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Injusticias del sistema de salud chileno

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Don Arturo, conserje de un edificio y que gana 370 mil pesos mensuales, hace algunos meses le cuesta orinar. Va a su CESFAM donde el médico sospecha hiperplasia prostática benigna. Le pide exámenes, algunos están en el CESFAM y otros los tiene que pagar de forma privada. Don Arturo llega justo a fin de mes, pero se consigue plata y se hace los exámenes en el sector privado. En la siguiente consulta, semanas después, se confirma el diagnóstico. Son buenas noticias, no es un cáncer y tiene tratamiento. 

Don Arturo sabe que es una patología GES (AUGE), por lo que está tranquilo que recibirá tratamiento oportuno y sin endeudarse demasiado. Sin embargo, no es así. El médico le informa que para ingresar al GES tiene que ser evaluado por un urólogo en su hospital de referencia y la lista de espera es de meses o años. El médico le indica Tamsulosina, un medicamento para aliviar sus síntomas. El más barato cuesta $7.900 pesos mensuales. Al año sus síntomas empeoran y no logra orinar. Va al SAPU donde le instalan una sonda. Quiere operarse, pero la cirugía por bono PAD (Programa Asociado a Diagnóstico) cuesta 571 mil pesos. Son casi dos sueldos.

Nuestro GES, probablemente la política de salud más exitosa en Chile de lo que va del siglo XXI, tiene defectos de diseño graves como el que tiene a Don Arturo en una situación sumamente precaria e injusta. Son derechos en la medida de lo posible. Con letra chica. Y desde su inicio, nadie ha tenido la valentía de eliminar estas discriminaciones por diseño. Los distintos ministros de salud (de lado y lado) han agregado nuevas enfermedades sin hacerse cargo de mejorar las antiguas.

Esta letra chica está incluida en muchas de los GES con indicación de cirugía (cáncer de próstata, cataratas, hernia del núcleo pulposo) y otras de tratamiento médico (artritis reumatoidea, prevención de la enfermedad renal crónica terminal,  hipoacusia en menores de 4 años). También hay discriminación por edad: si usted tiene entre 35 a 49 años, el GES le cubre la extracción de la vesícula. Si tiene 50, no. A la cola. Si necesita una silla de ruedas y tiene 60 años (y no más de 65 como indica el GES), a la cola. Va a tener que esperar. Armarse de paciencia. Ir a rogar al Municipio. O endeudarse.

Esta semana los gremios de la salud han convocado a una movilización nacional. Si el foco va a estar en disminuir la inequidad, no basta con pedir más recursos, hay que enfocarse en soluciones concretas

Esta semana los gremios de la salud han convocado a una movilización nacional. Si el foco va a estar en disminuir la inequidad, no basta con pedir más recursos, hay que enfocarse en soluciones concretas. Por lo pronto, incluir el ciclo completo de una enfermedad en el GES (desde el diagnóstico a la rehabilitación), sin restricción de edad, me parece urgente y justo. También modificar los tramos de categorización de FONASA que obliga a alguien que gana entre 250 y 365 mil pesos a pagar el 10% de los costos de una hospitalización (u otra prestación secundaria) y a alguien que gana más de 365 mil pesos el 20% de los costos de una hospitalización. Esto es una burla para personas como Don Arturo que con sus sueldos precarios están siempre en riesgo que un gasto inesperado de salud los empuje a la pobreza.

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Sebastián Peña

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1 Comentario

Maria

Esta es lantristeb realidad . Pero nadie le pone el cascabel al gato.

Los chilenos son cobardes para reaccionar y no saben, o no se atreven, a dialogar.

Nadie dialoga, nadie se atreve a llamar las cosas por su nombre y solo reaccionan con violencia Néstor es esrupido. Cuando se perrde la compostura, se pierde la razon (eso decía mi abuela).

Pueblo chileno, no pierdan la compostura. Sean valientes. Ya no sirve lo «políticamente correcto».

Defiendan realmente lo suyo, sin pensar en lo que piensen los cobardes que les rodean. Se lo dice una persona española, viviendo hace 2O años en Chile, miembro de una familia chilena.

casada con un «cobarde» bxxiiana

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