El caso de los falsos exonerados ha suscitado un escándalo de proporciones solo por las implicancias políticas que tiene. De allí que diariamente vemos a los miserables de siempre agarrados con dientes y uñas de un tema que les permite hacer el único juego para el que parecen tener competencias mínimas. Unos, vanagloriándose de haber descubierto el mayor fraude de la historia y otros, defendiéndose con el eterno argumento de escuela básica, es decir, “yo no fui, yo no fui, fueron ellos, señorita”.
En un artículo anterior sostuve que una de las facetas de nuestra identidad es la de ser simples tramposos, por lo que encontrarse hoy con que hubo quienes mintieron para obtener una pensión por haber sido exonerados no debería sorprender a nadie. Pagarán los platos rotos los verdaderos exonerados. Los demás, los falsos, probablemente, dejarán de recibir aquello que durante años han robado y quienes propiciaron el pago estarán condenados con todo rigor a pagar por su “responsabilidad política”, es decir, su fechoría les saldrá a costo cero.
Es un hecho de la causa que se miente en infinitas variantes para sacar ventajas de todo cuanto sea posible sin siquiera pensar en el que pueda salir perjudicado. Se piden falsas licencias médicas si estás algo cansado en el trabajo, falsos certificados para obtener subsidio para una casa, se falsea la situación económica familiar para una beca estudiantil, se entregan falsos currículum vitae y falsos títulos universitarios. Hasta nuestros legisladores falsean leyes dejando siempre un agujero por donde puedan zafar sus amigos o patrocinadores. Hecha la ley, hecha la trampa, sin asco. ¿Recuerda usted aquel imbécil haciendo trampas en el casino directamente bajo una cámara de vigilancia? A veces ni se cruza por la escuálida mente que podría ser sorprendido, total, todo el mundo lo hace.
Contacto en Francia
Como parte de un proyecto personal, en el que fracasé estrepitosamente, estuve en Francia unos años atrás. En París, durante la inauguración de una exposición en la Maison Amerique Latin me encontré con un chileno (cuándo no) que me invitó a un bar donde se justaban los compatriotas. Unos días después visité el lugar donde efectivamente parecía uno encontrarse en cualquier bar de la lejana provincia. Métele cumbia, algo parecido a las piscolas, vino tinto y empanadas de horno. Ya en una mesa y amena conversación con los chilenos expatriados me preguntaron qué hacía yo en Francia y les conté mi proyecto comercial con el que pretendía establecerme por algunos años allí. Después de cruzar burlonas miradas entre ellos estalló una magnífica carcajada general.
El hecho es que se estaban riendo de mí y después de una seguidilla de tallas pasaron a instruirme apropiadamente ya que era un tonto si pensaba que tenía que trabajar para vivir en Francia. Para empezar, cumplía yo con el imprescindible requisito de ser chileno y eso me ahorraba el 50% de la necesidad de trabajar. Para el 50% restante solo tenía que inventarme un pariente torturado por Pinochet, alegar secuelas psicológicas y presentarme en tres o cuatro instituciones donde obtendría una vivienda social, algunos euros en efectivo y cupones de canje para supermercados. Así es como vivían ellos, a lo Hemingway, París era un fiesta, a lo chileno, burlándose entre copas de la generosa mano extendida.
Es verdad que muchos fueron acogidos por Francia tras ser perseguidos en Chile, fueron miles y eso es un hecho innegable, pero aun así, treinta años después de ocurridos los hechos y valiéndose del dolor y sufrimiento de muchos, me encontré con una muestra más de nuestra deleznable característica que nos lleva a aprovecharnos de todo cuanto podamos. Es más, hemos adornado nuestra miserable condición con el mote de “la picardía del chileno”.
Es verdad que muchos fueron acogidos por Francia tras ser perseguidos en Chile, fueron miles y eso es un hecho innegable, pero aun así, treinta años después de ocurridos los hechos y valiéndose del dolor y sufrimiento de muchos, me encontré con una muestra más de nuestra deleznable característica que nos lleva a aprovecharnos de todo cuanto podamos. Es más, hemos adornado nuestra miserable condición con el mote de “la picardía del chileno”.
El caso de los exonerados es solo una confirmación más de nuestra naturaleza de tramposos imperecederos, obligados a ser siempre controlados y vigilados, a tener miles de leyes destinadas a obligar al individuo a comportarse de una u otra manera, siempre llevado de la mano por algún tutor que se encargue que no hagamos trampa.
Hoy Chile está dividido entre dos fuerzas que han secuestrado la actividad política, pero el chileno vive en otra división más real aun que aquella: de un lado están los “vivos”, los pillos que siempre se las arreglan para que le vaya bien al precio que sea. En el otro están los tontos, aquellos que han optado por una vida decente y que tienen que trabajar honestamente día a día sin aprovecharse de los demás, esos bobos que pagan estoicamente el precio que se paga por ser una persona íntegra y no un tramposo de mierda.
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VIVIANA GONGORA
De acuerdo totalmente. Además del argumento escolar que Ud. menciona está esa altanería de pretender justificar la falta con un «y qué tanto si todos lo hacen». Seguir al rebaño hace a la oveja inimputable.
