La Federación Nacional de Profesionales Universitarios de la Salud, FENPRUSS, evaluó como insuficiente el desempeño del Ministro Mañalich y de otras autoridades del Sector Salud durante el 2010.
Tenemos dos problemas principales.
El primero incluye temas conceptuales y definiciones políticas. No se enfrentó con celeridad la reconstrucción de las capacidades hospitalarias post-terremoto. En cambio nos hemos pasado discutiendo sobre concesiones hospitalarias, sin que en la práctica se produzcan avances en ningún sentido. En las últimas dos semanas hemos escuchado que comenzaría la instalación de los hospitales modulares, que meses atrás se desecharon por caros respecto de su tiempo de vida útil. No se ha avanzado en resolver las carencias producto del gran sismo, a pesar de contar con recursos inmediatos, o que con toda certeza, el Parlamento habría concedido como parte de un Programa de Emergencia.
Lo segundo tiene que ver con la gestión propiamente tal. Durante el 2010, tanto a nivel de Ministerio como en los Servicios de Salud, han asumido autoridades con falencias para enfrentar conflictos en el Sector Público, con actitudes claramente intransigentes y con dejos de autoritarismo propios de tiempos pasados. Se suma la falta de experiencia en salud pública y el escaso conocimiento de las normas y leyes que rigen a los funcionarios de la salud. Esto, más que favorecer un clima de estabilidad para que los trabajadores del sector se desempeñen de buena forma y con tranquilidad en los Hospitales y Consultorios, ha contribuido a generar un deterioro evidente en los climas laborales, entorpeciendo las relaciones con los gremios de la salud.
La instalación del nuevo gobierno en materia de salud ha sido lenta, deficiente y con muchas vacilaciones, tanto en las designaciones de autoridades como en la capacidad de reacción frente a los problemas sanitarios del país. La verdad es que los discursos privatizadores del Gobierno (concesiones hospitalarias, bono portable, compra de servicios externos) han superado las ejecuciones de acciones privatizadoras. Tenemos conocimiento de casos en que pacientes llegaron a clínicas privadas con bonos portables para las listas de espera AUGE, sin que estas instituciones supieran qué hacer y los funcionarios públicos consultados tampoco.
Del mismo modo, el Directorio Nacional considera que aun no existe claridad de roles al interior del Ministerio de Salud, con un ministro altamente técnico que no juega una función dinamizadora de la política de Salud Pública y con un subsecretario de redes asistenciales ausente de su rol articulador de la salud en regiones y principalmente preocupado de avanzar en la privatización del sector. FENPRUSS espera que para el 2011 esta situación se modifique por el bien de los usuarios que esperan mejor atención de salud en los Hospitales y consultorios públicos del país.
Para los profesionales de la Salud representados por FENPRUSS, los principales puntos conflictivos durante el 2010 sin duda han sido las Concesiones de los Hospitales, el endeudamiento del sistema de salud, los despidos arbitrarios de funcionarios con buenas calificaciones y los descuentos por movilizaciones. Está claro que estos conflictos no han sido manejados acertadamente por la autoridad y sólo han generado mayor división e incertidumbre al interior del sistema público de salud.
El 2010 ha sido un año complejo para los trabajadores del Estado y especialmente para los de la Salud. Después del Terremoto del 27 de Febrero los trabajadores de la Salud siempre se mantuvieron fieles a su compromiso de servicio publico y supieron enfrentar las situaciones críticas. Atendieron en condiciones difíciles y sin mayor articulación por parte de las autoridades de salud del momento, con promesas de hospitales modulares que no llegaban a tiempo y a la espera de la ayuda internacional.
Lo que nos queda del 2010 es la imagen de un ministro que hoy goza de figuración publica “gracias” a las catástrofes naturales, los trágicos accidentes automovilísticos, la tragedias humanas y el accidente de los 33 mineros, pero que no ha logrado hacer mejoras sustantivas al sistema público de salud.
Esperamos que el 2011 sea un mejor año para el sistema público de salud, y estos deseos los hacemos extensivos sobre todo a los usuarios y usuarias, quienes son nuestro permanente aliciente para consolidar servicios públicos de calidad. El año 2011 debe ser un año decisivo para afrontar las tareas de una reforma de salud que, ojalá, sea el remate de un esfuerzo país en que se construye un amplio consenso político con la participación de las organizaciones sociales, de los trabajadores de la salud y del conjunto del país.
Nuestra principal crítica política al Ministro Mañalich, además de las discrepancias ya expresadas, se vincula a la Reforma de Salud. No comprendemos por qué insiste en que no habrá reforma si el Presidente Piñera la incluye entre las “siete reformas” que impulsará durante su Gobierno. Le pedimos consistencia y coherencia con el discurso público del conductor del Gobierno. Habrá Reforma Sanitaria y la única pregunta pendiente se refiere a su profundidad y amplitud. En la FENPRUSS hablamos de la Reforma Sanitaria del Bicentenario, como se lo planteamos a sus asesores en vísperas del 21 de mayo. El Ministro de Salud tiene hoy la inmensa oportunidad de corregir la reforma de salud en curso hace algunos años, y transformarla en una real herramienta de equidad social.
Directorio Nacional FENPRUSS
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