Si queremos que la colusión no vuelva a ocurrir podríamos probar con regular, como lo plantea el proyecto de ley de modificación al código sanitario, y no seguir esperando que la “autorregulación” cumpla la tan anhelada promesa de que “alguien” se haga cargo del acceso a los medicamentos en Chile. La farmacia debe dejar de ser un minimarket, al que lo único que le falta es vender cigarrillos, y pasar a ser un centro de salud como muchos queremos que sea.
Se ha publicado bastante en la prensa sobre el proyecto de ley que quiere permitir la venta libre de algunos medicamentos (OTC en ingles) en supermercados, bombas de bencina, botillerías, panaderías, almacenes, entre otros, pero poco se ha intentado explicar, más allá del marketing político, qué consecuencias positivas o negativas podría tener esta medida, y cuál es la diferencia con el proyecto de ley que busca modificar el código sanitario, que, entre otras cosas, buscar regular la bioequivalencia, recetar por genéricos y regular las “canelas” (incentivos comerciales a vendedores de farmacia).
Antes que todo, debiéramos preguntarnos: ¿qué problema o situación busca mejorar esta medida? Es lógico que antes de comprar una pala o un martillo nos preguntemos si queremos martillar o cavar. Revisemos qué nos dice la prensa y, a través de ella, el Gobierno. Esta ley busca corregir dos cosas:
1. Existen 50 comunas sin farmacias. (Según lo que nos dicen, y no tenemos porque desconfiar de la autoridad…)
2. Bajar los precios de los medicamentos.
Lo primero que nos podríamos preguntar: Si existen 50 comunas sin farmacias… ¿tendrán acceso a medicamentos? Eso depende de si el sistema público de salud se encuentra en dicho lugar. Y una segunda pregunta: ¿por qué no existen farmacias en esos lugares? Según entiendo, “el Estado tiene que cubrir las necesidades de las personas en aquellos lugares donde los privados no se encuentren”. ¿Este sería uno de esos lugares, cierto? Además, si faltan naranjas uno no compra manzanas.
Es aquí donde nace la idea de una “farmacia estatal”. Pero no es la única posibilidad. Existe un proyecto de ley que se encuentra actualmente en su segundo trámite constitucional, que busca regular el mercado de los medicamentos en Chile y hacerse cargo de la falta de acceso a los medicamentos.
Vemos que este “otro proyecto” intenta corregir el acceso. ¿Cuál es la diferencia? Bueno muy simple… el primero quiere ampliar el “acceso”a medicamentos OTC, de libre venta, medicamentos que se utilizan en “molestias menores y de fácil reconocimiento”; el segundo quiere modificar el código sanitario, y por ende el acceso a todos los medicamentos, incluyendo los crónicos, que son los que más influyen en el presupuesto familiar, ya que se requiere su compra mes a mes. ¿Quienes presentan la primera? El Ministerio de Economía. ¿La segunda? El Ministerio de Salud.
Pero nos falta el segundo punto que se busca corregir: bajar los precios de los medicamentos.
Si usted es hipertenso, diabético, tiene problemas de colesterol, toma medicamentos para la depresión o el asma…el proyecto de OTC no le va a ayudar en nada. Incluso existe la posibilidad de que lo afecte. Me explico:
Las tres cadenas de farmacia tienen un 92% del mercado. Se coludieron y, por ende, queremos castigarlas. Se les quiere quitar (o disminuir) unaporción del mercado, compuesta por los de venta libre, ¿cierto? Pero hay que ver el cuadro completo. ¿Qué ocurrirá con los medicamentos que se queden en las farmacias (los crónicos, los con receta)? Bueno, existe una alta probabilidad que para “compensar” la pérdida, éstos suban de precio. ¿Los perdedores? Adultos mayores y enfermos crónicos, personas que deben comprar mensualmente sus medicamentos.
¿Y la baja de precios? Si uno revisa los antecedentes que posee el Ministerio de Economía al respecto, solicitados a través de ley detransparencia, se da cuenta de que la baja de precios (si es que existe) sería entre un 5,6 a un 8,2%. Menos de un 10% en medicamentos que cuestan aproximadamente $2.000, lo que se traduce en un ahorro de $200.Existe una inconsistencia del Ejecutivo. Una reforma plantea estrictas medidas asociadas a temas de salud pública, en cambio la otra plantea la liberalización del mercado. Si revisamos el proyecto de venta de OTC nos podríamos preguntar qué ganamos con este proyecto. O mejor aún: ¿quién gana con este proyecto?
¿Estamos dispuestos a hacer una apuesta con la salud de los chilenos por una baja de menos de 10% (o $200 pesos)? ¿Ataca el tema de fondo?
Si queremos que la colusión no vuelva a ocurrir podríamos probar con regular, como lo plantea el proyecto de ley de modificación al código sanitario, y no seguir esperando que la “autorregulación” cumpla la tan anhelada promesa de que “alguien” se haga cargo del acceso a los medicamentos en Chile. La farmacia debe dejar de ser un minimarket, al que lo único que le falta es vender cigarrillos, y pasar a ser un centro de salud como muchos queremos que sea.
Lea también:
Proyecto de ley que modifica el Código Sanitario en materiade regulación a las farmacias
* Lee además la columna de Cecilia Sepúlveda: «Medicamentos: mano firme para regular el mercado«
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Foto: Shawn Oster /Licencia CC
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