Saludos.
vasilia
Si bien estoy de acuerdo con mucho de lo planteado, no es correcto decir «los chilenos». No, no son «los chilenos» los tramposos por naturaleza. Porque yo soy chilena, y no soy de ese tipo de chilenos, y conozco a muchos chilenos que no lo son. Y conozco muchos españoles que son de lo mas tramposos, y conozco españoles muy honrados, y frances idem, y mexicanos idem, y alemanes idem…
«falsas licencias médicas si estás algo cansado en el trabajo, falsos certificados para obtener subsidio para una casa, se falsea la situación económica familiar para una beca estudiantil, se entregan falsos currículum vitae y falsos títulos universitarios.». Igualito que en Europa. De hecho, principes, ministros, politicos falsearon tanto sus titulos que la cuestion es saber quien realmente se graduo de alguna universidad o si es que saben lo que es una universidad. ¿Falsas licencias medicas? ¿Sabe que es lo que ha desangrado mas a la sanidad española? Dos cosas: el turismo sanitario de tanto tramposo europeo (de sangre europea, blanquitos y cristianos), que van a ocupar la sanidad española (a mitad de precio que en sus paises) sabiendo que ellos no tienen que pagar, se supone que pagarian sus gobiernos… y estos no pagan. Tienen un lio y un hoyo economico enorme. Y la segunda cosa: la enorme cantidad de licencias medicas falsas de gente pillada infraganti que han mentido. «se falsea la situación económica familiar»… ¿me va a decir que eso no pasa en Japon, o en Estados Unidos? El gran problema de la crisis de esos dos paises han sido las mentiras.
No es «nuestra deleznable característica que nos lleva a aprovecharnos de todo cuanto podamos.» Esas personas, si fueran britanicas actuarian igual, si fueran rusas serian igual, si fueran chinas serian igual y aun cuando fueran millonarios estas personas actuarian igual. Eso es porque la nacionalidad no tiene que ver con la educacion ni con cumplir con normas minimas de respeto hacia los demas. Eso se aprende en la casa, eso es porque su educacion ha sido la de aprovecharse de los demas y de todo. Pero eso no lo hacen por ser chilenos, eso lo hacen porque son unas personas abusadoras.
Lo triste del caso exonerados es que se mire con tanta atencion que son ¿3.000? los supuestos abusadores… y somos millones los que jamas habriamos caido tan bajo, porque no tenemos «naturaleza de tramposos imperecederos». Eso es lo que parece que a nadie le importa, porque lo que interesa es montar un show para hacernos olvidar que, efectivamente, la ley fue hecha para el defraudar… defraudar a cientos de chilenos que fueron victimas directas de la dictadura. Eso no lo dice Matthei porque sea chilena, eso lo dice porque ella participo en ese fraude, y eso no lo hizo por ser chilena, sino porque es una tipeja.
Por favor, que algunas personas sean despreciables en su actuar no debe confundirse con todos los que compartimos la nacionalidad de esa gente. Porque es lo mismo que pensar que todos los españoles son como los pone Almodovar o todos los mexicanos son Speedy Gonzalez, o todos los musulmanes son terroristas. Somos muchos los chilenos que no somos para nada tramposos y no nos interesa serlo, porque mas rapido cae un mentiroso que un cojo.
Ignatius
Marcela:
Siempre es interesante conocer otras realidades pero, a fin de cuentas, no son el tema del artículo. Que haya tamposos españoles (que no solo están en España, como Ud. bien sabe), sudafricanos o tibetanos no cambia en nada la triste realidad nuestra. No sirve que seamos más honestos que los haitianos pero menos honestos que los noruegos. Da lo mismo pues no vivimos en una olimpiada de honestidad. Los japones son más honestos, ¿y qué? Los irlandeses son más tramposos ¿Y qué?
¿Ser o no ser íntegro? Esa es la cuestión. ¿Donde? pues aquí, donde vivimos y, sobre todo, donde estemos.
De allí que haga la diferencia en el párrafo final dejando claro que, tal como usted sostiene, habemos algunos que hemos elegido otro camino, un camino en el que cuesta mucho sobrevivir.
Cordiales saludos
PD: la felicito por su columna The Working Dead
Francois
La verdad es que el caracter del chileno se parece mucho más al del columnista que otra cosa.
servallas
Por fin, por fin alguien le coloca el cascabel al gato, si , definitivamente somos así y basta mirar la historia, esto ocurre desde siempre, y no sólo somos tramposos, miren ustedes algunos canales extranjeros las noticas de los lanzas internacionales y como niegan los hechos una vez que los han capturado CON LAS MANOS EN LA MASA, es increíble, la policía extranjera no logra entenderlo.
¿Que hacer?, hay que empezar a con los niños pequeños, los parvulitos, en la más tierna edad, cambiarles el chip, quizás algún día esto cambie.
De paso, los gobiernos que vengan seguirán sus programas de bonos de la más diversa índole, hasta que estemos asfixiados, llevando sobre nuestros hombros miles, quizás millones de sinvergüenzas.
abranzote
Excelente y muy verdadero. T felicito.
reny rado
COMPLETAMENTE DE ACUERDO CON ESTE HOMBRE….Y ES BIEN DIFICIL SUSBSITIR EN UN MEDIO DONDE TODOS HACEN TRAMPA, LO MENOS QUE TE DICEN ES «¿ ACASO LA PLATA ES TUYA?… TRABAJO EN UN HOSPITAL… ROBAN HORAS EXTRAS CARA DE PALO…. Y NADIE DICE NADA…HACEN CHANCHULLOS LOS CHOFERES CON EL MECANICO ( LLEVAN SUS AUTOS PARTICULARES) … EN FIN…TAMBIEN CONOZCO UNIFORMADOS ACTIVOS «EXONERADOS»