El debate sobre la homosexualidad es hoy bastante recurrente debido a que últimamente grupos representativos de personas con esta orientación han alzado la voz para reclamar por derechos que bajo su visión les han sido negados, apareciendo con más regularidad en los medios de comunicación y en los debates populares. El eje principal es la reivindicación de derechos e igualdad, pero muy poco se ha trabajado sobre la visión de la homosexualidad que maneja la Iglesia Católica o cual es la labor pastoral que ésta debe cumplir con las personas con esta orientación.
Chile es de un país tradicionalista, costumbrista, autoritario y con gran influencia del catolicismo, enmarcando nuestros valores en un contexto totalmente moralista, entregándonos ritos, símbolos, formas de pensar y actuar, que van determinando nuestro comportamiento en las distintas etapas de la vida. Las representaciones de la sociedad chilena frente a las conductas sexuales están tradicionalmente arraigadas a lo “aceptable” (hombre y mujer), tendiendo a postergar aquellos que se apartan de los presentes cánones establecidos.
La institución eclesial ha diferenciado actualmente al homosexual de las prácticas homosexuales, señalando que la primera no es pecado en si misma y que la segunda es considerado un pecado grave, ya que los actos sexuales homosexuales “según el orden moral objetivo, son actos privados de su regla esencial e indispensable”. Se condena así el pecado, no al pecador, de manera tal que debe tratársele con misericordia, primero con “ acogida”, segundo “la aceptación del homosexual”, y tercero “el acompañamiento y orientación espiritual para una vida moralmente correcta según el magisterio de la iglesia”.
Me surge entonces – y yo creo que a muchos- una duda: ¿Cuál es la posición de la Iglesia frente a aquellos cristianos homosexuales que consideran el acto sexual homosexual como una expresión de amor al igual que en la pareja heterosexual? La respuesta la podemos encontrar, quizás, en palabras del ex papa Benedicto XVI dichas a los jóvenes en Malta: “Dios ama a cada uno de nosotros con una profundidad y una intensidad que no podemos ni siquiera imaginar. Él nos conoce íntimamente, conoce cada una de nuestras capacidades y cada uno de nuestros errores. (…) Dios no rechaza a nadie, y la Iglesia tampoco rechaza a nadie”.
¿Cuál es la posición de la Iglesia frente a aquellos cristianos homosexuales que consideran el acto sexual homosexual como una expresión de amor al igual que en la pareja heterosexual?
————–
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad