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Salud: el invitado sorpresa en la agenda de reformas

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Parecía que con las Reformas en curso: tributaria, política y educacional, se acababan los grandes cambios que  la administración de la Presidenta Bachelet estaba dispuesta a realizar. Las transformaciones estaban saliendo más difíciles de lo que se pensaba, y el horno no estaba para más bollos. Sin embargo, con frecuencia, los cambios crean nuevos  escenarios y abren el apetito de la sociedad, en particular cuando hay necesidades tan esperadas y postergadas por tantos años.

…tendremos una reforma en diseño al término de este Gobierno, y que ésta será uno de los ejes principales de las elecciones del 2017.

Una reforma al sistema de financiamiento de la salud no estaba en los pergaminos de nadie hace un año. Sin embargo, en el último tiempo se han generado importantes hitos que podrían indicar que, a lo menos, tendremos una reforma en diseño al término de este Gobierno, y que ésta será uno de los ejes principales de las elecciones del 2017.

Lo más relevante de este proceso, es que el margen de la discusión política se amplió a pesar de la resistencia por parte del Gobierno y la presión de los grupos económicos relacionados, siendo clave la acción coordinada de grupos programáticos de corrientes progresistas.

Repasemos los acontecimientos más relevantes que han llevado a este escenario, no previsto:

  • En abril de este año, la Presidenta conformó la Comisión Asesora Presidencial para reformar el sistema de Isapres (CAP), una de sus promesas de campaña. La CAP fue capaz de convocar a representantes de partidos políticos tradicionales, a reconocidos académicos, junto a actores relevantes vinculados a la salud. Sesionó durante meses y recibió en audiencia a un número importante de instituciones.
  • En junio, Revolución Democrática y Fundación Creando Salud presentaron ante la CAP sus propuestas, coincidentes en la creación un fondo único de salud –que supere la actual segregación Isapres/Fonasa- administrado por un seguro único. Esto transformaría a las Isapres en seguros complementarios. La propuesta de RD profundizaba en la necesidad de: a) Contar con un plan garantizado de salud de amplia cobertura;  b) Aumentar los recursos destinados a salud y c) Mejorar urgentemente la gestión del sector. Fue muy bien recibida por la mayoría de los comisionados, sin embargo, provocó molestia entre los representantes de las Isapres.
  • En Julio del 2014, la encuesta CEP volvió a reflejar que la salud era la principal preocupación de los chilenos, por sobre educación y seguridad, mostrando que existe una demanda social latente.
  • En agosto, los comisionados de la CAP efectuaron «dos votaciones claves» para la propuesta de reformas al sector que harán a la Presidenta Bachelet. En la primera de éstas, 15 de los 18 miembros de la instancia se pronunciaron a favor de «modificaciones estructurales» en el sistema. La segunda buscaba definir una visión de largo plazo que guiara las medidas a plantear, y en ella  11 votos se inclinaron por la idea de crear un fondo único y un seguro nacional de salud, que reuniría la cotización obligatoria (7%) de todos los trabajadores del país.
  • Reaccionando a esta señal, durante el mes de agosto, distintos think tank realizaron foros para presentar sus propuestas y discutir una eventual reforma (Instituto Igualdad, Fundación Chile XXI, Espacio Público…). En estos espacios se evidenció que existe un diagnóstico común sobre la crisis del sector, posicionándose dos propuestas como las más viables desde lo técnico y político para enfrentarla: a) Crear un fondo único y seguro único de salud, dejando a las ISAPRES como seguros complementarios (sus principales impulsores fueron Revolución Democrática y Fundación Creando Salud); b) Crear un fondo único y gestionar un sistema de multiseguros, donde existirían seguros privados tales como las ISAPRES, pero altamente regulados y con sistema de pago con ajuste de riesgo para evitar la discriminación (presentada entre otros, por el centro de estudios “Espacio Público”).

