El 28 de mayo cumplió 2 meses sin libertad. Sesenta días extirpada de los suyos: de su madre, sus amigos y compañeros de estudios y causas. Un tardío marzo fue detenida en Temuco, lejos de su Patagonia, acusada de fabricación, tenencia e instalación de artefactos explosivos. Es Ari. Es coyhaiquina. Y recién se empina sobre los 20.
Quizás a muchos su nombre no diga mucho. En algo ha colaborado la nula repercusión de su encarcelamiento –junto a otras dos jóvenes- en los medios locales. Casualidad o intencionalidad, no lo sabemos. Lo claro es que Ari hoy siente sobre sí todo el poder del Estado, como sólo el Estado de Chile suele ensañarse con algunos. Pero sólo con algunos, con quienes no siente suyos. Porque para nuestras instituciones, ciudadanas como Ari no son parte del nosotros, pertenecen a los otros.
Gisela ha partido rumbo a la Araucanía. En esa ajena región transita el calvario que recorre la madre cuando una hija (o hijo) no la está pasando bien. No será la primera ni la última, sin embargo su dolor es tan importante como el de cualquiera. La vida nos enseña que la pena profunda del alma es imposible de promediar.
Nos han dicho que las historias no pueden ser anónimas. Y la de Ari no lo es. Nunca lo ha sido. Ha sabido de la nieve que cae silenciosa en Patagonia, de la escarcha que congela hasta el alma del más movedizo, del viento, de los bosques, de los ríos. Esos ríos que como reservas de vida han conmovido a toda una generación de jóvenes niños, jóvenes y hoy adultos ayseninos.
Hace dos años, en Coyhaique, fue parte de esa marea ciudadana que movilizó a los patagones contra esa obra de teatro (¿a alguien le cabe alguna duda?) en que se convirtió la aprobación de HidroAysén. Al igual que miles de ayseninos y chilenos que coparon las anchas calles para expresar su indignación. Su rabia. Y también su impotencia. ¿Es necesario castigar a quien anhela cambiar un sistema que considera injusto? No lo creo.
Claro, nos dirán que la justicia hará su labor. Con justicia. Pero, ¿es posible aún confiar? Demasiadas veces hemos sabido de sentencias que de lo que menos podemos tildarlos es de ser justos. Y en otras ocasiones de fiscalías y ministerios del Interior empeñados en dar ejemplos. ¡Que nadie se desenriele!, es la consigna. Más aún en la Araucanía, territorio por décadas escogido como el laboratorio de la mano dura contra el que piense distinto. Desde siempre, contra el que se vista, hable y sea diferente. Que pertenezca, en concreto, a los otros.
Hace dos años, en Coyhaique, fue parte de esa marea ciudadana que movilizó a los patagones contra esa obra de teatro (¿a alguien le cabe alguna duda?) en que se convirtió la aprobación de HidroAysén. Al igual que miles de ayseninos y chilenos que coparon las anchas calles para expresar su indignación. Su rabia. Y también su impotencia. ¿Es necesario castigar a quien anhela cambiar un sistema que considera injusto? No lo creo.
Ari tiene una vida de sueños por cumplir. Uno de ellos, un mundo mejor, aunque limite con el cliché. Muchos compartimos sus anhelos. Somos tan culpables como ella.
Ari es de Coyhaique, de la Patagonia. Hoy está encarcelada a cientos de kilómetros de su tierra natal. ¿Existirá para ella un poco de la, a veces, tan declamada solidaridad?
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Foto: mayu / Licencia CC
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Renato Rivera Zubicueta
Su relato, es entretenido y señala una situación que es según Ud. injusta. Lo Oficial desde la oficina del Fiscal:
En uno de los domicilios se encontraron dos bombas explosivas, una lista para armar y otra en pleno proceso de fabricación. En dicho domicilio había tres imputadas, dos de ellas se encontraban durmiendo al lado de la bomba que estaba en proceso de fabricación, por tanto, pasarán mañana a control de detención por infracción a la Ley de Control de Armas».
Después de leer su relato, considero que Ud. no ha investigado nada, ¿Es verdad lo que dice la Fiscalía? No me deja claro, ha investigado Ud. más alla de «su relato». Considero que su opinión es solo eso una personal visión de los hechos, pero no aporta a la verdad. ¿Cual es la verdad? La que Ud. quiere creer o la verdad objetiva. Deme algo con que comparar, de hechos objetivos y no opiniones. Si Ud. cree que un sistema injusto se cambia con bombas esa sigue siendo una opinión, pero no puede quejarse de que el Estado ejerza su rol o si? Si las personas detenidas son inocentes ayude con pruebas de que eso es así. Las opiniones no cuentan judicialmente. Las mentiras caen por su peso, encuentre la verdad.
vietpunk
Y ud. le cree a la fiscalía?
Yo conozco a la Ari, esas bombas las puso la policía.
Dejen de ser tan ingenuos… pensando que el gobierno no se ensucia las manos con cosas como esa… esa es la ventaja que tienen, que los ignorantes que piensan poco siempre le creen a los de arriba, Y ESO QUE NI LOS CONOCEN EN PERSONA.
edxedx
Usted señor Segura es un cara de raja, como se llena la boca con la situación de la Ari, si varios sabemos que usted es responsable de otro de los episodios amargos de su vida. así que no se llena de politiquería barata.
psegura
No sabía si responder o no a alguien que no es capaz de dar su nombre para atacar a otra persona, pero eso no lo puedo manejar.
Sólo puedo decir sobre lo que señala que no tengo la más mínima idea a qué se refiere.
Saludos
Patricio Segura
Arturo
Si el caso es una trampa policiaca, se entiende la crítica.
Pero, bajo las palabras del columnista, el hacer bombas (artefactos que al detonar pueden matar personas) para «cambiar un sistema que considera injusto» es perfectamente justo.
Bajo esa perspectiva, ¿justificamos entonces que hagamos bombas, escopetas hechizas, etc, para sacudirnos de cosas que consideramos injustos? Yo considero injusto que me cobren impuestos, así que podría tener una bomba guardada para cuando venga la gente de Impuestos Internos a cobrarme……
Si la defensa de la persona va por el lado de que esta NO estaba haciendo bombas, se entiende; pero si es que lo que se quiere justificar es que hacer bombas NO es grave, estamos mal como sociedad.
mibadar
¿Quiénes están organizando la ayuda para Ari?.¿Tiene abogados que la defiendan, cuál es la situación real de su familia?.¿De que forma podemos ayudar?