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Simpsonwood y el timerosal

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Desde que la primera compañía farmacéutica creó el timerosal y, pese a lo poco viable del compuesto, igualmente lo enroló como preservante en la industria de las vacunas, así como todos los increíbles eventos de conflictos de intereses, políticos, legales, evidencia científica, etc. que ha debido sortear este veneno para ser parte hoy de las vacunas que son aplicadas a nuestros niños, hay uno que sorprende y no se puede omitir en este tema, es la famosa reunión de Simpsonwood, descrita por Robert. Kennedy Jr. abogado ecologista (sobrino del fallecido presidente) en su artículo Inmunidad Mortal.

Robert Kennedy empieza su artículo relatando una reunión que tuvo lugar en Simpsonwood, Georgia en junio del 2000. La reunión fue convocada por el CDC (Centro de Control de Enfermedades, USA) y tuvo lugar en este centro de retiros metodista, al lado del río Chattahoochee, para asegurarse la máxima confidencialidad. El CDC no hizo ningún comunicado público de la sesión, tan sólo entregó invitaciones privadas a 52 asistentes. Entre ellos había funcionarios de alto nivel del CDC y de la FDA, el especialista en vacunas más destacado de la OMS de Ginebra, y representantes de los principales productores de vacunas, como GlaxoSmithKline, Merck, Wyeth y Aventis Pasteur. Según Kennedy, los funcionarios del CDC insistieron repetidas veces en que la información científica debatida estaría estrictamente “embargada”; es más, en el documento principal escrito por Verstraeten, había un mensaje que decía “No haga fotocopias ni lo reproduzca”, y los participantes no podían llevárselo consigo al finalizar la reunión. 
La reunión tenía como objetivo tratar una inquietante investigación que había suscitado dudas sobre la seguridad de una gran cantidad de vacunas administradas a bebés y niños pequeños. Según Tom Verstraeten, un epidemiólogo del CDC que había analizado la enorme base de datos con los historiales médicos de 100.000 niños, un conservante con mercurio incorporado a las vacunas -el timerosal- parecía ser el responsable de un aumento espectacular de los casos de autismo y de un gran número de otros trastornos neurológicos en los niños. Según Kennedy, Verstraeten dijo: “Me quedé realmente atónito con lo que vi”, al tiempo que mencionaba la gran cantidad de estudios anteriores cuyos resultados mostraban una relación del timerosal con retrasos en el habla, trastornos por déficit de atención, hiperactividad y autismo.
El artículo continúa diciendo: “Desde que en el año 1991 el CDC y la FDA aconsejaron administrar tres vacunas adicionales con el conservante a bebés sumamente pequeños -en un caso, a las pocas horas de nacer- la cifra aproximada de casos de autismo se había multiplicado por quince, pasando de uno por cada 2.500 niños a uno por cada 166. ‘Pueden darle todas las vueltas que quieran al asunto’, les dijo el Dr. Bill Weil, un especialista de la Academia Americana de Pediatría, los resultados ‘son estadísticamente significativos’. El Dr. Richard Johnston, inmunólogo y pediatra de la Universidad de Colorado cuyo nieto había nacido a primera hora de la mañana del primer día de reunión, todavía estaba más alarmado. ‘¿Mi presentimiento?’, preguntó. ‘Disculpen este comentario personal, pero no quiero que mi nieto reciba una vacuna con timerosal hasta que no sepamos mejor qué ocurre”.

Daniel Kirchheimer, en una carta criticando a Kennedy, dice que Verstraeten no llegó a establecer una relación estadísticamente significativa entre el timerosal y el autismo. Kennedy niega que su artículo afirme que Verstraeten había demostrado significancia estadística y afirma que se limitó a decir que hay una conexión. Para reforzar su argumento cita un correo electrónico de Verstraeten a sus compañeros en el CDC en el que refiere que ha documentado que los niños después de recibir su primera dosis de hepatitis B tienen una incidencia 7,62 veces superior de autismo; y que a los tres meses, los niños que tenían sus vacunas en regla habían recibido 62,5 microgramos de timerosal y su riesgo relativo de padecer autismo era de 2,48; lo que desde el punto de vista legal sí se considera significativo.

