Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 17% de los chilenos sufre de depresión, una de las tasas más altas a nivel mundial, razón por la que solicitaron a nuestro país que se genere una «Ley de Salud Mental» en forma urgente.
Chile lidera el ranking mundial por esta enfermedad y es una de las dos naciones, junto con Corea del Sur, en que la tasa de suicidio de niños y adolescentes aumenta cada año en vez de disminuir.Una ley de salud mental implica una inyección importante de recursos del Estado destinados en el presupuesto anualmente a esta materia y cuerpos médicos dedicados exclusivamente al estudio, tratamiento y prevención de esta condición.
La organización internacional ha señalado que la depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, se calcula que afecta a unos 350 millones de personas. Es una enfermedad distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana y «puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave, y puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales, escolares y familiares».
Según la OMS, la salud mental “es el conjunto de acciones de promoción, prevención y tratamiento referente al mejoramiento, mantenimiento o a la restauración de la Salud Mental de una población”. En otras palabras, es el estado en el cual la persona está equilibrada emocionalmente y puede llevar adelante una vida sin alteración alguna.
La salud mental, o sea, la condición de salud mental de los individuos y el conjunto de acciones para promoverla y mantenerla es entendida como algo mucho más complejo, considerando las dimensiones psicológicas, sociales de la salud y los factores psicosociales como determinantes de salud y enfermedad. Debido a esto y el aumento de suicidios que se vienen produciendo en nuestro país, es que el organismo llamó al Gobierno a promover con urgencia una Ley de Salud Mental.
“En el peor de los casos puede llevar al suicidio. Cada año se suicidan más de 800.000 personas, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años», explica una resolución del organismo internacional. Se trata de la primera estimación que efectúa la OMS respecto de las ventajas económicas que tendrían los países que combaten los desórdenes mentales.
En este sentido, el más común en Chile es la depresión. Una enfermedad que tiene el 17,5% de la población y que es la responsable del 26% de las licencias médicas que se emiten al año.
El informe de la OMS asegura que por cada dólar invertido por un país en salud mental, se ahorra otros cuatro en trabajo (al generar mayor productividad laboral) y en salud (al evitar tratamientos contra estas patologías).
Lamentablemente en nuestro país este es un tema que se ha invisibilizado y que debería tener más urgencia que cualquier otra discusión que esté llevando la Comisión de Salud de la Cámara. Lo anterior evidentemente conlleva esfuerzos adicionales a los que hoy hemos visto en Salud; implica una inyección importante de recursos del Estado destinados en el presupuesto anualmente a esta materia y cuerpos médicos dedicados exclusivamente al estudio, tratamiento y prevención de esta condición. Actualmente, los gobiernos gastan una media de 3% de sus presupuestos del sector sanitario para la salud mental, con una diferencia de un 1% en los países en desarrollo y de hasta un 5% en los desarrollados.
Chile gasta 90 mil millones de pesos al año en esta materia y el Ministerio de Salud busca duplicar ese presupuesto con una nueva ley que se está trabajando, pero de la que se conoce prácticamente nada.
La carga mundial de depresión y de otros trastornos mentales está en aumento. En una resolución de la Asamblea Mundial de la Salud, adoptada en mayo de 2013, se abogó por una respuesta integral y coordinada de los países al problema de los trastornos mentales. Es hora de hacernos cargo como país de generar políticas públicas eficientes en este tema que alcanza en Chile a alrededor de 340.000 personas.
Comentarios