En nuestro país, la Norma Chilena NCH 409, establece los requisitos físicos, químicos, radioactivos y bacteriológicos que debe cumplir el agua para consumo humano. Fue aprobada en 1984 con el decreto N° 11 del Ministerio de Salud y revisada y modificada posteriormente, el año 2005. La norma actualmente vigente (NCH409/2005) fue aprobada por Decreto Exento N° 446 DEL Ministerio de Salud y publicado el 27 de Junio de 2006 en el Diario Oficial.
Esta norma sobre la calidad del agua para consumo humano se basa en recomendaciones de la OMS principalmente. Sin embargo, la NCH 409/2005 no considera elementos para los cuales las guías de la OMS sí establecen límites. Tal es el caso del boro, que en la norma chilena no se considera, no está mencionado, ni limitado de modo alguno. La OMS fija parámetros para el boro de 0,5 miligramos por litro. En Arica, según estudios del departamento de Química de la Universidad de Tarapacá, las aguas del río Lluta, contienen, según la altura desde donde se haya tomado al muestra, entre 0.6 y 16 miligramos por litro. Este es el principal alimentador de las aguas utilizadas por la Sanitaria que abastece de agua potable a la ciudad. La OMS basa la determinación de la referencia en estudios de laboratorio, que presenta toxicidad para el aparato reproductor masculino, observándose lesiones testiculares en ratas, ratones y perros y embriotoxicidad en ratas y conejos. Algunos estudios del Instituto de Agronomía de la UTA, relacionan la calidad de la producción de tomates, por ejemplo, al agua con la que fueron regados.
Por otra parte, la Norma 1333 (DS.N° 867/1978 MOP) de calidad para agua de riego, establece límites para el boro en 0,75 miligramos por litro. Es decir, para las plantas, existe un límite máximo; no así para los seres humanos.
En 2007, los ciudadanos de Arica, solicitaron al gobierno una revisión de la situación, por lo que el ministerio de Salud encargó un estudio a investigadores de la Universidad Católica, liderados por la Dra. Catterina Ferreccio, quien en Noviembre de 2010, junto a la Jefa Ambiental del MINSAL, dio a conocer los resultados, que indican que “no habría efectos perjudiciales para la salud de las personas”.
No obstante, desde el punto de vista científico, es necesario evaluar en mayor cantidad de individuos, dado que los resultados en animales y vegetales son altamente contrarios. Desde el punto de vista de la credibilidad, los ariqueños tenemos la triste experiencia de un ministerio de Salud que alteró resultados de muestras en el caso de los contaminados por polimetales. Queremos que se realice otro estudio, con informes en cada una de sus etapas.
Solicitamos que se regule la calidad del agua para consumo humano, de acuerdo con las recomendaciones de la OMS, incorporando el boro, el bario y el níquel, además de los elementos de uso farmacológico y agrícola, que recomienda la OMS. Sabemos que de incorporarse estos parámetros, se estaría obligando a las sanitarias a invertir en tecnología que, de seguro, les haría menos rentable el negocio.
Para los inversionistas no hay ciudadanos o pobladores, solo consumidores, pero el agua es un derecho humano, así como vivir dignamente.
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