Un punto importante de la crítica de Kennedy es que los funcionarios y ejecutivos de Simpsonwood, en lugar de tomar medidas para alertar al público y eliminar el suministro de timerosal en las vacunas, invirtieron mucho tiempo debatiendo cómo ocultarían la información perjudicial. Muchos de los presentes en la reunión estaban preocupados por cómo las revelaciones sobre los problemas del timerosal podían afectar al futuro de las empresas fabricantes de vacunas. Daniel Kirchheimer también expresa su desacuerdo con esta afirmación. Obviamente, las apreciaciones sobre el tiempo que requiere la discusión de cada tema son subjetivas y, sin leer las transcripciones de la reunión, es imposible juzgar quién tiene la razón.
A juzgar por los comentarios que según Kennedy hicieron algunos participantes de la reunión, lo que es evidente es que el secretismo podría responder al miedo del gobierno y de las industrias a recibir una avalancha de denuncias y juicios. “No nos encontramos en una posición favorable para defender ningún juicio», comentaba el Dr. Robert Brent, pediatra del Hospital infantil Alfred I. DuPont de Delaware. Será un recurso para nuestros abogados. El Dr. Bob Chen, jefe del área de la seguridad de las vacunas para el CDC, puso de relieve que «dada la confidencialidad de la información, hemos sido capaces de mantenerla al margen de, por ejemplo, gente menos responsable”. Lo que también parece indicar que a los participantes en la reunión también les preocupaban las consecuencias para la salud colectiva de que un número elevado de padres optase por no vacunar a sus hijos, al menos hasta que consiguieran ofrecer vacunas sin timerosal.
Según Kennedy, “el gobierno ha demostrado ser mucho más hábil ocupándose de los daños y perjuicios que protegiendo la salud de los niños. El CDC pagó al Instituto de Medicina (IOM) para que llevara a cabo una nueva investigación para encubrir los riesgos del timerosal, exigiendo a los investigadores que ‘descartaran’ su vínculo químico con el autismo. El Instituto ocultó las conclusiones de Verstraeten, a pesar de que se había programado que se publicarían inmediatamente, y les dijo a los otros científicos que sus datos originales se habían ‘perdido’ y que no podían repetirse. Además, para engañar a la Ley de Libertad de Información, entregó su enorme base de datos de la vacuna a una empresa privada, declarando que estaban fuera del alcance de los investigadores. Cuando finalmente Verstraeten publicó su estudio en 2003, ya había empezado a trabajar para GlaxoSmithKline y había modificado su información de manera que el enlace entre el timerosal y el autismo quedara oculto.

"Daniel Kirchheimer, en una carta criticando a Kennedy, dice que Verstraeten no llegó a establecer una relación estadísticamente significativa entre el timerosal y el autismo."

La famosa reunión en la localidad de Simpsonwood ya no es secreto, y que Verstraeten fue uno de los segundos científicos, en entregar y condenar a los niños al timerosal, tampoco.

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Sandra Ormazábal

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2 Comentarios

JorgeLuis

Sandra, el hecho que tu hijo sufra de autismo, te condiciona a creer firmamente en una hipótesis no sólo no demostrada, sino absolutamente ficticia, el que el timerosal en vcunas induzcan autismo.
Si así fuera, en los países que no se utilizan timerosal hace écadas, como Dinamarca, el autismo lejos de ser menor ha progresado aún más luego del retiro del producto. Infórmate mejor.
En todo caso, demuestra con algún estudio convincente tu febril teoría.
Espero enlace, en todo caso yo pondré uno, con estudios corroborados que fácilmente puedes encontrar en la web.
https://www.paho.org/chi/index.php?option=com_docman&view=download&category_slug=sistema-de-salud&alias=124-la-seguridad-de-las-vacunas-que-contienen-timerosal&Itemid=1145
Viva el Perú

Sandra

Jorge Luis infórmate, mi hijo nunca ha sido diagnosticado con autismo, ni en sus peores momentos cuando hablaba nada… el diagnóstico más extremo fue TEL MIXTO .
Infórmate además , por favor, sobre el Dr. Thorsen danés fugitivo quien no sólo alteró datos de estudios que buscaban relacionar timerosal y autismo, ocultando el daño que causa el primero, sino que también robó fondos destinados a estos estudios!!…un patán de tomo y lomo vendido como desgraciadamente hay muchos!!!.
Estudios utilizados ampliamente por la CDC, USA infórmate del escándalo en que terminó todo esto (que la CDC usara estudios realizados por un patán)
Saludos

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Sandra Ormazábal

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