Hoy está en boca de todos que la Organización de Estados Americanos (OEA) ha publicado un informe llamado El problema de las drogas en las Américas que está dividido en dos partes: Analítico y Escenarios.
Y, como muchas veces pasa, varios pro-despenalización en Chile estan celebrando sin haber leído más que lo que dice la prensa y no lo que dice el informe.
¿Qué dice el informe? Que un consumidor de drogas no es eso, un consumidor, es un enfermo. Y el adicto es un enfermo crónico. Durante todo el debate pro-despenalización en Chile, uno de los argumentos más dichos y más falaz es que hay «consumidores responsables». No existe eso. Existen los que voluntariamente deciden drogarse, los que por motivos terapeuticos se drogan, y los que no se drogan, y los responsables son los que no se drogan o lo hacen porque su salud los obliga. Los otros, los que voluntariamente deciden drogarse, no solo son enfermos, son un problema.
El informe en ese sentido es muy lapidario con aquellos que sostienen que fumarse un porro es un derecho. Ni es derecho ni es sano y, para colmo, con su actuar perjudican a la sociedad. Su consumo nos obliga a todos los ciudadanos a destinar recursos hacia la represión y la sanción que necesitamos para otras cosas. Se señala que las inversiones destinadas a expandir las capacidades policiales, judiciales y penales desarrolladas a ese efecto pueden ir en detrimento de las inversiones en salud, educación y otros bienes sociales (página 7 Informe Analítico). ¿Es que el error está en el Estado que reprime? No, el error inicial esta en que alguien decida, voluntariamente y sin «necesidad» drogarse.
Los «motivos» para consumir una droga pueden ser múltiples dependiendo de multiples factores, pero uno es común a todos los consumidores: ignorancia. La mayor parte de los consumidores de drogas no saben nada de ellas, nada de los efectos que tiene, nada de nada. De ahí que lo «voluntario» de consumir una droga sea tan poco responsable. De hecho, el único punto a favor de la marihuana (mas bien de la cannabis) es que «La mortalidad por cannabis parece ser insignificante y no ha sido reportada de manera independiente.» (página 24 Informe Analítico)
¿Es que eso significa que no debe haber despenalización de la marihuana? No. ¿Significa entonces que el informe de la OEA respalda el autocultivo? No como les gustaría a los pro-despenalización chilenos.
Verán, ocurre que la OEA, tras analizar experiencias internacionales alude que el autocultivo estilo «chipe libre» es imposible. La OEA trata a las personas que consumen drogas como «enfermos», por lo que el autocultivo sólo podría realizarse por aquellos que certifiquen realmente que necesitan la marihuana para sus tratamientos o por ciertas personas, bajo condiciones que implican sí o sí, represión (páginas 93 a 96 del informe Analítico)
Y ahí radica el principal problema de lo que plantean los pro-despenalización de la marihuana: la represión al consumo, si bien no sería la que tenemos ahora (que es en sí contradictoria), no se abandonaría del todo, porque los que consumen drogas lo primero que hacen es tirar la responsabilidad por la ventana, y luego su conciencia social.
Si tenemos un debate sobre la despenalización es porque hay gente que consume o quiere consumir marihuana, así que son ellos los que tienen que hacer propuestas: ¿Qué proponen los pro-despenalización chilenos para prevenir el consumo de drogas, incluyendo a la marihuana? ¿Cómo impedimos o intentamos impedir que por experimentar tengamos a personas que se conviertan en adictas? ¿Cómo vamos a pagar los costos de una rehabilitacion sin que ello recaiga en personas que no consumen? ¿Cómo vamos a regular el autocultivo y cómo vamos a sancionar a quienes infringan las normas de autocultivo? ¿Cómo vamos a castigar a quienes cometan delitos y crimenes bajo efectos de drogas?... En suma: ¿cuáles son los límites que los pro-despenalización proponen para no seguir perjudicando a los que no consumen?
Es muy interesante lo que concluye el informe sobre la violencia e inseguridad: si bien la violencia criminal asociada a la producción y el tránsito es practicada principalmente por bandas de delito organizado de carácter transnacional o incluso por bandas de microtráfico, eso no excluye la inseguridad asociada al consumo, o sea al comportamiento alterado de las personas cuando consumen sustancias psicoactivas (páginas 105 a 108 informe Analítico). No puede, nunca podrá desaparecer la represión, porque aún cuando se acabara el narcotráfico, como sociedad tendríamos otra violencia, la generada por los consumidores de drogas, que es algo que los pro-despenalización se niegan a aceptar con esa mentira autocomplaciente del «consumo responsable».
Necesitamos despenalizar la marihuana, sí, pero no porque sea mas inocua que el tabaco (lo que es mentira) y no porque sea un derecho (que es mentira). Debemos hacerlo porque tenemos un problema con el consumo de esa droga, porque nuestra legislación es contradictoria y no ayuda a quienes son adictos, y porque todo eso afecta a la sociedad. No se están cumpliendo las labores de prevención y de disuación del consumo de ésta y de otras drogas, porque se desvían esos recursos hacia la represión que recarga a nuestros tribunales y nuestras cárceles. Y menos se está haciendo algo en materia de rehabilitación, porque usar recursos para rehabilitar a quienes son considerados «criminales» suena mal. Si se despenaliza la marihuana, no puede ser más que para ayudar a esas personas enfermas, e impedir que nos perjudiquen como sociedad. Algo así como lo que plantea el presidente de Uruguay José Mujica: «Si al que consume le doy una ración mensual y el tipo se me pasa, lo voy a tener registrado, le voy a decir ‘mijito, venga pa acá, usted tiene que internarse‘.
En el informe se propone a los Estados, ya que es deber del Estado proteger la salud incluso de quienes se envenenan con drogas. Pero eso es un error, porque si tenemos un debate sobre la despenalización es porque hay gente que consume o quiere consumir marihuana, así que son ellos los que tienen que hacer propuestas: ¿Qué proponen los pro-despenalización chilenos para prevenir el consumo de drogas, incluyendo a la marihuana? ¿Cómo impedimos o intentamos impedir que por experimentar tengamos a personas que se conviertan en adictas? ¿Cómo vamos a pagar los costos de una rehabilitacion sin que ello recaiga en personas que no consumen? ¿Cómo vamos a regular el autocultivo y cómo vamos a sancionar a quienes infringan las normas de autocultivo? ¿Cómo vamos a castigar a quienes cometan delitos y crimenes bajo efectos de drogas?… En suma: ¿cuáles son los límites que los pro-despenalización proponen para no seguir perjudicando a los que no consumen?
Si no se hace una propuesta por parte de los pro-despenalizacion que responda estas preguntas y otras, que demuestren que algo de conciencia social y de responsabilidad les queda, bien podrán marchar todos los fines de semana, porque seguiremos con la misma legislación.
—
Imagen
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad
Gabriela235
Muy bueno y claro