Me ha llamado la atención que tanto Piñera, Guillier y Goic han incluido dentro de sus propuestas un “AUGE del Adulto Mayor”. Es una coincidencia curiosa que habla del interés de encantar al electorado adulto mayor, conocido por su constancia a la hora de votar, como también por un acuerdo tácito que el envejecimiento poblacional es un problema serio que requiere políticas urgentes.
El GES (exAUGE, Garantías Explícitas en Salud) se inspira en una idea neoliberal propuesta por el Banco Mundial en 1993 que el Estado debe entregar un paquete acotado de servicios costo-efectivos (similar a la atención primaria selectiva de Walsh y Warren, 1980). El concepto fue adaptado por el ex-Presidente Lagos para otorgar garantías explícitas de acceso, oportunidad, protección financiera y calidad a un grupo de enfermedades priorizadas y que contaran con tratamientos efectivos. El criterio de priorización fue la carga de muerte y discapacidad que aquella condición producía. El primer AUGE tuvo 56 enfermedades que cubrían el 73% de la carga de enfermedad y el 50% de los egresos hospitalarios. Ojo con esto. En su concepción original, el AUGE no priorizaba grupos poblacionales sino que condiciones de salud.
Se podría decir que el AUGE fue víctima de su propio éxito y, en los dos períodos presidenciales subsiguientes, se agregaron patologías que no cumplían con los requisitos originales. Entre las 24 nuevas condiciones, se agregaron enfermedades que no causan una gran carga de enfermedad, como la Artritis Idiopática Juvenil, Fibrosis Quística, Esclerosis Múltiple e hipotiroidismo. Algunas patologías AUGE estaban acotadas a ciertas edades y en sucesivos decretos se agregaron como nuevas condiciones ya incorporadas pero ampliando los rangos etáreos, como el caso del asma o depresión.
En su mayoría, las propuestas presidenciales acentúan la decadencia conceptual del AUGE. Goic propone, en términos generales, incluir rehabilitación y visitas domiciliarias. Piñera incluye el AUGE del Adulto Mayor en un eje temático “Reducir listas de espera” y propone atención inmediata para adultos mayores. Guillier se refiere a acceso gratuito a medicamentos. La única propuesta coherente es incluir demencias y Alzheimer (Goic y Guillier). Esto tiene sentido, ya que Alzheimer y otras demencias son la tercera causa de años de vida y discapacidad perdidos en el adulto mayor.
"El AUGE fue víctima de su propio éxito y, en los dos períodos presidenciales subsiguientes, se agregaron patologías que no cumplían con los requisitos originales"
A mi juicio, a 12 años de su inicio el AUGE requiere modificaciones importantes. Primero que todo, necesitamos una evaluación rigurosa para saber si ha tenido impacto. A la fecha sólo contamos con evaluaciones preliminares con diseños metodológicos débiles (Bitrán 2010 por ejemplo). Segundo, se requiere eliminar paulatinamente los límites de edad, que establecen diferencias arbitrarias e injustas sobre pacientes con la misma condición. Tercero, se requiere paulatinamente incluir todo el proceso de enfermedad, desde la sospecha hasta la rehabilitación. Algunas garantías sólo cubren una vez que se ha tenido la confirmación diagnóstica del caso. En el caso del adulto mayor, tendría total sentido revisar las canastas e incorporar la prevención de dependencia inmediatamente después del egreso del hospital, incluyendo programas de rehabilitación y visita domiciliaria, a aquellas patologías que cuenten con evidencia sólida de su utilidad.
Este AUGE 2.0 tendría mayor sentido técnico y apego conceptual al AUGE original que lo actualmente propuesto.
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