En Santiago de Chile, si usted es ingeniero comercial recién titulado, con la misma capacidad académica ganará 10% menos que otro que estudió en una de sólo tres universidades de la capital. 10% menos si no estudió en alguno de una lista de diez colegios de Santiago, privados y mayoritariamente católicos. 10% menos si viene de provincia. 10% si no tiene un apellido europeo NO español. Un 40% menos.
Jorge González o cualquier ochentero nos canta sus viejas canciones y suenan tan a nuevas sus letras que me acordé de algo que leí hace casi nueve años. Algo que me empezó a cambiar.
Las Últimas Noticias, Sección Mujer, 10 de abril de 2004:
“Lo que nos llama la atención es que la modalidad de los cumpleaños está cambiando en Chile, ahora las fiestas de los niños se hacen de nueve de la mañana a una de la tarde. Pero a la hora que sean, mi hija les da un pelaje más alto y la gente le agradece. El niño que hace de Barney se llama José Miguel Walker, sólo con eso ¡quién puede pensar que un Walker se va a robar algo!”.
Esta es una señora que promueve la empresa de su hija. Hoy nueve años después, a ustedes no les sorprende seguramente.
En Santiago de Chile, si usted es ingeniero comercial recién titulado, con la misma capacidad académica ganará 10% menos que otro que estudió en una de sólo tres universidades de Santiago. 10% menos si no estudió en alguno de una lista de diez colegios de la capital, privados y mayoritariamente católicos. 10% menos si viene de provincia. 10% si no tiene un apellido europeo NO español. Un 40% menos.
No nos amamos a nosotros mismos, perdemos el respeto por quienes somos, quienes fuimos y a mi juicio con eso vamos desamando lo que seremos.
Quienes vamos caminando por una ruta distinta sentimos angustia. No me quiero morir sin ver antes que algo cambie, al menos en mi entorno. Me espanta ver a las personas decir que el amor no existe, o tener teorías nihilistas o de “neoliberal pobre”. Tampoco los que demonizan tener clasificación ABC1. Me cansa y yo quiero ayudar, pero esto se me escapa de las manos y de columna pasa a letanía amarga.
Perdónenme lectores este arrebato.
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Foto: Karen Mao / Licencia CC
Comentarios
01 de marzo
Leí, y me amargué contigo. También me puse triste, ¡nos falta tanto todavía!
Pero tú y yo sabemos cuál no es el camino. Y nuestros hijos también sabrán. Pongamos ahí la esperanza.
Un abrazo, querido.
+2
04 de marzo
Hay que cambiar este provincialismo,Soy optimista que las nuevas generaciones lo lograran,Lo importante es insistir,no dejarse arrastrar por la ola…
0
04 de marzo
A que le llamas «provincianismo»?.
Una forma de que las nuevas generaciones logren hacerlo es que compartan espacios. Mis hijos deben compartir con otros niños. Lamentablemente en el colegio eso no ocurre con regularidad porque «los Machucas» ya no existen en los colegios, ni siquiera en ese colegio.
Tenemos que compartir. Llevarlos a los parques y que jueguen y hablen con otros niños, romper de alguna manera el cerco que han puesto las ciudades. Santiago es la ciudad más segregada del mundo, antes que Londres.. pero también está Temuco.
Somos un país separado. Todo hecho para que nos nos mezclemos.
Saludos.
Gracias.
04 de marzo
empresas marketing, colegios marketing, universidades marketing… puro cuento
+1
04 de marzo
Puro cuento, sin fondo. Pero además un cuento «feo», hay mucho de eso. Te acuerdas de ese comercial de cerveza donde el tipo dice claramente «es imposible que tú y yo hayamos ido al mismo colegio» Eso hace sentido aquí no?.
Gracias,
Saludos.