¿Como podríamos definir la soledad? ¿Desde el sentimiento de soledad o una elección de de vida?
La definición más frecuente de soledad es la carencia de compañía y se la vincula con los estados de desamor, tristeza y negatividad.
Uno de los miedos más básicos que experimenta el ser humano es justamente el miedo a la soledad, este miedo se relaciona al abandono, al rechazo o al desprecio; vivencias generalmente arrastradas desde la infancia y que no siempre tienen una justificación racional, por ejemplo el viaje o ausencia de los padres por unas horas y que – al ser niños- no se comprende la magnitud del tiempo ni su significancia, solo la sensación de haber sido abandonado, la ausencia de este ser amado se vuelve dolorosa, no la soledad, pero si la convicción de que la felicidad afectiva esta ligada a la presencia del otro, en este caso los padres.
Es desde ahí que este miedo surge y va generando en las relaciones futuras reacciones de envidia y celos, celos que se relacionan directamente ante el temor que alguien nos deje por otra persona o porque consideren a otro mejor que a nosotros. Ante este miedo, creado desde una realidad que quizás no es tal, comienzan a sucederse situaciones de devaluación propia para lograr que el otro no nos deje, sobre todo en la relación de pareja.El sentimiento de soledad como tal puede ser bastante subjetivo, basado en una experiencia y la interpretación de situaciones vividas como el rechazo o abandono por esa falta de vinculo de encontrarse solo en el mundo y no lograr comunicarse con el entorno
El mundo de las soledades es múltiple y entre sus diferentes formas no hay límites ya que existen diversas formas de estar solo, por ejemplo, estar en pareja lo que puede llegar a ser mas doloroso que estar verdaderamente solo.
Cuando la soledad se vuelve no deseada, es ahí donde atraemos el dolor, no es fácil vivir en soledad sobretodo si se hace imprescindible el estar con el otro para sentirnos bien.
El sentimiento de soledad como tal puede ser bastante subjetivo, basado en una experiencia y la interpretación de situaciones vividas como el rechazo o abandono por esa falta de vinculo de encontrarse solo en el mundo y no lograr comunicarse con el entorno. Desde ahí surge la necesidad de la presencia del otro y la frustración de no estar acompañado. Es justamente este sentimiento de vacío interior, de aislamiento que, muy posiblemente no signifique la necesidad de compañía o la ausencia de alguien en particular pero si, el sentimiento de no pertenecer a nada y sentirse incomprendido.
El sentimiento de soledad muchas veces hace que busquemos amores o pseudoamistades para colmar y llenar esta soledad o vacío interior, negando así la verdadera realidad del sentimiento de soledad, hasta llegar a sentir incluso culpa por estar solos.
Raramente llegan pacientes a la consulta a quejarse de su soledad, más bien de la dificultad de encontrar ese partner para construir un futuro y alguien con quien contar en la vida, pero la verdadera dificultad no es en realidad el encuentro de ese alguien sino la duración de esta vida en común. Lo que en realidad buscan en la pareja es una salida a su soledad, la cual generalmente es una ilusión, porque el otro no va a evitar necesariamente la soledad, sino mas bien simplemente acompañarnos en ella.
Y mientras que la soledad es un estado de animo, la soltería designa un estado civil, que se ha convertido en tendencia. Esta tendencia se da con mayor facilidad en sociedades desarrolladas donde el aumento del numero de solteros crece de manera considerable constantemente.
¿Hay diferencias entre mujeres y hombres en la forma de enfrentar la soledad?
Las diferencias entre mujeres y hombres al momento de una separación varía. Por ejemplo, tras una separación, es poco común que las mujeres intenten inmediatamente volver a establecer una pareja tradicional. Generalmente dicen necesitar un tiempo para recuperarse, estar solas, y reconstruirse. Es así como mientras más autonomía adquiera una mujer, más difícil le resultará volver a hacer vida de pareja después de un divorcio o separación. De esa manera, las mujeres se acomodan mejor a la soledad que los hombres, ya que ponen en marcha un nuevo modo de vida, con más reuniones sociales, viajes y amistades.
Un estudio del Instituto canadiense de estadística, realizado entre 1994-2005, mostró que los hombres divorciados o separados, de cualquier edad, tienen seis veces más probabilidades de una depresión que los que siguen viviendo en pareja. En tanto, las mujeres corren un riesgo de 3,5 veces. El estudio demuestra que los hombres se ven más afectados por una separación que las mujeres, porque los hombres le temen más al abandono, lo que significa que mientras cada vez son más las mujeres que luchan para lograr su independencia, muchos hombres siguen buscando la dependencia.
La capacidad de enfrentar la pérdida y lograr disfrutar la soledad, como un recurso que permite conectarse con los sentimientos propios mas profundos, se adquiere en la infancia. Quien no logre existir por si mismo experimentará mayor dolor ante la soledad y el aislamiento. Aceptar la propia soledad es dejar de depender de la mirada y de la aprobación del otro, es hacerse responsable de si mismo de quien soy y ser consciente del valor de si mismo, saber que cuento conmigo, en lugar de depender y necesitar contar con los demás.
Al encontrar en la soledad la libertad, es difícil renunciar a ella.
Comentarios
22 de noviembre
Contundente tus conclusiones, sobre todo en lo respecto a la mayor vulnerabilidad de los hombres. Otra cosa que me hizo mucho sentido es el asumir la soledad y darse cuenta de su libertad.
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18 de diciembre
Excelente nota profesor, es verdad que muchas veces nos sentimos solos estando «acompañados», cuando me di cuenta y acepte esta situación efectivamente me sentí mas aliviado.
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