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Chile y sus pueblos indígenas: comiendo en la mesita del pellejo

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En las distintas zonas rurales de Chile, las familias suelen tener dentro de sus casas dos mesas. La mesa grande, en las que comen los “adultos” y conversan sus propios, y lo que mi abuelita llamaba “la mesita del pellejo”. Esa mesa donde todos los nietos más chicos comíamos, y ninguno podía meterse en los temas de los “grandes” porque eso significaba las penas del infierno “después de que se fuera la visita”. Pensar en Chile, es pensar en una gran casa. Una casa en donde cada uno de los chilenos y chilenas debiera tener un espacio para crecer y desarrollar sus habilidades y aptitudes al mismo nivel y con el mismo espacio. Una casa amplia, con habitaciones para todos los grupos y familias que la conforman y donde nadie fuese discriminado ni tuviera menos espacio para vivir y hacer sociedad. Una casa donde ninguna familia comiera en esa “mesita del pellejo”.

El gran problema hoy, es que si hay un grupo que ha estado comiendo en esa mesita del pellejo, hemos sido los pueblos indígenas. Y hemos estado ahí desde hace varios años, con la sensación de que a nadie le ha interesado hacernos un espacio en la mesa grande. No estamos reconocidos en la constitución, no tenemos acceso al parlamento, contamos con un convenio 169 que en la actualidad no es más que una carta de buenas intenciones y obligaciones que el Estado no ha tenido capacidad de cumplir a cabalidad, nuestras comunidades son las más pobres entre los pobres de Chile, somos invisibilizados por los medios, las políticas públicas y la agenda pública en general, y seguimos enfrentados a los prejuicios de los sectores más conservadores de la sociedad tanto regional como nacional, quienes se niegan férreamente a reconocer la multiculturalidad como valor y se espantan cuando les hablamos sobre plurinacionalidad.

Todo un desafío pendiente, en un país en el que existen tremendas potencialidades alojadas en sus pueblos indígenas para crecer y ponerse a la vanguardia mundial tanto en crecimiento económico, como patrimonio cultural, desarrollo social, y todo aquello que tiene que ver con el desarrollo humano de un país. Somos los “hijos porros” del vecindario, y examen al que nos sometemos, reprobamos.

Por eso, la gran pregunta que debiéramos hacernos es: ¿qué hacemos para que los pueblos indígenas dejemos de comer en la mesita pequeña, vivir en la pieza más chica y pasemos a tener una pieza propia que nos permita diseñarla y arreglarla a nuestro antojo? Las opciones son muchas: los que estamos fuera de la casa, podríamos armar la propia y dejar de molestar a los vecinos. También podríamos botar las paredes y armarla a nuestro antojo, o bien podríamos buscar a los mejores arquitectos para que hagan nuevos planos que permitan ampliar esa casa y armar una nueva mesa mucho más grande.

Los jóvenes somos tremendamente importantes para hacer que cada uno de los que vivimos en esta casa ya no comamos en la mesita del pellejo, y que tengamos un espacio para vivir y crecer con dignidad.

En Enama creemos que gran parte de esa pregunta se responde cuando miramos nuestra constitución, el actual plano de ésta ruka llamada Chile. Y bueno, esa será una de las cosas de las que hablaremos la próxima semana en Temuco, desde donde esta corporación de profesionales Mapuche tendremos un gran seminario en el que conversaremos sobre la importancia de que las naciones indígenas de Chile tengan su espacio en la nueva constitución que se vislumbra en el futuro. En este espacio, participarán invitados que representan las diversas opiniones al respecto, como el diputado Giorgio Jackson o Hernán Larraín, y donde los Mapuche también estaremos presentes con la participación de Carlos Llancaqueo y Richard Caifal. El primero, ex comisionado presidencial para Rapa Nui; y el segundo, destacado abogado en materia indígena y miembro de nuestra institución. Ideas distintas con las que buscamos cerrar con un solo mensaje: ni la asamblea constituyente, ni la comisión de expertos, ni la comisión bicameral, ni los cabildos, deben dejar fuera a los Pueblos Indígenas en la construcción de esta casa.

Buscaremos también dar una señal política: las regiones y los pueblos estamos empoderados de la discusión y no queremos que sea un grupo de “iluminados” capitalinos el que la lidere desde la ciudad capital del “reyno” de Chile. Ampliemos el debate. Los jóvenes somos tremendamente importantes para hacer que cada uno de los que vivimos en esta casa ya no comamos en la mesita del pellejo, y que tengamos un espacio para vivir y crecer con dignidad.

