Vivo en Ñuñoa, donde el cartero me saluda por mi nombre y mis vecinos cuidan mi casa en vacaciones. Esta actitud colaborativa no es espontánea, surgió de acciones concretas de unos pocos, es decir, había muchos proclives a la buena onda pero sólo unos cuantos poseían el switch mental para saludar primero, luego armar un grupo WhatsApp, etc.
En perspectiva, nada de esto sucedería si no existiese la voluntad de unos pocos en saltar la barrera del ensimismamiento y desconfianza. A esa habilidad para interactuar con otros le llaman habilidades blandas, pero el concepto más actual es competencias sociales y, de un tiempo a esta parte, dejaron de ser las hermanas pobres de las competencias para transformase en imprescindibles en un currículo, y en ellas se incluyen desde la autorregulación emocional, la comunicación efectiva, las actitudes prosociales a la asertividad y la solución de conflictos.¿Habrá alguna otra manera de explicarse por qué si desde tiempos inmemoriales rezamos la misma plegaria, «lávese los dientes», la gente no lo hace? ¿No será que damos mal el mensaje?
A mi humilde juicio, gran parte de estas habilidades se aprende en la casa con el simple ejemplo, se refuerzan en el colegio, se hacen necesarias en la Universidad y ultra imprescindibles cuando entras al mundo laboral. Pero en odontología, este tema hace agua.
El estándar de enseñanza perpetúa el individualismo profesional y no fomenta la multidisciplinariedad, instruye a los nuevos profesionales en un modelo sanitario reparador cuando el foco esta en lo preventivo y, sobre todas las cosas, insiste en estar al “pie del sillón”, cuando lo que se necesita son odontólogos que salgan del box y se internen en la comunidad para ser parte del modelo de salud familiar, donde es imperioso poseer estas habilidades.
El modelo del dentista solitario y encerrado en su consulta privada está en extinción. Ahora lo que “la lleva” son los grandes prestadores privados o el sistema público. En ambos sectores eres uno de muchos otros funcionarios. Entonces, tener habilidades sociales te permite sortear mejor la jungla, ya que el buen trato siempre te abre puertas; saber resolver conflictos te aligera la vida y ser empático te garantiza una agenda llena.
Pese a lo útiles que son, las mallas curriculares de odontología siguen sin potenciar las habilidades blandas. Lo mismo pasa con las competencias de educación (enseñar a enseñar). ¿Habrá alguna otra manera de explicarse por qué si desde tiempos inmemoriales rezamos la misma plegaria, «lávese los dientes», la gente no lo hace? ¿No será que damos mal el mensaje?
Últimamente, las universidades se han dado cuenta que si quieren que sus egresados se empleen fácilmente, deben asegurarse que obtengan estas habilidades, así que poco antes de egresar algunas tienen cursos de ortografía, trabajo en equipo y cosas similares. Algo así como “enchule a su odontólogo”, pero yo de verdad creo que estas habilidades no se aprenden de un día para otro y que la universidad es un minuto crucial, si no ya tardío, para incorpóralas en el ADN de la conductas aprendidas.
Hasta algunos años atrás, mi opinión no pasaría de ser una anécdota, pero ahora que estamos al borde de la sobrepoblación, y seguimos siendo restrictivos para una gran mayoría de la gente, y la necesidad que la población tiene de nosotros sigue siendo un “bien superior”, es decir, voy al dentista cuando me duele y ya no me aguanto, o cuando tengo plata, probablemente sea distinto. Y en ese contexto, existiendo cientos de dentistas ávidos de pacientes, son las facultades de odontología las que deben hacer ingentes esfuerzos por incorporar habilidades blandas a sus egresados: porque así les aseguran un mejor porvenir profesional al hacerlos más “empleables”, pero por sobre todas las cosas, porque si no aprendemos a trabajar interdisciplinariamente nunca nos validaremos antes el equipo de salud y jamás lograremos ser una necesidad básica.
Comentarios
20 de octubre
Orgullo es poco al lado de lo que siento al leer estas palabras que en el fondo me dicen que si (aunque en el inconsciente) quieres lo que estudiaste
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12 de diciembre
MUY BUENOS LOS ARTÍCULOS DE SALUD. ME INTERESA MUCHO POR MI PROFESIÓN DE ODONTÓLOGO
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