Pero un punto que me preocupa es que se sitúa en 40 mil el total de personas que vivirían con VIH y Sida, por lo cual dicen que nos faltan detectar 19 mil personas. Y así lo titularon los medios de comunicación. ¿De dónde sale esta cifra?
El lanzamiento de los spots publicitarios que promocionan el test de VIH en la población general es la tercera entrega de la saga “Hazte el Test” en el que se ha empeñado este gobierno; y a pesar que ya están en la etapa final de su gestión, no dejaré pasar la oportunidad de volver a plantear las críticas a los fundamentos de esta campaña.
Las personas notificadas por VIH y Sida, de acuerdo al último Informe que se encuentra disponible en el sitio del Minsal y que corresponde a cifras del 2011, asciende a 26.611, desagregados en 22.316 hombres y 4.295 mujeres. La relación entre hombres/mujeres es de 5:1, relación que se ha mantenido en la última década. En 2003 se notificaron 1.238 varones y 240 mujeres; mientras que los datos preliminares de 2011 daban cuenta de 2.299 varones y 400 mujeres; lo que se traduce en que el comportamiento de la epidemia no ha tenido grandes cambios en este ámbito.
En el lanzamiento de los spots, la autoridad sanitaria informó que hasta fines de 2012, los casos notificados alcanzaron 28.963, siendo 24.246 hombres y 4.717 mujeres; en términos nominales, entre 2011 se notificaron 1.930 varones frente 422 mujeres, pero significativamente, el Informe de 2011 determina que la vía de exposición heterosexual alcanza un 40%, lo que no se condice con el comportamiento de las notificaciones. Lo cierto es que una epidemia concentrada en poblaciones claves, personas trans y hombres que tienen sexo con hombres.
Además, se hizo mención que se estaría logrando que la población más joven se haga el test; lo cierto es que el dato de la VII Encuesta Nacional de la Juventud, dada a conocer por INJUV, revela que en comparación a la encuesta anterior, el número de jóvenes que se hicieron el test disminuyó, lo que implica un fracaso para las campañas anteriores. Un análisis más detallado lo pueden ver en el artículo en mi sitio oficial, Sexo y Sida en la 7ma. Encuesta Nacional de Juventud.
Pero un punto que me preocupa es que se sitúa en 40 mil el total de personas que vivirían con VIH y Sida, por lo cual dicen que nos faltan detectar 19 mil personas. Y así lo titularon los medios de comunicación. ¿De dónde sale esta cifra?
El modelo matemático para estimar poblaciones con VIH y Sida se utilizó en la Campaña de Prevención de 2007: “En Chile, de 60.000 personas que viven con el virus del SIDA, 37.500 NO LO SABEN”. Y ahora nos dicen que son 40 mil. ¿En que quedamos? Hay una racionalidad que se esconde tras los anuncios y las cifras. ¿Es la promoción del test la mejor estrategia para quebrar la curva ascendente del VIH?
La discusión de la que hemos estado ajenos es aquella que promueve una prevención basada en la medicalización y que ha mostrado logros. Es cierto que un aumento en las coberturas de acceso a medicamentos por parte de las personas que viven con VIH disminuirá la posibilidad de transmisión; tanto que las nuevas guías de OMS recomiendan iniciar tratamiento en adultos asintomáticos con recuento de CD4 de menos 500 cél/mm; no pone el mismo énfasis en dos aspectos centrales: La campaña de testeo de VIH en poblaciones claves y el uso del condón como método efectivo de protección a la adquisición o transmisión del VIH.
Dos cosas para terminar: El Subsecretario de Salud, en una entrevista televisiva disponible en CNN Chile, frente a la consulta de la periodista acerca de la posibilidad de hacerse el examen manifestó que lo ideal es que el médico lo sugiera como un examen habitual preventivo. La confusión respecto de la adquisición y transmisión del VIH es preocupante en la autoridad; quien debe hacerse el examen, previa consejería según estipula la ley (y que no se ha nombrado en este lanzamiento) es quien ha incurrido en conductas de riesgos; pero hay miedo de decir por televisión: si Usted ha tenido relaciones sexuales sin condón, le recomendamos hacerse el test de VIH.
Lo otro es la política de compra de medicamentos. De acuerdo al Informe “Tratamiento antirretroviral bajo la lupa 2013” de la OPS/OMS, Chile es el país que compra más caro tres de los cuatro esquemas más utilizados. En uno de ellos, supera por 53 veces el precio que cancela un país centroamericano y tres veces lo que paga Argentina. Una política de cobertura universal requiere una política farmacéutica nacional.
Comentarios