Cómo podemos hablar de “igualdad” si a uno de los grupos más necesitados ve vulnerado su derecho a la vida al darle una limosma que, difícilmente, les alcanza para satisfacer sus necesidades básicas. Pensemos fría y matemáticamente ¿Quién logra vivir, sin padecer ninguna enfermedad, con 80 mil pesos al mes?
En estos últimos años Chile se ha manifestado como hace décadas no lo hacía, revelando una gran verdad: el descontento del pueblo contra el sistema y el impetu de los jóvenes en creer que pueden cambiarlo. ¡Maravilloso! pero en este año de elecciones, gracias al gran poder de los Medios Masivos de Comunicación que hoy existen y que no son controlados por las grandes élites de poder, la ciudadanía ha podido comunicarse con extraños que comparten sus ideales y descontentos con diversos temas País. Uno de ellos es la Salud, hace dos años que la analizo y estudio, porque esta vez me tocó a mí ver la injusticia e impunidad con el que opera. Sin embargo, quiero enfocarme en un tema que pocas personas conocen, la Pensión de Invalidez.
Según la RAE, Pensión es: Del lat.pensĭo, -ōnis).1. f. Cantidad periódica, temporal o vitalicia, que la seguridad social paga por razón de jubilación, viudedad, orfandad o incapacidad. Cito este diccionario por ser referente de todos los hispano hablantes, por tanto el significado de esta palabra, en especial la oración, “la seguridad social paga”, nos da a conocer que NO es un beneficio que el Estado nos otorga de manera extraordinaria y por excelente voluntad. Sigamos con el adjetivo invalidez: 1. f. Cualidad de inválido. 2. f. En las relaciones laborales o funcionariales, situación de incapacidad permanente. Analizados estos términos, continuemos con la revisión del sistema de pensión en Chile.
Si buscamos en internet, obviamente tendremos respuestas inmediatas a nuestra búsqueda, pero si hacemos el ejercicio, la sprincipales páginas que se muestran son de las AFPs, una de las instituciones que comete los delitos lícitos más rentables de nuestro país, quienes, en palabras muy correctas y citando la Ley de Pensiones, nos informan los requisitos, cómo hacer el cálculo, y el “enorme” beneficio que nos otorgan al darnos una pensión por invalidez, lo que se traduce en que el trabajador tiene más del 50% de sus facultades físicas o psíquicas debilitadas y que le impiden trabajar.
Existen dos tipos de pensión. Primero, La Pensión Básica Solidaria que se establece en la Ley 20.225 y señala que “uno de los principales objetivos del Sistema de Pensiones Solidarias es la prevención de la pobreza en caso de invalidez. El financiamiento de las prestaciones otorgadas por este Pilar provienen de ingresos generales de la Nación, lo cual convierte el beneficio en uno de carácter solidario”. A éste pueden acceder aquellas personas que tuvieron una participación nula en algún régimen previsional o muy baja en elsistema de pensiones contributivo. En otras palabras, La Pensión Básica Solidaria es la que el Estado provee a quiénes, tras someterse a engorrosos trámites, a los que me referiré en otra ocasión, pueden recibir de por vida alrededor de $80.000 mensuales. ¡Oh, qué gran monto! Sí, sé que la ironía no es la mejor manera de criticar algo o alguien, pero mis epítetos serían demasiado groseros para referirme a esta burla.
Cómo podemos hablar de “igualdad” si a uno de los grupos más necesitados ve vulnerado su derecho a la vida al darle una limosma que, difícilmente, les alcanza para satisfacer sus necesidades básicas. Pensemos fría y matemáticamente ¿Quién logra vivir, sin padecer ninguna enfermedad, con esa cantidad de dinero? Yo, como sostenedora de un hijo no puedo, menos si le sumamos la triste realidad de que más del 80% de quienes reciben esta pensión, pertenecen a la población más pobre de nuestro país. Hoy se debate mucho sobre la “bioequivalencia” de medicamentos, aumento en las patologías GES, mejoras en el sistema de salud, pero ¿quién se ha puesto a reparar en este grupo de chilenos que, además de tener que sobrevivir, debe costear medicamentos que su “canasta” NO incluye? Ampliemos el espectro. Cuánto dinero deben desembolsar para salir a controles, ya sea en instituciones con atención “gratuita»”, cuando el tratamiento para estas dolencias requiere asistir a controles, al menos, una vez a la semana, por tan sólo hacer mención a algunos de los múltiples gastos a los que se ven sometidos.
Por otro lado, está la Pensión de Invalidez que pueden optar personas que sufren una enfermedad catastrófica, que según la OMS, implica que el 40% de sus ingresos están destinados a costear los gastos propios de la enfermedad. Se les clasifica de acuerdo a protocolos que están establecidos en el reglamento del Decreto Ley N° 3.500 de 1980, resueltas por mayoría absoluta de sus miembros y publicados sus acuerdos en el Diario Oficial.
Existen dos tipos de Pensiones de Invalidez, la total y la parcial. La primera de ellas es para afiliados con pérdida de su capacidad de trabajo de al menos dos tercios. Tienen un carácter Definitivo a contar de octubre de 2008, es decir, debe obtener un porcentaje de invalidez superior al 70%, mientras que la segunda es para quienes tienen una pérdida de su capacidad de trabajo igual o superior al 50% e inferior a dos tercios. Lamentablemente, en esta modalidad de pensión también existe un robo descarado por parte de las AFPs y las compañías de seguro, puesto que no sólo deben lidiar con la desazón de tener una enfermedad que, tras intentar de todo para sanar, ven cómo el dinero que percibirán es muy inferior al que perciben previo al dictamen. Cuando la invalidez es total, se calcula el promedio de renta de los últimos diez años y el “paciente” tiene “derecho” a recibir el 70% de ese promedio, mientras que si el fallo de la Comisión médica es de invalidez parcial, sólo tendrá derecho al 50% del promedio de rentas.
Si bien hay muchos matices y aristas del proceso que no son mencionados en esta ocasión, es imperioso que nos detengamos y nos preguntemos hasta cuándo permitiremos que nos sigan robando ¿qué haría si tuviese que vivir con alguna de estas realidades? y, más importante aún, cómo es posible que sigamos hablando de igualdad cuando a quienes poseen algún tipo de“discapacidad” se les vulneran sus derechos constitucionales de manera despiadada e irrisoria, mermando su calidad de vida y la de sus familias, sólo para seguir enriqueciendo los bolsillos de las grandes élites de poder en Chile. No podemos conformarnos con pensar que somos un país tan solidario, porque una vez al año donamos dinero a una institución o porque cuando vemos un caso especial se nos remece el corazón. No. Seamos mejores y exijamos un nuevo Sistema de Pensiones, un nuevo Sistema de Salud, una nueva Constitución, un nuevo Chile.
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