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Mi gato es mi terapeuta

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En mi gato, no sólo están todos los gatos, están todos mis ancestros, todos los planetas y todo el universo, todas las historias del existir en el presente vivo en este presente vivo, toda su energía que no fue ni será, porque siempre es, todo su poder transformador, nunca el que fue o será, porque siempre ese poder está vigente, disponible y en el máximo de su capacidad, invisible a nuestros ojos, oídos, corazón, mente y espíritu, porque hacemos todo lo posible para no coincidir en el mismo tiempo y en el mismo espacio, que también es sólo uno, mientras más lo intentamos medir, explorar y conocer, etiquetar, estructurar, investigar, analizar, hipotetizar…, ese tiempo-espacio, más nos alejamos de la posibilidad de experimentarlo.

Mi gato es el vórtice donde todo está siendo simultáneamente, por ello, no necesito a mi gato para ser más; tampoco, para expresar y experimentar mi ser en la  mayor de su plenitud en mi existir, porque mi gato, es sólo el espejo, la resonancia, el ronroneo, los lengüetazos que intentan hacerme consciente de que en  ese ronroneo, en  esa mirada azul y en esa pata que rosa mi mano, están todos los seres del tiempo y espacio en que existo, todos siendo-conectados conmigo: mi mujer y todas las mujeres, mis hijos y todos los hijos , mis nietos y todos los nietos, mis amigos y todos los amigos, mis estudiantes y todos los estudiantes, mis plantas y todas las plantas, mis peces y todos los peces, el aire que me despeina y acaricia mis flores y todas las flores, sin distancia, sin propiedad, es el instante, que hace consciente que ahí-ahora-contigo, donde surge la plenitud perfecta del ser y el existir, en realidad del co-ser y el co-existir, donde todo está conectado intra-inter y transpersonalmente.

Cuándo-dónde-con quién, brota con toda la magia-mítica-atemporal, el gocé cósmico, noosférico, hologramático, para el cual estamos siempre y naturalmente preparado, y sin embargo priorizando: el pensar al sentir, el “consciente” al inconsciente, la distancia a la cercanía, la fragmentación a la ligazón, la no-vida a la vida, la ausencia-de-bien al bien, el desamor al amor, la ausencia-de-lo bello a lo bello, la ausencia-de la-verdad a la verdad, el pseudoexistir al existir, la “esclavitud” a la libertad del pensar-sentir-hacer. Mi gato,  en sólo segundos apoyando su cabeza cerca de  mi corazón, reduce o hace desaparecer, mi ceguera onto-existencial y mi inexperiencia para habitar vivo-amoroso-libre y conectado con lo otro(a) y los otros(as).

Tengo la sensación que me conecta con todo lo natural y propio del “gato” que hay en mí y en todo y todos, con lo propio, natural, entitativo y permanente que es para todos y todas: existir y coexistir, del único modo que es propio y posible: en el amor, en la libertad, en la salud, en la vida y en la felicidad.

Mi gato Aukán Sven, me eligió y me buscó hasta encontrarme, – para que yo me eligiera y me encontrara- , él sabe, que es el único modo, en que puedo conectarme con  lo verdadero-lo bello-lo bueno-lo uno, para que de una buena vez; sea todo lo que soy: donde, cuando y con qué y quién(es) soy, y con ello por añadidura: empujar la puerta interior, que siempre ha estado abierta, hacia la vida, el amor,  la felicidad,  la salud,  la libertad y a mí mismo en la inseparabilidad perfecta con lo otr(a) o y los otros(as).

Ahora me corresponde a mí, activar mi gato interior, y acumulando todo el silencio en sola una mirada hacerte existir a ti y todo lo coexistible, en mi presente, convirtiendo mis ojos en espejo de tu ser, y así, en el ejercicio más pleno de mi autoempatía, hacerte existir en la quietud completa de mi existencia, construyendo en un instante, el mayor de los goces posible, el goce de un instante profundo de intimidad coexistencial, motivo principal, que llena de sentido y felicidad el co-habitar nuestro planeta.

Qué experiencia más perfecta,  que sólo existir para ti, cuando coexistes conmigo, validando-experiencialmente este tiempo contigo, como el mejor tiempo y este lugar en que somos, como el mejor lugar y a ti,  como la mejor persona, como la más perfecta (por ello como la más bella, la más buena, la más verdadera y la más íntegra)

De un salto, voy a subir a todos los tejados, de todas las casas, de todas las ciudades, de todos los planetas, donde la luna y los pájaros, sin dejar de  ser lo que son,  construyen encuentros para lunapajarear; en un instante la eternidad, en un parte el todo, en un beso todo el amor y en un silencio todo el existir. En el misterio de un paso recorreré todos los caminos que me conducen a la inseparabilidad del iniciofinal, sombraluz, muertevida, erroracierto, cierreapertura, y a cuanto no-dos se me antoje.

Mi gato se acurruca cada noche, en el espacio vació de gato de mi cuerpo y yo en la certeza complementaria de su misterio, y sólo con silencio mayor, miradas almendradas, ronroneos plurisonoros y suavidad trascendental, me acerca y me entreteje, en la misma medida,  tanto a mí,  como a los otros conmigo.

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