Hace un tiempo, mi mamá me comentó, no recuerdo a pito de qué, que antes de que yo naciera le tuvieron que practicar un aborto porque crecia dentro de ella algo que no era viable, era una especie de huevo huero como ella misma lo describe, que, de haber seguido creciendo y aferrándose a su útero, habría asesinado por infecciones, o algo así, su cuerpo que aún no sumaba los 30 años y que ya tenía una hija de 2, de sus propias entrañas que habían albergado una criatura con todo el amor que le dio la urgencia de un embarazo en los últimos años de la universidad, y que más tarde me recibiría a mí mismo; todo el contenido de su útero, que podría haber sido letal, le fue extraído sin problemas, en el sistema público y sin tener que pagar, sin que las leyes del estado le dijeran que era una criminal y la procesaran por infanticidio o por aborto.
Que un procedimiento médico, que de no realizarse podría concluir en la muerte de una mujer, sea catalogado como crimen, me parece sencillamente insólito, así como me parece insólito que se sostenga en contra del aborto a secas (y más aún sobre el aborto terapéutico), que es una especie de fiesta del asesinato, catalogando de irresponsable a una mujer sobre los asuntos que involucran su propio cuerpo. El intento absurdo de ensalzar un derecho, que es el derecho a la vida, para fetos que nunca serán viables o los embarazos de mujeres que fueron violadas, y no por hombres enfermos, sino por hijos sanos del patriarcado y el machismo; por sobre el derecho de una mujer sobre su propio cuerpo siempre va a ser ejercer más y más violencia sobre las mujeres. El obligar a una mujer, so pena de cárcel, muerte social o la misma muerte a ser madre es un acto de una violencia tremendísima.
Hay mucha gente que plantea incluso la posibilidad de entregar en adopción a quien nazca de estos embarazos para evitar la muerte de “gente inocente”, la que, seamos claros, aún no tiene sistema nervioso central hasta las 12 semanas de gestación, que es el punto hasta el que se plantea tener aborto legal (siendo en algunos países hasta las 14 semanas inclusive). Gente que no existe y que quienes defienden sólo lo hacen en base a sus parámetros morales, supuesta gente que atiborrará los precarios hogares de menores que no protegen la infancia ni los derechos de los niños o las niñas. Increíblemente, los partidos de la derecha dura, en general se oponen a la existencia de un aborto que le entregue a las mujeres la posibilidad de decidir si desean o no ser madres, la misma derecha que hasta el día de hoy no le pide disculpas al país por haber puesto ratones en las vaginas de muchas mujeres para torturarlas durante la dictadura, la misma que les robó, en sus estertores finales, ese procedimiento médico que me salvó la vida, sin el que, como dije antes, posiblemente mi propia madre estaría muerta.
La existencia o no del aborto en un país no es un tema delicado, tampoco lo es el matrimonio igualitario, ni la identidad de género; en torno a estas temáticas hay una reja que impide que se conversen los temas más importantes para la existencia de la libertad, esta reja está fortalecida con una moral cristiana que se olvida de la separación de los poderes de un Estado como Chile, que tiene al presidente dando gracias a Dios en cada una de sus cadenas nacionales. El aborto y los otros temas no son valóricos, son temas reales que afectan directamente la vida de miles y millones de personas, la legalidad o clandestinidad del aborto no va a hacer que estos dejen de existir, la desprotección del patrimonio de parejas del mismo sexo no va a acabar con el proyecto de vida que tienen, el que el Estado no reconozca el nombre y sexo de una persona que se siente como tal no va a hacer que esta persona deje de ser trans y se conforme con el mandato de la biología y el estado. Oponerse a legislar sobre el aborto es oponerse a la felicidad y a la libertad de las mujeres en Chile, es seguir poniendo la bota del machismo y el patriarcado sobre los cuerpos de miles de mujeres que, quizá quieren ser madres, pero no ahora, o no por una violación; es tan violento como resulta el mirar la historia y pensar que las mujeres no tuvieron derecho a voto, ni derecho a la educación, es, inclusive afirmar, que las mujeres no tienen derecho a sentir placer sexual, ideas que sabemos merecen extinguirse en libros de historia, aunque tristemente nos opaquen el carnaval en el presente.
La existencia o no del aborto en un país no es un tema delicado, tampoco lo es el matrimonio igualitario ni la identidad de género; en torno a estas temáticas hay una reja, que impide que se conversen los temas más importantes para la existencia de la libertad, esta reja está fortalecida con una moral cristiana que se olvida de la separación de los poderes de un Estado como Chile, que tiene al presidente dando gracias a Dios en cada una de sus cadenas nacionales.
No quiero redundar, pero sí dejar claro que el aborto es una necesidad, si bien considero que es necesario así a secas, comprendo que es posible, en un país pacato y bueno para esconder la basura debajo de la alfombra, que se discuta el aborto terapéutico, cuya ilegalidad nos arrebata a diario a muchas mujeres y le recuerda a las que nos van quedando que no son libres para decidir sobre su propio cuerpo.
En muchas partes he visto la opinión de mujeres que plantean la discusión del aborto como un tema intrínsecamente femenino, y la verdad es que estoy de acuerdo, los hombres debemos intervenir únicamente cuando somos capaces de ver el asunto como lo que es: un tema de salud pública y derechos humanos. Yo defiendo el derecho de las mujeres a abortar porque, como ya dije y repetiré hasta el cansancio, a mí me salvó la vida, permitiendo que mi mamá no tuviera que recurrir a algún centro clandestino para poder tratar un embarazo no viable. El aborto legal es, en fin, preocuparse por la vida, la vida de una mujer que está siendo obligada a ser madre o a continuar un embarazo que la puede terminar matando a ella, a su familia incluida y a todos los sueños que esa mujer tenía.
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Mario Bravo
En el caso de la anencefalia se dan aproximadamente 60 casos que terminan en parto cada año en chile. el 80% fallece en el mismo parto y el otro porcentaje en las horas siguientes. En nuestro blog tenemos testimonios de madres que cuentan su historia. Para otras malformaciones que tienen pronosticos complicados habria que revisar cifras especificamente.
Magdalena Sime Zegarra
Hola, mira lei detenidamente tu carta y sinceramente comparto tu punto de vista de que se debería legalizar el aborto terapéutico (Que fue el caso de tu madre) o en el caso de que el embarazo haya sido resultado por una violación. Pero de ahi a que signifique acrecentar la derecha en Chile y que no estar de acuerdo con este signifique que le regalamos a los hombres parte del ser mujer y es mas que trates a un niño que es un ser humano como una cosa como un objeto ya que te recuerdo que tú como todos nosotros fuiste alguna vez un feto que no tuvo sistema central y todo eso y no por ello fuiste una cosa sin vida, en verdad tambien en un embarazo que se obtuvo como resultado de un descuido en ello la madre y el padre se tienen que hacer cargo y no abortando al niño ya que el no tuvo la culpa de que sus padres hayan sido irresponsables, es decir, hacerse cargo de sus propios actos, en realidad el aborto es un tema muy delicado que le concierne a la madre y al padre y no es algo a lo cual tu puedas andar sepultando ya que esta en la mujer esa decisión, lo único que te pido es que no sepultes a las personas que no piensan igual que tu que no las trates de derechistas o que apoyan el machismo ya que no es asi ya que hay personas como tu que ven al niño como un objeto pero otras que lo ven como vida y tu no puedes juzgar eso, pero si te apoyo en lo del aborto terapéutico y en caso de violación.
tomvar
Desde la postura contraria, varios aspectos argumentativos dejan bastante que desear. Desde la negación de la moralidad como una esencia del hombre, la in-diferenciación entre aborto terapeútico y aborto legal, una visión utilitarista de la moral y dicho sea de paso una seguidilla de falacias ad hominem.
