Y en este escenario, ayer nos enteramos de la denuncia que realizó un familiar de una mujer a la cual aparentemente parió engrillada y rodeada de gendarmes. ¿Cómo es posible que como humanidad hayamos llegado a este límite de violencia?
Su nombre es Lorenza Cayuhan, cumple condena por robo con intimidación y receptación. Entró a la cárcel estando embarazada y parió a su bebé en un hospital engrillada y con altas medidas de seguridad. #Niunamenos se ha transformado en la consigna en los últimos días, y ayer ¿qué nos pasó?
¿Qué ser humano es más vulnerable que un recién nacido? ¿quién es más susceptible de ser violentado que una mujer – mapuche – pariendo?
Nacer engrillado, nacer con miedo, nacer en un entorno violento. Formas de nacer lo más alejadas de las recomendaciones de expertos, organizaciones internacionales sanitarias y marcos legales sobre recursos humanos y atención de salud.
Sheila Kitzinger dice que «… el ambiente propicio para dar a luz es exactamente el mismo en el que uno hace el amor». Qué ambiente le brindaron a ese bebé, siendo observado por varios hombres con armas, procurando cumplir con su trabajo en vez de garantizar los cuidados de este ser humano que no tiene nada que ver con sus procedimientos. Hombres que estaban ahí no para acompañar a esa mujer o apoyarla en el parto, sino para prevenir su eventual huida.
Hasta cuándo los procedimientos o reglamentos pasan sobre los derechos de las personas. No hay excusa que valga en esta situación. Ni un protocolo, ni una orden, nada. Desde hace años se ha luchado por humanizar las prácticas hospitalarias de atención al parto, entendiendo que es este período la clave para el bienestar de la mujer y el niño/a, para la instalación de la lactancia, para el desarrollo de apego, para la prevención de complicaciones intra y postparto. Ayer tanto Gendarmería como la Clínica de la Mujer del Sanatorio Alemán en cuestión faltaron gravemente a su responsabilidad. Proteger, no violentar.
Las experiencias adversas en la infancia, considerando la vida prenatal, marcan fuertemente la salud integral de ese ser humano. Mientras más estrés acumule en etapas críticas de su vida, mayor susceptibilidad tendrá de padecer trastornos o tomar decisiones que limiten sus potencialidades. Sabemos que ese niño/a estará en los primeros meses de vida extrauterina en la cárcel junto a su madre (si es que un tribunal no lo separa de su madre mediante una medida de protección), por qué no procurarle al menos una experiencia de nacimiento amorosa, protectora y justa.
Parir engrillada, rodeada de hombres que no pertenecen al entorno familiar de ella, es impedirle a esa mujer dar a luz a su bebé que no tiene culpa del delito por el cual se encuentra presa.
Una mujer con alto niveles de estrés durante el trabajo de parto, va a requerir intervenciones avanzadas que suplan lo que naturalmente no se pudo dar. Mayor uso de oxitocina, mayor riesgo de cesárea, mayor riesgo de hemorragias, peor recuperación postparto, mayor necesidad de uso de anestesia, mayor riesgo de problemas para amamantar, etc. Parir engrillada, rodeada de hombres que no pertenecen al entorno familiar de ella, es impedirle a esa mujer dar a luz a su bebé que no tiene culpa del delito por el cual se encuentra presa. Es vulnerarla, ya que ponen en riesgo no sólo el bienestar de la mujer y el bebé, sino también su integridad física. Lorenza fue sometida a una cesárea, amarrada a una camilla, probablemente sin posibilidad de parir vía vaginal o sea intervenida innecesariamente. Esto se llama violencia obstétrica.
Vivimos en una sociedad con altos niveles de violencia, gran preocupación mediática por los delitos, demasiados casos de maltrato contra y entre las personas, uno se cuestiona cómo hemos llegado a querer destruirnos a nosotros mismos y lo que nos rodea. Algunos postulan que los orígenes de la violencia está en la anestesia emocional que se desarrolla a medida de que crecemos; la falta de empatía con otros seres que tiene sustentos biológicos, explicados, entre otras causas, por la violencia con que está naciendo el ser humano. Lo que le hicieron a Lorenza y a su hijo/a no tiene explicación, y no podemos seguir permitiendo que tales situaciones ocurriendo en ninguno de nosotros, ni en mujeres, ni niños, ni hombres.
«Cuando el proceso de nacimiento se vea como un período de suma importancia en el desarrollo de la capacidad de amar, ocurrirá la revolución en nuestra visión de la violencia” Michel Odent
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Alvaro Quezada
No quedan dudas de que este señor ignora que Chile ha suscrito distintos convenios de protección de derechos humanos entre los que se cuentan los derechos de las personas privadas de libertad, de los derechos del niño y de la prohibición de ratos crueles, inhumanos y degradantes. Pero el Estado, los médicos, las instituciones de salud y el sistema penitenciario muestran un actuar negligente, y a veces doloso, en la observación de derechos fundamentales expresados en la Constitución. Así las cosas, no sorprenden los dichos de la persona que hizo este comentario.
Servallas
Pienso que todo esto es producto de gente que actúa como autómata, sin criterio, personas que cumplen reglamentos sin pensar que ante todo somos humanos, hermanos al fin y al cabo, y dice lo atrasado que aún estamos en ciertos derechos básicos, pero también dice lo disparejo de la aplicación de las leyes que se suponen se aplican en igualdad para todos. A esta pobre mujer la engrillan para dar a luz, a otros, delincuentes urbanos consumados, asesinos, los sueltan apenas llegan a los tribunales, salen escupiendo y riéndose a carcajadas de sus víctimas, son los múltiples triunfos de abogados defensores que pagamos todos, y que derriban una y otra vez los frágiles argumentos de una sobrepasada y agotada fiscalía. Quizás sea hora de cambiar todo este sistema judicial, ha sido fuente de injusticias y un incentivo perverso para la delincuencia.
Daniel Tilleria Perez
Si la misma reo hubiera sido rubiecita, santiaguina, tal vez hija de alguna «celebrity» o ladrón de guante blanco, hoy no estaríamos discutiendo esta gravedad y atropello a la dignidad de las personas, tampoco hubiéramos leído en la prensa los posteos desubicados y xenófobos de algunos que justifican el abuso. Sin embargo, como hablamos de una mujer mapuche, pobre, fichada por sus actividades, hoy tenemos que reconocer que en Chile continúa La Pacificación de la Araucanía, tenemos que seguir hablando de una guerra de siglos. Ninguna mujer puede parir engrillada, pero ningún niño puede nacer en condiciones precarias y humillantes, menos si nace en un centro habilitado para el nacimiento. ¿Se pronunció Lorena Fries sobre este hecho? ¿Qué han dicho los diputados? ¿Qué explican los senadores? ¿Qué pueden señalar al respecto los «presidenciables»? Silencio, el silencio cómplice de algunos, que envuelve todo, pero lo peor es que pretende envolver las conciencias ajenas.
Ricardo martinez
Creo que se está haciendo un poco de alaraca con el tema. Se atendió un parto de una reo y Gendarmería sabrá los resguardos que debe tomar. ¿que sabe usted cuantas arrancaron o intentaron arrancar a lo mejor usarán instrumentos quirúrgicos para amenazar o a lo mejor arriesgaron la vida del recién nacido en una maniobra escapatoria etc… ¿como sabe ud si con los grilletes el nacimiento era menos riesgoso?