#Política

¿Yo no presto el voto? #Todosavotar

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Venezuela es un país al que se juzga desde los prejuicios. Dicen que es una dictadura consentida, que es una democracia inigualable, que es un pueblo reprimido o que es la voz de Latinoamérica, entre tantas otras cosas.

Lo cierto es que, independiente de todas las calificaciones que se hacen a éste país, lo único realmente cierto y comprobable es que posee una gran participación ciudadana y que «dictadura» o no, fue el pueblo venezolano el que eligió éste nuevo gobierno de Hugo Chávez. Lo más probable es que usted no recuerde quién estuvo al poder de dicho país antes de Chávez, ya que éste ha estado en el cargo desde 1999 a la fecha (tras la salida de Rafael Caldera), pero si así ha sido —y lo reitero aunque suene tedioso—, es simplemente porque el pueblo venezolano así lo ha querido y eso nos limita automáticamente a ejercer alguno de los juicios anteriores, a causa de que el 80.75% de la población venezolana apta para votar, emitió su sufragio y decidió su futuro, nos gusten o no sus resultados.

Volvamos a nuestro país.

En Chile nos encontramos con que la gente reclama y más bien, exige representatividad, pero ¿qué es esto cuando nos encontramos con que nuestra participación electoral es bajísima y poco alcanza para representar a la ciudadanía? ¿Qué es esto cuando nos encontramos con campañas como #YoNoPrestoElVoto? ¿Cómo es posible que una pequeña parte de la población elija a los que serán gobernantes de cerca de 16.572.475 habitantes? Muchos dirán «¿para qué votar? ¿Para poner a gobernar a los mismos de siempre?». Es precisamente por eso que sí hay que votar: para no poner a los mismos de siempre, que no tienen interés por los problemas de la ciudadanía. Si usted no vota, sólo estará regalándoles otro periodo de soberanía a aquellos personajes que, en años, no han hecho más que perjudicarlo. No prestar el voto, más que muestra o símbolo de descontento, se aprecia como una actitud infantil, que también se puede manipular y tomar, más que como protesta, como un desinterés por ejercer el derecho a sufragio y que además no resuelve nada.

Si quiere mostrar descontento, ayudemos todos en el alzamiento de nuevos líderes ciudadanos independientes. De lo contrario, estampemos el descontento votando nulo o blanco. Quizás los votos nulos o blancos no tengan peso en el sistema electoral chileno, pero sí sería un hito histórico que en una elección existieran más nulos y blancos que votos en favor de «los mismos de siempre». Eso sí sería una muestra épica de que definitivamente algo anda mal.

Muchos dirán "¿para qué votar? ¿Para poner a gobernar a los mismos de siempre?". Es precisamente por eso que sí hay que votar: para no poner a los mismos de siempre, que no tienen interés por los problemas de la ciudadanía.

Se gana más yendo a votar que quedándose en casa de brazos cruzados, viendo cómo regalamos las riendas del poder y después nos quejamos de la poca representatividad de nuestros gobernantes.

El futuro de los pueblos lo hacen los pueblos. #Todosavotar

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3 Comentarios

R.A.

¿Qué es la representatividad, Alison?… Para mí la representatividad es presentar las propuestas que pudiera tener a nivel personal ante todo el país, para que sea el colectivo nacional el que las juzgue, siendo estas recibidas en la institucionalidad adecuada para hacerlo, porque nadie me representa en el Congreso, en el Senado, en algún Ministerio o en la Presidencia…

Esta clase de representatividad es distinta a rayar un voto, porque cuando rayas un voto, legitimas el poder de lo establecido, dándole un cheque en blanco a la misma mayoría binominal de siempre… ¿O acaso crees que en estas elecciones no será la misma mayoría binominal la que será electa con mayores preferencias o proporciones?…

Y si así no fuera, ¿piensas que las decisiones más importantes a nivel nacional, esto es aquellas que no se toman en los municipios y de las que no participan los alcaldes o los consejales y mucho menos la ciudadanía, aún con LA Ley de Participación Ciudadana en vigencia, y que como sabemos se toman en el Congreso, el Senado, los ministerios y la Presidencia, no serán tomadas por la misma mayoría binominal de siempre?…

Si la misma mayoría binominal de siempre es la que toma las grandes decisiones, tanto como las que ha tomado a nivel municipal, dado su largo predominio en esa tierra también, ¿qué sentido tiene pretender creer que la representatividad ciudadana es rayar un voto?…

Supongo que no creerás tampoco que «el acto de rayar un voto es lo que significa la democracia», tal como la mafia política de los distintos carteles de la dictadura de los partidos políticos nos ha inculcado vía satélite a todos los chilenos a la hora de las noticias, o a través de los distintos medios de prensa que domina la susodicha mafia…

Karen G.

Yo creo que a diferencia del parlamento, en las municipalidades se puede ver mucho más la diversidad de los representantes. Aunque por cierto falta mucho para que haya participación ciudadana de verdad, co-gobiernos ciudadanos, etc.
El problema es considerar que el voto es decisivo tanto para la democracia como para el ejercicio democrático. Votar o no votar debiera ser más un ejercicio estratégico que otra cosa. Pienso que ganarse los espacios de poder pasa por la organización local, territorial, ciudadana, pero también por copar espacios de poder… quizás no es muy alentador el panorama que tenemos hoy en términos políticos, pero los cambios sociales no ocurren de un día a otro.
Lo que sí me parece importante es que se note politización en el no-voto, pues desde la vuelta a la democracia hay hartos que no prestan el voto, pero de puro desprecio no más.

    Pablo Riquelme

    El bi-Conglomerados lleva 20 años, antes lo precedió la dictadura. Lo que nos hace coincidir es la necesidad de generar cambios en las estructuras políticas, y debemos comenzar desde un punto que son los gobiernos locales, como desde allí conminamos a los Alcaldes y Concejales a generar propuestas que modifiquen y convoquen a los ciudadanos de formar comités de discusión por una Asamblea Constituyente y la instancia de generar los plebiscito vinculantes. Es hora de unirnos y poner en jaque a estyos grandes conglomerados que no desean discutir ni mucho menos ven con temor la posibilidad de incluir en programas de gobiernos la Asamblea. La mejor muestra que el voto sirve en la construcción, lo ha demostrado Venezuela, Bolivia, en Nicaragua y Salvador, primero el FSLN y FMLN respectivamente, ellos pasaron de una lucha insurreccional a uno nuevo, que era el voto. La pregunta es, cual es la propuesta de los que que invocan otra opinión y discrepan del voto, que puede ser valida. Sin embargo debemos avanzar en la movilización social y estos espacios, no ceder ninguno.