Frente a este escenario, y a medida que se acerca la fecha en que la CAP hará su propuesta a la Presidenta, las aguas en su interior se han agitado. Hace un par de días se ha hecho pública la renuncia de dos de sus miembros (el representante de Colmena y la representante de las clínicas privadas), probablemente intentando forzar una crisis artificial al interior de la CAP. Ni siquiera los otros dos representantes de las Isapres los siguieron, con lo cual la renuncia quedará  inscrita en la historia como una pataleta vergonzosa, que refleja una actitud poco democrática de las instituciones que representan. Con esta actitud se desconoce la labor seria de una comisión de alto nivel técnico, y se pasa por encima de  los acuerdos logrados tras meses de trabajo. Se asemeja a la rabieta del que, sabiéndose derrotado, decide retirarse del partido antes del final.

Gonzalo de la Carrera -representante de Colmena- asegura en su carta renuncia que la propuesta «conduce a la destrucción de la iniciativa privada, tanto en el sector prestador como asegurador, para conducirnos a una estatización de la salud de los chilenos», cuestión muy alejada de lo que indican los análisis técnicos existentes y de las recomendaciones de instituciones tales como la OMS.

Debemos agradecer la carta de renuncia del Sr. Carrera ya que ella es  la mejor evidencia de que las Isapres nunca han entendido el rol que la sociedad esperaba de ellas: actuar como seguros de salud y no seguros financieros; formar parte de la seguridad social; y enfocar su acción en la prevención y el cuidado de la salud de las personas. Un simple análisis del  lenguaje empleado en la carta (“el lenguaje es  una poderosa ventana de nuestros modelos mentales”) muestra que no hay una sola referencia a conceptos relacionados con salud o seguridad social, y que las grandes preocupaciones del señor Carrera dicen relación con “iniciativa privada”, “estatización”, “sistema privado”, “cotización”. En síntesis, la salud entendida como un mercado lucrativo.

Es esperable que esta reacción tenga eco en grupos económicos y medios de prensa relacionados. Esto confirmaría que la ideología y la defensa del lucro en salud priman por sobre el entendimiento de la salud como un derecho.

Dentro de pocos días, la Presidenta tendrá entre sus manos una propuesta que, sin duda alguna,  será una invitación a iniciar un proceso de transformaciones estructurales en salud. En RD entendemos que este cambio tomará algunos años. Sin embargo, pensamos que es ineludible iniciar el proceso a la brevedad, ya que éste debiera ser el gran eje de discusión de las próximas elecciones presidenciales.

Jaime Peña, Cristóbal Cuadrado, Cristián Cáceres

Comisión de Salud Revolución Democrática

Imagen: sanar.org

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7 Comentarios

Juan Pedro

Y el estado nos sigue quitando nuestra plata….. HASTA CUANDO!!!!

    csrd

    Estimado: ¿A qué se refiere con «quitar nuestra plata»?
    Le recuerdo que usted vive en sociedad y consume muchos recursos públicos, p.e., carabineros, que le permiten vivir tranquilo con los suyos. Le recuerdo además que ni usted ni nadie tienen clavada la rueda de la fortuna, y que su bienestar de hoy puede cambiar en el futuro. En ese momento, usted agradecerá contar con acceso a una salud de calidad, aunque no la pueda pagar. No piense egoistamente, ni sea cortoplacista. Los países desarrollados invierten en sistemas de seguridad social porque saben que de ellos depende la cohesión social.

    Juan Pedro

    Estimados,
    Me refiero a que una vez buscan la solución más socialista, esto es, quítenle al que tiene.

    Lo que va a pasar, como siempre, es que nos el fisco se apropiará de nuestros fondos. Una vez más, se usarán para subir sueldos (la salud está rehén de los funcionarios públicos). Mientras, un fonasa único NO dará abasto pára el 100% de la población.

    Sabes tú cuanto te demoras en obtener una hora a un doctor especialista en Francia??? 6 meses. En Inglaterra?? No menos de 4. Yo no quiero eso para mi y mi familia.

    mascaron

    Juan Pedro:
    Tus ejemplos son burdos y falsos. Los sistemas francés e inglés funcionan notablemente mejor que el nuestro, con tiempos de espera muy inferiores a los que señalas, y lo más interesante: para todos, sin hacer diferencia por clase social o ingresos de las personas.
    Nuestra principal diferencia? Tú señalas querer bienestar para tí y familia, yo quiero bienestar para todos los chilenos, no solo para unos pocos privilegiados.

    Juan Pedro

    Mira Maricón de Proa, mentiroso no me dices. Tuve la suerte de vivir tanto en Londres como en Marsella, y que mi hija naciera allá, así que estoy por experiencia al tanto de las demoras para un especialista. Y son esas, y no menos que esas.

    Y tu letanía de «yo me preocupo por todos, y por eso soy mejor que tú» tiene cero credibilidad para mi. Al menos me indica que quieres aprovechar de lo que otros pagan, cosa que yo no pretendo hacer.

marceleau

marceleau

Adhiero a la introducción de mejoras sustantivas, primeramente, en el sistema de atención médica pública en aras del cumplimiento de uno de los derechos fundamentales de las democracias modernas. Desde esta perspectiva aplaudo el esmero por nutrir el debate público sobre este sensible tema.
No obstante, veo con preocupación que el diagnóstico que define su aspiración de «reforma estructural» es en el fondo un ajuste que orbita en torno a la faceta curativa del escenario de la salud, enfoque que ya en el siglo XIX quedó descartado. En otras palabras, vuestra propuesta es menos que parcial, puesto que omite aspectos esenciales de la evolución histórica de la esfera de la salud. En consecuencia, de estructural solamente tiene el nombre. Entiendo que hay buenas intenciones, pero ello no me impide apuntar que su análisis es reduccionista.
Es pertinente abrir la cancha del análisis y poner más atención a los diferentes perfiles que conforman eso que denominamos salud en el siglo XXI. No podemos resumir la discusión a un mostrarse los dientes entre el sector público y privado y a una cuestión tecnocrática de plata más o plata menos, todo un absurdo cuantitativo si se atiende que la salud es antes que nada una experiencia humana que encierra esperanza y dolor.
Para una posterior reflexión, dejo algunas interrogantes:

1) ¿Qué papel se le asignan a las escuelas universitarias formadoras de profesionales de la salud? ¿Seguirán educando a personas diestras en la techné médica u optarán por enseñar el servicio público, algo escaso en las mallas académicas hoy?
2) ¿Qué dimensiones le asignan al peso que suponen las nuevas enfermedades sociales del siglo XXI? Alzheimer, Cáncer, Obesidad o las complejidades que reviste la extensión de las expectativas de vida y la consiguiente alza de una población «vieja», mote que culturalmente significa un lastre. Chile conoce en su historia las experiencias que significaron las enfermedades sociales de primera generación. Sería bueno aprender de ello y saber que los recursos económicos son un medio y no un fin de la organización de sistema de salud.
3) ¿Saben que ni el mercado ni el Estado por sí solos han sido capaces de sostener un sistema de salud en la historia moderna de las sociedades? Existen excepciones: la URSS y los regímenes fascistas y nazi. No las recomiendo eso sí.

Para concluir. La salud es un valor social nuclear de toda sociedad democrática y no puede quedar restringida al predominio de cuestiones de dinero públicos o privados, tal como queda esbozado en la agenda de reformas que plantean. El Estado puede desempeñar un papel importante en la cautela de de ese valor, pero en primera y última instancia es un asunto que le compete a la sociedad en su conjunto, sobre todo en el escenario que comienza a dibujarse en la presente centuria.

Cordialmente

    Patricio

    Claramente si hablamos de una reforma al sistema de financiamiento y aseguramiento en salud puede sonar rimbombante decir reforma estructural. Sin embargo desde la institucionalidad es un avance importante contar con los recursos necesarios para dar la condiciones materiales al sistema público principalmente que hoy no alcanza a cubrir la demanda respecto a la enfermedad. El proceso salud enfermedad abarca claramente dimensiones colectivas que van más allá de lo institucional y financiero y tiene que ver con cambios de paradigmas, lo anterior requiere cambios en el proceso de formación del personal sanitario pero además cambios culturales y sociales. Hay que entender que un movimiento/partido político se mueve en torno a un análisis institucional y cambios más profundos deben nacer de movimientos sociales de carácter más popular, amplios y deliberantes. RD a conciencia se ha centrado en esta área sabiendo que es su rango de movimiento político, pero a sabiendas que una reforma estructural en salud abarca mucho más que el sistema de financiamiento y que aún falta consolidar un movimiento amplio de base en donde serán múltiples los actores involucrados y en donde podriamos decir que este es un pequeño gran paso para aunar esfuerzos en este gran y necesario cambio del sistema de salud, institucional y social. Saludos!

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