en donde la forma llega a ser más importante que el contenido sustancial y este es uno de esos casos. Se utilizó, torpemente, a un grupo históricamente segregado para inocular un mensaje contingente. Utilización odiosa, basada en prejuicios, caricaturizaciones…
En la página de Cooperativa, en donde también publiqué esta columna, alguien me decía que si se seguía mi linea de pensamiento, no podríamos reírnos de ningún grupo. Más allá de que sea legítimo buscar un grupo social para dirigir nuestro «humor», me parece que es distinto hacer bromas en relación a grupos que sí están dentro del sistema y que pueden ejercer cualquier clase de derecho, que hacerlo en torno a grupos injustificadamente segregados, como homosexuales y, sobretodo, transexuales. Ese sencillo matiz es el que he tratado de manifestar, pero, lamentablemente, ha sido mal interpretado.
De otro lado, las personas trans no van disfrazadas por la vida (creo que es poco atinado el uso de esa palabra), sino que manifiestan exteriormente el sexo sicológico del que siempre se han sentido parte.
Atentamente,
Sebastián del Pino Rubio.
kuka12
Sebastián, tu artículo me parece excelente, indistintamente de que comparta o no tu punto de vista. Creo que el debate radica en eso, en poder disentir y discrepar de otras ideas, pero siempre con el ánimo de aprender y sumar otras miradas. Es verdad que la palabra “disfraz” suena fuerte, pero yo la uso en su sentido estricto: el uso de ropa sugestiva para llamar la atención, en este caso, sobre el deseo de identificarse con un género en particular. No le doy una connotación peyorativa en ningún caso. Con respecto a la “forma” del mentado video, puede ser que algunos se queden con eso, para mí el contenido fue más relevante y lo entendí desde otra perspectiva. No sé si eso me hace ignorante o no sobre el tema de la transexualidad, seguramente, no pretendo ni soy experta en la materia. Lo único que he aprendido después de tantos años de dictadura es a ser una persona tolerante y respetuosa de las ideas distintas. Algunos van con la bandera de la democracia y la libertad de expresión por un lado y resulta que cuando se enfrentan a visiones contrapuestas sólo saben reprimir y atacar. Sólo me queda felicitarte y ojalá que sigamos debatiendo, eso construye nuevas y mejores realidades.
valeverbal
Tu comentario demuestra que no cachas nada del tema Y precisamente te dejas llevar por la caricaturización del video. Hablas de que ser trans es disfrazarse con bigotes, desconoces el proceso que se hace antes de salir a la calle. Proceso, personal, familiar, social, estético, médico, etc. Ese es el problema: que para ti y la sociedad ser trans es disfrazarse de la nada, con «bigotes». lamentable tus opiniones e incrementan la ignorancia sobre nuestra realidad. No tengo más que decir, salvo que sentir pena por tu ignorancia.
valeverbal
Aclaro que este comentario fue en respuesta a Ana Marían no a Sebastián.
popa
La violencia y discriminación contra las minorías por mucho tiempo se ha ocultado bajo el disfraz de la broma que asientan prejuicios y estereotipos presentes en la sociedad. El elemento humorístico excluye al objeto de burla, lo somete y ridiculiza reafirmando el modelo dominante de poder. Los chistes que denigran el papel de las minirias y refuerzan la discriminación, dan cuenta de miedos ocultos sobre las relaciones que se establecen entrelas personas…
Eso lo escribí para una reflexión en relación al chiste del presidente de las mujeres y los políticos ….
en este caso es lo mismo, ellos con el uso del humor, si reafirman las opresiones del sistema a las personas y en especial a las minorías.
Me sorprende la liviandad generalizada del mundo » bien», los «no excluidos», los blancos, eterosexuales, acomodados, con que lanzan comentarios de vida y verdad o de supuesta crítica social humorística sabiendose superiores a «esos», los marginados, los raros, los «disfrazados» …esos, los que sobran …
Ese humor y esos comentarios no son libertad de expresión, es simple y llanamente DISCRIMINACIÓN …
La falta de pensamiento crítico sobre nuestras acciones nos ha llevado a vivir en una sociedad donde unos son los «aceptados» y el resto que se joda, eso lo vemos en muchos discursos, lo lamentable es que seguiermos escuchando y leyendo disculpas sobre esto, disculpando la exclusión, disculpando el odio, disculpando el rechazo, disculpando finalmente nuestras propias miserias
jmfmoran
Excelente columna, y muy pertinente la comparación con el efecto que provocó «mente enferma»
ptorrealba
Estimados:
¿Cuándo el humor no se ha basado en la mofa, respecto de «anormalidades», defectos físicos, tendencias sexuales o exacerbación de conductas sociales?…si hasta las caídas producen sonrisas y hasta carcajadas si no existen heridas. Todas estas causas para reirse tienen la connotación de un tercero que comete un error, padece o carece de oportunidad o simplemente no lo acompaña la suerte, la hermosura o la perfección. Lamentablemente esto no es solo responsabilidad de los «humoristas» que están a cargo hacer el show (eso hacen, un show), sino también de los que escuchamos y damos tribuna, premiando con nuestra preferencia y aplausos a quienes lucran a través de su actuación que trasciende y a veces afecta a los demás.
