Quiero compartir con ustedes mi experiencia en la pasantía vivida en el Centro de Salud Familiar San Joaquín. Si bien tres semanas son insuficientes para conocer a cabalidad su funcionamiento, mi experiencia de dos años y medio en la Atención Primaria me permite conocer lo fundamental y hacerme un panorama de la situación.
Para contextualizar: el Cesfam San Joaquín se ubica en la comuna del mismo nombre, cuyos beneficiarios inscritos superan los 28 mil. Dividido en seis sectores, tres de ellos bajo la modalidad de Centros Comunitarios de Salud Familiar (Cecosf), además de un SAPU para atención de urgencia.
Sabemos que el sistema sanitario chileno está en crisis, por lo tanto es esperable encontrar carencia de recursos (tanto económicos como humanos en el Cesfam), alta rotación de médicos, descentralización y burocratización excesivas en el uso de recursos, lo que genera una fragmentación sanitaria que induce a la ineficiencia. Por ejemplo, la falta de recurso humano dificulta que algunos equipos se centren en promoción y prevención a nivel comunitario, pues deben centrar sus acciones en atender pacientes para cumplir con las metas impuestas. Esta situación no es distinta a la existente en otros centros.
La participación de los usuarios y la comunidad en todos los procesos es impresionante. Su empoderamiento permite la existencia de tres Cecosf y la atención de urgencia a través del SAPU, entre muchas otras cosas. Pese a que el Estado empeñosamente intenta coartar la participación plena de la ciudadanía en salud -imponiendo metas de escritorio- los funcionarios logran una visión y acción mucho más amplias que dichas mezquinas metas.
No obstante lo anterior, la vocación de servicio hacia las personas y sus familias es un golpe vitamínico para cualquiera que imagine a la Atención Primaria en Salud (APS) como un ser agonizante. El equipo humano que trabaja ahí es la que mantiene los principios de la APS vigentes, donde una enfermedad es vista como una oportunidad para el abordaje integral de la persona y así descubrir el real origen del síntoma. ¿Se imagina usted un médico agradeciendo a una persona el haber consultado por una diarrea, porque pudo descubrir que su problema de base era el complejo momento que estaba viviendo su familia? Esas cosas tan hermosas ocurren en el Cesfam San Joaquín, que desafían cualquier profesión de la salud y ponen en jaque a una concepción histórica centrada en la pastilla, inyección y tapadura.
La participación de los usuarios y la comunidad en todos los procesos es impresionante. Su empoderamiento permite la existencia de tres Cecosf y la atención de urgencia a través del SAPU, entre muchas otras cosas. Pese a que el Estado empeñosamente intenta coartar la participación plena de la ciudadanía en salud -imponiendo metas de escritorio- los funcionarios logran una visión y acción mucho más amplias que dichas mezquinas metas.
La excelencia profesional se vive en el Cesfam. La mayoría podríamos pensar que muchos años en el servicio público son sinónimo de anquilosis, mal trato al usuario y desactualización, no obstante encontrarse, por ejemplo, con un equipo de enfermeras que innovan respecto a la estimulación temprana de los niños (presentaron su proyecto en un congreso internacional), o funcionarios de más de 20 años de servicio con un trato al usuario envidiable, con vocaciones que cualquiera de nosotros quisiera tener, es enriquecedor. Todo ello correspondiendo a esfuerzos de cada equipo, y no fruto del aumento de recursos.
Mientras muchos piensan que lo complejo en salud ocurre en un hospital, y generalmente se asocia a un bisturí y alta tecnología, lo verdaderamente complejo ocurre en instituciones de APS como el Cesfam San Joaquín, donde la enfermedad ya no es el centro, dando más importancia a las causas de las causas que provocan el síntoma. Los funcionarios deben ser expertos en lo técnico, pero también en lo humano y social, haciendo mucho más complejo el ejercicio de la profesión. Es en el Cesfam San Joaquín donde se reafirma la existencia de verdaderos especialistas en APS.
No puedo más que agradecer la maravillosa experiencia vivida y por ser ustedes un fiel reflejo de que la APS de excelencia la hacen las personas y los equipos. No cabe duda que un aumento de la inversión pública y desburocratización de la APS hará que puedan sacar a flote todo su potencial (muchas veces reprimido por la meta), ya que varias de sus acciones son financiadas por sus propios bolsillos, yendo siempre más allá de lo mínimo exigido.
Su población a cargo debe estar orgullosa, feliz y tranquila de tener un equipo como ustedes cerca de sus hogares.
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