El tema del aborto como dices es una realidad, y es un tema delicado a discutir y cuya falta de consenso es justamente porque a la base de éste se encuentran juicios de valor.
Dicho esto, cualquier discusión respecto al aborto se hace desde el cómodo trono del existir y el encontrarse con vida, del haber pasado por aquella nimia fase pre-SNC y con la vida en potencia a la base. La gratuidad que uno se puede dar a pensar que «preferiría no haber nacido a vivir en un hogar de menores» si posee cierta brutalidad en sí.
Cabe destacar principalmente la diferencia entre discutir sobre el bien y el mal y sobre lo que nos gustaría hacer o no. Dices que defenderás el aborto en base a que te salvó la vida. Si un asesinato me salvó la vida, ¿legitimo acaso desde mi provecho personal una legislación general? ¿Desde dónde surge la gratuidad de dicha inducción? El mismo argumento que independiente de la legislación vigente el aborto se realizará de una manera clandestina es fácilmente reducible al absurdo remplazando aborto por asesinato. No posee ninguna validez ni fundamento propio.
Respecto a lo ad hominem, el reducir una discusión valórica a un confrontacionalismo de partes políticas (derechistas, como dices), culturales (patriarcado machista) o religiosas (moral cristiana, como dices) no aporta nada en favor a la discusión, aunque pudiese dar la ilusión de deslegitimar los argumentos en cuestión.
Desde que el individuo se conforma dentro de una sociedad está acordando al organismo del estado a velar por el resguardo de los derechos de todos sus miembros. El empezar a transar entre derechos de vida (en potencia o cómo se le quiera discutir) y supuestos derechos a la propiedad (como el cuerpo indiferenciado entre embrión y madre).
Es una casi elegante técnica suasoria el obviar y no mencionar ambos lados de la moneda.
>»cuya ilegalidad nos arrebata a diario a muchas mujeres y le recuerda a las que nos van quedando que no son libres para decidir sobre su propio cuerpo.»
«cuya ilegalidad nos salva a diario a muchos niños y les recuerda a los que se fueron que son dignos de merecer la vida».
>»El aborto legal es, en fin, preocuparse por la vida, la vida de una mujer que está siendo obligada a ser madre o a continuar un embarazo que la puede terminar matando a ella, a su familia incluida y a todos los sueños que esa mujer tenía.»
«El aborto ilegal es, en fin, preocuparse por la vida, la vida de un embrión que está siendo obligado a morir»
valentina carrasco
Absolutamente de acuerdo. No repetiré los argumentos porque ya están en tu texto. La posibilidad de abortar es necesaria en una sociedad que aspira a ser libre. Claramente no es por un proceso por el que nos gustaría pasar y no representa una situación cómoda para ninguna mujer, pero frente a la maternidad es necesario ser conscientes, no se puede ser madre por casualidad.
Fernanda García Hosh
Cuando leo esta carta escrita desde la experiencia y el sentir de una persona que claramente aboga por la vida y el respeto, y luego leo los comentarios llenos de interpretaciones y afirmaciones antojadizas sobre lo que el autor quiere decir me queda claro que hay un sector de la población que nunca aceptará la divergencia.
Y lo digo mas allá de la buena voluntad para conversar sobre temas como el aborto o la declaración de lo importante que es escuchar las opiniones (aunque luego se invalide por las creencias religiosas personales o con acusaciones como «hablas desde la comodidad de estar vivo).
Creo que el principal problema en este y otros temas llamados erradamente «valóricos» es que hay un grupo de personas que no quieren entender que abir las posibilidades a que alguien pueda elegir sobre estos temas no significa la obligatoriedad de que todos deban tener la misma postura. Que el aborto sea legal no es una mandato ni un invitación a que la gente aborte. Es entregar la posibilidad de que alguien bajo sus especiales curcunstancias lo pueda hacer de manera segura. Que el aborto sea ilegal es la prohibición de que aquel que en especiales circunstancias decide hacerlo tenga que arriesgar su vida y hasta pueda morir. No es un tema religioso porque cada persona puede actual individualmente de acuerdo a como vive su religión sin tener que imponérselo al resto. No es un tema moral porque la moralidad es altamente subjetiva (para mi es mas inmoral ver a niños muriendo de hambre sin que los defensores de la vida hagan algo por ellos, por ejemplo).En Chile es un tema de salud pública. Es un tema de política pública que como todas, debe dar respuesta a todas las realidades. Gracias al autor por compartir su experiencia. Y energía en el camino de la divergencia.
tomvar
Hay que dejar en claro que no es ni una acusación ni invalidante el decir que toda discusión respecto al aborto (de todas las partes que sea), proviene del cómodo lugar que es el estar con vida.
El argumento sobre la libertad de acción tiene solamente cabida en tanto que hay organismos capaces de consentimiento en dicha acción, sino el argumento que «si no le gusta el aborto, no aborte» pasa perfectamente al absurdo «si no le gusta el robo, no robe», «si no le gustan las violaciones, no viole», etc.
Es un tema ético de aplicaciones morales, independiente del hecho que tenga repercusiones a nivel de salud pública. El decir que determinada acción posee beneficios en la salud pública no condición suficiente para legalizar al respecto. Toda legislación debe construirse de acuerdo a fundamentos ideológicos y morales en los que se sustenta dicha cultura. El reducir la discusión a aspectos utilitarios es, valga la redundancia, una reducción: una simplificación de un asunto el cual sólo toma en consideración determinadas aristas de un tema complejo y multifacético.
Saludos.
Catalina Stgo.
Qué bueno que compartiste tú experiencia la cual, al fin y al cabo, es la única válida para debatir las implicancias de tomar una decisión personal, en la vida de uno, en el momento apropiado.
Aquí el único debate debe ser: ¿estamos dispuestos a que las personas se hagan responsables de sus vidas y, a partir de ahí, tomen sus propias decisiones?
Todo lo demás, es caldo de cultivo.
Aníbal Domínguez
Puedo comentar?
Mario Bravo
Esto se hace habitualmente en chile y sin ninguna ley de aborto. De hecho se hacia antes con la antigua ley de aborto terapeutico que no consideraba este tipo de situaciones.
Este tipo de titulares incendiarios y columnas tendenciosas solo aumentan la confusión sobre un tema muy delicado.
La vida de esta persona nunca corrió ningún peligro ni antes ni hoy.
cecilia medina diaz
Hola, ante todo quiero felicitarte porque lo importante es que hay que debatir, más allá de si estoy o no de acuerdo, lo relevante es que expongamos nuestras ideas y lleguemos a acuerdos, ante todo creo que el debate se lleva por caminos erróneos, se toma como bandera una situación puntual de una niña que ha sido abusada por años y termina en embarazo y solo en ese minuto se arma el escándalo, apostaría mi cabeza que varias personas suponían que algo «extraño» ocurría pero nadie se atrevió a decir nada, partiendo por la madre, que es a la primera que condeno, pero no me quiero desviar del tema, lo importante en el tema del aborto es que no es un método de planificación familiar, y los 25 mil (según cifras extraoficiales) abortos anuales que ocurren en nuestro país no se deben ni a violaciones ni a fetos inviables, alguien me puede dar una cifra de cuantos son los casos de fetos inviables??? Cuantos los embarazos por violación??? En los casos de violación creo que es bastante simple poner fin a la situación sin tener que llegar a practicar un aborto, en el caso que una mujer sufra una agresión sexual, DEBE denunciarlo, y sto se realiza en el SML o en cualquier centro asistencial público o privado, en donde se le orientará que hacer, curaciones, apoyo sicológico , tratamiento contra ETS, y en esa misma circunstancia la mujer que ha sufrido violación debería solicitar la píldora del día después, así evitamos un posible embarazo.
Saludos