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Amores perros

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Aseverar que ‘el perro es el mejor amigo del hombre’ no es nuevo. Es más, mucha gente se siente identificada con esta frase, y la repite incesantemente cuando tiene algún desencuentro amoroso, sufre alguna traición, o sencillamente se siente dolido/a por algo o alguien. Valores como la fidelidad, la nobleza, otrora atributos de grandes caballeros, ahora se constituyen en íconos de este animal, el cual ha logrado un estatus de respeto dentro de las familias. A pesar de esta frase yace asentada hace varias décadas en el consciente colectivo de los chilenos, la relación que generamos con este animal muchas veces es extremadamente violenta y desigual, por lo que damos cuenta de tres mandatos básicos que nunca debemos olvidar.

Resulta insólito el ver la forma como se estigmatiza a este animal, muchas veces humanizando su accionar. La etiqueta de ‘razas peligrosas’ ha provocado que ciertas especies, con sus dueños incluidos, sufran segregación y sean aislados de los espacios comunes. Una soberana ridiculez, considerando que los perros sólo replican las mismas ansiedades, temores, celos, que son transmitidos por parte de sus dueños.

La maldad que se le atribuye a algunos perros es sólo por la incapacidad que tenemos de asumir que el problema está en nosotros. En nuestra incapacidad para formar, transmitir valores y entregar afecto.  Primer mandato: No humanizar al perro.

Los actos de violencia física a los que son expuestos algunos perros son verdaderamente atroces. Como la violación a la que fue sometido un perro en Antofagasta o aquella señora que ató a un perro al tubo de escape de su automóvil, son muestras de la carencia de sensibilidad que tenemos como especie. Realmente incomprensible. Domesticamos un animal para someterlo a las más grandes atrocidades. Nos aprovechamos de su confianza y lo traicionamos una y otra vez, porque sabemos que depende de nosotros. Es nuestra incapacidad para conservar los afectos y aprovecharnos de su bondad. Segunda ley: domesticación no implica maltrato.

Tenemos miedo, como sociedad individualista y exitista a que exista otro, aunque sea un perro, que nos recuerde que somos seres colectivos, que somos animales.

Para la sociedad chilena los perros no son un tema de interés. Tal como lo señalaron académicos en una carta enviada a El Mercurio, los perros se encuentran en la más cruenta indefensión, y apenas poseen protección jurídica. Deambulan por la calles siendo víctimas de las más grandes atrocidades, mientras que sus victimarios (muchas veces sus mismos dueños) caminan sin temor, recibiendo la venia de autoridades y empresarios. Al no ser ciudadanos ni consumidores para ellos no existen. Tercer mandato: protección jurídica para los perros es imperioso.

Querámoslo o no, si bien nos llenamos la boca repitiendo frases creadas como ‘el perro es el mejor amigo del hombre’, es un hecho que a nuestro mejor amigo no lo respetamos. Al contrario, nos aprovechamos de él y forzamos al máximo su bondad. ¿La razón? Tenemos miedo, como sociedad individualista y exitista a que exista otro, aunque sea un perro, que nos recuerde que somos seres colectivos, que somos animales.

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1 Comentario

Jorge gonzalez

Francisco
ud vive en un mundo de fantasía el que puede ser políticamente correcto, a la orilla de una apetitosa parrillada alimentando vuestro poodle, sin asumir el problema que a diario enfrentamos en el campo con un crefiente número de perros asilvestrados que actuando como agresivas jaurías , nos muerden atacan y matan nuestros animales domésticos incluso a nuestros propios perros, de los cuales no nos podemos defender sin infringir alguna ley o norma animalista,
Por favor indíqueme una solución efectiva para este real problema que enfrentamos a diario , si ud como otros los considera como que debemos domesticarlos etc, yo le indico donde hay muchos bastante agresivos para que lo trate, yo he debido enfrentarlos y no me atrevo