Por estos día hemos visto una nueva ofensiva de grupos de fumadores que abogan por lo que estiman es «su derecho» a fumar en espacios públicos, pues con los impuestos que pagan por su consumo estarían cubriendo sus costos de salud. Más allá de cuestionar la legitimidad de tales planteamientos, quisiera centrar el debate en torno a los resultados que tienen las medidas «anti-tabaco», en especial en su protección de la salud de quienes son más vulnerables: los niños.
Actualmente sólo el 16% de la población mundial está cubierta por leyes antitabaco integrales, y el 40% de los niños de todo el mundo están expuestos regularmente al humo de segunda mano, según datos de la ONU. Hasta la fecha, la mayoría de los estudios han examinado el impacto de la prohibición de fumar en adultos, a pesar de que los niños representan más de un cuarto de todas las muertes y más de la mitad de todos los años de vida saludable perdidos, debido a la exposición al humo de segunda mano. ¿Tiene algún beneficio para ellos la implementación de leyes antitabaco? Sí y muchos.
Cada vez hay más pruebas de que las leyes que protegen espacios públicos libres de humo pueden reducir eficazmente la exposición al humo de segunda mano y mejorar la salud de la población. De hecho, desde la introducción de leyes que prohíben fumar en lugares públicos y lugares de trabajo en América del Norte y Europa, se han registrado grandes caídas en las tasas de nacimientos prematuros y de los niños que asisten a un hospital por asma, de acuerdo con la primera revisión sistemática y meta-análisis que examinó el efecto de la legislación libre de humo en la salud infantil, publicado en The Lancet.
Repito el dato de que la mayoría de los estudios se habían centrado en la evaluación de los resultados en adultos; sin embargo, los niños representan más de una cuarta parte de todas las muertes y más de la mitad de todos los casos de problemas debidos a la exposición al humo de segunda mano. El llamado humo de segunda mano se ha relacionado con una serie de resultados adversos durante el principio de la vida, incluyendo la muerte fetal, nacimiento prematuro, bajo peso al nacer, anomalías congénitas, mortalidad neonatal e infantil, asma e infecciones respiratorias.
Los opositores a las prohibiciones de fumar en espacios públicos afirman a menudo que esas leyes podrían provocar que las personas fumen más en casa, lo que sería peor para la salud de sus hijos. Pero la evidencia reciente los refuta.
El paper recién publicado en The Lancet realizó un análisis de 11 estudios llevados a cabo en América del Norte y Europa, contemplando a más de 2,5 millones de nacimientos y cerca de 250.000 problemas de asma, y mostró que las tasas de ambas variables (nacimientos prematuros y asistencia en hospitales por asma) se redujeron en un 10% dentro de un año de entrada en vigencia de las leyes antitabaco. Esta revisión sistemática y meta-análisis presenta pruebas sólidas que apoyan la eficacia de la legislación contra el tabaquismo para mejorar clínicamente importantes resultados en la salud perinatal e infantil. En particular, las estimaciones combinadas sugieren que las tasas tanto de parto prematuro y las hospitalizaciones pediátricas por asma disminuyeron en 10% después de su introducción. Además, se identificaron reducciones adicionales en el riesgo de ser muy pequeños para la edad gestacional. Este artículo añade información importante desde la perspectiva de la vida temprana a la creciente base de evidencia que apoya el mandato para la implementación global de la legislación libre de humo, como un medio para mejorar la salud de la población.
La legislación antitabaco es una intervención rentable en vista de la magnitud de sus beneficios para los niños, pero también para la salud pública en general.
Los resultados de anteriores meta-análisis han demostrado que la exposición al humo de segunda mano está asociada a un mayor riesgo de bajo peso al nacer y retardo de crecimiento intrauterino, por lo que estos resultados sobre los beneficios de la legislación antitabaco observados sobre la baja exposición al humo de segunda mano son biológicamente plausibles.
La legislación antitabaco es una intervención rentable en vista de la magnitud de sus beneficios para los niños, pero también para la salud pública en general, pues también se ha demostrado que las tasas de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular caen después de que se introducen prohibiciones.
En raras ocasiones puede una intervención tan sencilla mejorar la salud y reducir los costos médicos, de manera rápida y sustancial.
Referencia: Effect of smoke-free legislation on perinatal and child health: a systematic review and meta-analysis. The Lancet, Early Online Publication, 28 March 2014.
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vasilia
Los vicios no son derecho. Menos uno que perjudica a otras personas, porque si quieres contaminarte tus pulmones perfecto, pero nos contaminas los pulmones de los demas que no tienen por qué soportar el aire del cigarrillo de alguien que fuma al lado porque es «su placer», ¿que hay del placer de no respirar el aire con aroma a cigarrillo? Los fumadores de cigarrillos no pueden hablar de ninguna propiedad positiva del cigarrillo, salvo el contribuir a la contaminacion ambiental.
Aqui no se trata de ser «fundamentalista», porque no se le esta diciendo a alguien que Ala condena a los fumadores. Solo que el que quiera fumar que lo haga en cualquier lugar donde no moleste a los no fumadores, y como somos mas los no fumadores, los espacios para fumadores seran reducidos. Y ello porque lo que «pagan» de impuesto los fumadores no compensa el daño que provocan a los no fumadores. Y es absurdo que haya gastos en salud que perfectamente se pueden evitar con no tener a un fumador cerca actuando como chimenea ambulante.
ugedades__
fumar no es un derecho, estamos de acuerdo. pero sí forma parte de las libertades individuales. tanto asi como un adulto que desee drogarse. todos sabemos que el tabaco y sustancias psicoactivas dañan el organismo, pero… donde queda la opcion? la posibilidad de elegir (sea para bien o mal)?. no se trata de dañar al Otro, sino de poder, como individuos, optar.
si bien ya no se puede fumar en lugares cerrados, cuestion que es logica porque invadimos el «espacio» del otro, debe existir la libertad de que en determinados lugares cerrados (bares y sitios similares) sea de exclusividad para fumadores. es un asunto de regulacion por mercado: el que fuma, va a ese lugar y el que no, elige otro. es simple. ahora bien, podemos acumular toda especie de evidencia «cientifica» en contra o a favor de determinados actos… pero no hay que olvidar que el fundamentalismo, el cientificismo es un dogma, y como tal coarta el pensamiento y por sobre todo, la libertad.
no creo que la discusion verse sobre si «los vicios» o adicciones son un derecho o no. de los derechos se desprenden obligaciones, tanto desde la optica moral como juridica. la discusion debe enfocarse en regular de mejor forma (como el ejemplo antes expuesto) la posibilidad de elegir lugares para poder fumar. y fin de la discusion. pero que todos los lugares publicos esten bajo la prohibicion es excesivo. segregacion: lugares de exclusividad para fumadores y otros no. el dueño de determinado negocio elige, y permite a su clientela, publico, consumidores elegir. porque insistir en los males del cigarrillo no tiene sentido. para los adultos, no es tema: todos sabemos que nos sucedera si consumimos «x» o «y» sustancia.
libertad. eso es todo.
Arturo Ruiz
Libertad donde no joda…
Raimundo
Los Vicios son un derecho, es más un fundamental. Porque lo que unos llaman vicios otros lo llaman placer, otros ambiciones legitimas, etc.
Los estados fundamentalistas practicamente podríamos definirlos en parte por interceder en estas materias.