Lo grave, por cierto, es que no exista tolerancia para quién no comparte esta forma de hacer humor, y más aún, sea ridiculizada su postura en pantalla, utilizando un recurso que no existe con igualdad de acceso para la defensa, ya sea por que no se está en pantalla o porque no se tiene miles y miles de seguidores que apagan los fuegos con bencina.
PD: No creo en el relato de quienes solo acompañan en las marchas, creo en el relato de quienes viven día a día la discriminación en carne propia.
Saludos,
sergiomoreno
Me encanto tu columna a pesar de tener algunas discrepancias. Mas que discrepancias ( porque para eso deberia tener una opinion obsolutamente formada en relación a la utilidad y sentido del humor) tengo dudas profundas acerca del resultado final de la exposición del humor tratado en tu columna, en primer lugar me parece que si bien el humor historicamente ha servido como alimento intelectual hasta incluso politico, me parece que es un tanto reaccionario querer mantener el sentido historico de este, por el solo hecho de ser historico, la humanidad avanza de ruptura en ruptura y si se redefinen las cosas y eso obliga a alejarse del sentido original, bienvenido sea.
En relacion al sentido publico de mostrar este tipo de humor en la television es donde se me presentan dudas sinceras, el humor homosexual agudiza la estigmatizacion? ¿o naturaliza una conducta humana como la homosexualidad o el mundo travesti, sirviendo para posicionar estos temas en la palestra mediatica o dibujarlos en el imaginario colectivo como lo que son, o sea elecciones profundamente humanas y legitiamas.?
Saludos
kuka12
Me parece que en el artículo se mezclan dos temas que no tienen que ver entre sí. Primero habla de la calidad del humor que se hace actualmente en la tv, donde escasea la construcción ingeniosa, que demuestre un certero sentido de la inteligencia y de la ironía. Yo me pregunto porque el humor tiene que tener cierto rango de intelectualidad, así como está el humor sesudo y crítico, también existe el chiste fácil, ese que pasa al olvido rápidamente, pero que cumple con su función más primitiva: hacer reír. Por lo tanto y como en todo orden de cosas no tiene porque ser discriminado o ninguneado, cada uno tiene su espacio y su valor en al medida que cumpla con hacernos pasar un buen rato.
Otra cosa es que, el humor sea o sirva de vía para discriminar o estigmatizar a una persona, grupo, origen, idea o condición. No comparto la homofobia y tampoco discrimino la opción sexual por diversa o ambigua que esta pueda ser, creo en la libertad de cada ser humano para elegir y optar por la sexualidad que más le represente. Sin embargo en el “Presidente Travesti” del Club de la Comedia, lo que vi fue una mofa a los travestis, que indistintamente del problema de identidad sexual que puedan tener, son en la práctica, hombres que se disfrazan de mujeres.
Hace algunos meses participé en la marcha por el orgullo gay y obviamente confluimos heterosexuales, homosexuales y travestis de todas las edades. Muchos travestis estuvieron a cargo del acto central como locutores. Sus libretos con lenguaje de grueso calibre hicieron reír a toda la masa que fuimos a apoyar la causa; usaron a destajo el término maricón y no vi que nadie se sintiera ofendido, menos ellos o ellas que eran los locutores del evento, se vistieron con ropajes de fiesta, harta lentejuela y mucho maquillaje.
En síntesis, no nos pongamos graves viendo prejuicios y estigmatizaciones donde no las hay. Si la identidad de género es un problema profundo y queremos ser tomados en serio, entonces asumamos que somos hombres o mujeres con un cuerpo que no se corresponde con nuestra identidad sexual y sí, hay que hacer algo al respecto. Claramente disfrazándonos de lo que no somos o no pudimos ser al nacer no se resolverá el conflicto interior. Si un programa hace humor presentando a un hombre disfrazado de mujer ¿porqué no reírnos simplemente? o es que somos tan hipócritas que creemos que por censurar un programa de entretención vamos a tapar el sol con un dedo. Yo no me rio de los homosexuales, tampoco de las lesbianas, si me rio mucho de los que se disfrazan, sean niños, hombres o mujeres, porque ¿qué otra cosa que no sea risa a carcajadas puede causar un disfraz?. El problema aquí es otro y la causa hay que pelearla en otro lado.