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1 Comentario

peon

Hay tantas más posibilidades…

Una… Las mesitas del pellejo existen porque son necesarias en las familias. Allí no es que falte comida, sino que resulta funcional su existencia. Similar cosa podemos decir que pasa en la nación, y debemos asumir que también es funcional la existencia de mesitas pellejeras en donde no se llegan a discutir ciertos temas… Si se pide no discriminación y espacios igualitarios, eso no pasa en la casa; en la nación tampoco. Es decir, resulta bonito parafrasear dignidades e igualdades, pero, así no funciona nuestra sociedad.

Nuestra sociedad funciona por el mérito de quién puede ejercer la razón o la fuerza. Si ahora los pueblos indígenas se sienten menoscabados y sienten que el tratado del no sé qué 169 no se cumple, no es solamente una declaración que no se cumple para ustedes, sino que existen otros acuerdos de derechos que el país tampoco cumple. Luego, firmar un tratado, o garantizar un derecho, no quiere decir que se dispone de los recursos o voluntades para hacerlo. Por lo tanto, este no es un país donde se pueda esperar que los derechos serán garantizados. Es decir, no es esta una tierra de la que se pueda decir que por tenerla nos vamos a quedar mirándola para que ella nos dé. Similar cosa sucede con el pueblo, mapuche, o no mapuche. Si alguien les va a dejar algo a la mesa pellejera, será su ración de subsistencia, pero, perfectamente de las mesas p. se puede levantar alguien que vaya por lo propio, por más, por algo más que lograr y compartir con los demás. Si tiene la capacidad, amplíe la pieza si puede. Haga la mesa más grande si sabe cómo y tiene con qué hacerlo. Nadie de la casa se va a oponer a su capacidad si la situación de todos mejora. Mientras eso no pase, la susodicha mesita seguirá vigente.

Extendiendo la idea expresada, la condición de un pueblo menoscabado puede ser una forma de presión hacia ellos por la que ellos lleguen a sentir la necesidad de forjar con sus propias manos un futuro mejor, tanto en la casa como en la nación. Para el caso de la casa, las explicaciones sobrarían. Para el caso de la nación, tal vez no.

No quiero expresarme largamente en torno a esto sin ir al meollo, así es que mi forma de ver el problema de la araucanía y sus mapuches (que aún no sé por qué no prefieren decirse simplemente chilenos, pero, se les respeta) termina con una solución en la que las autoridades de la Región de la Araucanía debieran ser todas mapuche… ¿Es necesario que se lo ganen?… No sé. Se puede discutir. ¿Debieran tener derecho propio a ser las autoridades?… Creo que sí, porque fueron nación independiente reconocida por la cosa española y la cosa chilena, luego de que ninguno de ambos países o como se llamasen, pudiera conquistarlos por la fuerza, cosa que no llegó a pasar hasta que la gente de Chile tuvo armas que los mapuches no.

Además de ello, debieran tener representantes propios en el Congreso, por definición de cosa lógica. Así: nación independiente, representantes no dependientes de la operatoria de la Constitución de los pocos chilenos que la prefirieron como está y la pudieron imponer. Entonces, ya sea una administración algo mixta o exclusivamente mapuche para la Araucanía (independiente del caso de otros lugares), la Región debiera gestionar sus recursos de un Gobierno Central como todas las demás. ¿Parece esto inadecuado?. No para mí. Se mantiene el estándar de nación republicana por un lado y por otro se abren caminos para las voluntades del pueblo mapuche. Cabe hacer notar que como los mapuches no son los únicos habitantes del lugar, obviamente, si fueran mapuches quienes gobernasen la Araucanía, de todas formas debieran permitir a todas las personas desarrollarse. Con esta simple propuesta, discutible todo lo que gusten, se aborda el problema con un diseño preliminar orientado a logros.

Además de ella, sin embargo, acción, tarea u objetivo por desarrollar con todo el esfuerzo que se requiera, la propia nación mapuche o sus mapuches se puede(n) plantear objetivos diferentes. Uno de ellos es alcanzar la Presidencia de la nación y con ello, colocar a su elección a los cientos de personas que llenan los cupos de cargos gubernamentales. Así, podrían planear y hacer tal como quisieran. La lógica de ello es planear algo sensato; algo que los demás chilenos también aprueben, de forma que a partir de un movimiento indígena se genere un movimiento nacional que sea capaz de imponer su razón por la fuerza de su razón y por la sutileza de las rayitas en las urnas y listo. Los mapuches llegaron al poder. (En mis artículos hay explicado un método para llegar al poder; el que busca encuentra).

(Los cochinos partidos de la política no pueden armar una operación como esta, por más concertación, alianza, o nueva mayoría que se hagan llamar, porque ellos existen bajo regalas propias que no son democráticas, ni admiten la democracia, ni dentro de sus partidos, ni fuera de ellos cuando son Gobierno. Prueba de ello, es que no hay ciudadano que pueda bloggear sus programas de gobierno, ni tampoco puede blogger en sus sitios de partidos en internet. Ellos son una mula cerrada. Perdón, quise decir un callejón sin salida, o más bien uno sin entrada a la voluntad del pueblo, todo ello amparado en la Constitución que defienden y cuya modificación han concertado demorar hasta el próximo gobierno y nadie nos dice que allí sí llegará, porque, ellos lo están discutiendo. Han iniciado la discusión, pero, tienen que discutir más… Así funcionan sus cosas y sus obras… Ellos, ellos, ellos… Ellos no son el pueblo oprimido. Debiera decir soberano, pero, esas son fantasías… )

Pero, esto no es gratis. No es para personas que ya están llenas de justicia, satisfechas de todo bien que se pueda desear, o bienestar que se quisiera disfrutar. Es para personas que quieran forjar un destino diferente. Así como yo lo veo, no es para los mapuches que se contentan cuando les dan alguna herramienta agrícola o algún otro elemento, aislado o conectado a algo mayor, que luego venden para hacerlo dinero que gastar en otra cosa. Así es que me alegro que se hagan más visibles organizaciones de profesionales mapuches que quieran este sueño de justicia, consistente en una mesa donde quepamos todos, en donde las ideas tengan valor por su mérito y no porque las implementa el personaje de un partido que alcanzó el poder para repartir lo que pueda a algunos conocidos o correligionario.

¿Este sueño de justicia es factible?. Claro que sí. Pero, debe fundarse sobre democracia. Debe fundarse sobre los anhelos de los hijos de la patria. Debe formarse sobre la opinión de los pueblos indígenas, pescadores, agricultores, mineros, gente de las ciudades, gente del comercio y las industrias, todos. Siempre recuerdo una expresión de un colono sureño que expresó, ante la desilusión de quienes no quisieron sufrir el barro, que tales tierras no eran para gente que se quedara atorada en el barro. Lo mismo sucede para con los hijos de la patria. La patria es para los hijos que más tienen ganas de poseerla para hacerla una nación de justicia y misericordia. No es, ni será para hijos flojos que extienden su mano para que el Estado se las llene de las migajas que le deja la mafia política de los partidos, porque ellos no vinieron a hacer de Chile la nación que todos queremos, sino la que ellos quieren. Lo mismo es que la nación la tomaran delincuentes que podemos disfrazarlos de cuello y corbata con el objetivo de tomar de ella lo que puedan y hacer una repartición injusta o sesgada… Si ello pasara (si es que no ha pasado), la gente se daría cuenta de ello y ya no los querría en el poder porque sus obras no son dignas de la confianza del pueblo… A pesar de esto, no quiere decir que no podrían alcanzar el poder un grupo de delincuentes perfectamente concertados, con alguna clase de concertación, alianza o algo así…

Esto nos pone en una perspectiva, como ciudadanos y como chilenos y como habitantes de la tierra en la que vivimos, en la que debemos evaluar si es necesario llegar al poder para prevenir la llegada de delincuentes, o bien evaluar si los delincuentes ya llegaron al poder, y debemos arrebatarle la administración de la nación… Cada quien es dueño de sacar las conclusiones que quiera…

_____________________________________________________ Si el pueblo mapuche busca los arquitectos que señala, debe proveerles una mesa de trabajo, diseño y discusión. Esa mesa y herramienta debiera ser una Cámara Ciudadana Digital, para que todos los sectores territoriales de la nación puedan estar representados y sus proyectos se puedan escalar vía el análisis adecuado. El trabajo por hacer es simular la Cámara Ciudadana… Lo demás, todo vendría por añadidura…