En época de elecciones los diferentes candidatos a diputados y Cores, andan en busca de temas que les permitan identificarse con el electorado y ser reconocidos, es el gran objetivo de campaña, pero es indudable que se debe de tener cuidado a la hora de elegir esos ejes temáticos de campaña. A poco andar pueden transformarse en boomerangs que sabemos donde se inician, pero no sabemos donde irán a parar. Si no se entienden las repercusiones y la proyección de lo que se esta diciendo y sobre todo como se esta diciendo, son un arma de doble filo.
Sorprende el discurso de diputado David Sandoval Plaza (UDI) candidato a la reelección, tomando en cuenta su gran experiencia en estas lides, que en los últimos meses ha recorrido el mundo rural, discursando entre mate y mate, de limitar la compra de tierras a los extranjeros. Remato el discurso con echos y hace unas semanas presento en el congreso, un proyecto de ley en este sentido.
El mensaje subliminal que se esta mandando con este discurso y no sé si el diputado tiene conciencia de ello es: que los extranjeros en Aysén no son bienvenidos, que los que están se anden con cuidado y que los que pretenden llegar ya no podrán. El discurso por decir a lo menos es complicado. Es una realidad que muchos extranjeros han comprado tierras en Aysén y viven en la región y que duele ver a muchas generaciones de hijos de colonos como han tenido que vender esas tierras para sobrevivir. Pero la culpa no es de los extranjeros, si del modelo económico de desarrollo que ha imperado todos estos años, que ha creído que el mercado lo soluciona todo y no han tenido la capacidad de propiciar políticas adecuadas orientadas hacia la reformulación de estrategias de desarrollo y se ha carecido de una ayuda eficaz por parte del Estado en este sentido.
El tema de la venta de tierras a extranjeros y nacionales de otras regiones, se remonta a los años 90, cuando Chile se asoció al Mercosur. De un día para el otro perdimos el formato histórico que sustentaba a la región desde la época de la colonización, a través de la crianza de ganado ovino y bovino y posterior venta de lana y de vacunos para faenación para consumo en el norte, al permitirles la entrada al país a productos manufacturados y carne de otros países, con bajos aranceles, que bajaron el costo de vida desde Puerto Montt al norte, pero que en definitiva quebraron la industria textil de esos años, Yarur, Sumar, Oveja Tome, perdiendo los poderes compradores de lana. Casi al mismo tiempo dejaron de trabajar con Aysén los frigoríficos Tattersal, O’Higgins y otros y los grandes supermercados Almac, Unimarc S.A y los respectivos intermediarios y decididamente no nos compraron más vacunos porque no era rentable y desde ahí todo cambio en el mundo rural. Para que se tenga una idea, en el año 1990 el precio del kilo de lana era de 890$, en 1991 fue de 225$, en 1992 no había precio.
Los extranjeros que llegaron a Aysén, compraron lo que les ofrecieron los propios pobladores, en su mayoría en tratos directos, por una necesidad real de sobrevivencia y la total falta de políticas de Estado, que les permitiese reincorporarse en otras actividades y adecuarse al nuevo escenario. Se podría decir que fueron la generación olvidada y hoy usufructuamos en carne propia el resultado de esos errores. Este relato no lo digo en forma teórica, porque me lo contaron o porque lo leí en algún informe de algún investigador. Viví esa realidad y fui de los muchos pobladores de ese entonces ya que me dedicaba a criar ovejas y vacunos en el Valle del León, que tuvo que vender su predio con mucho dolor y dedicarse a otros menesteres para sobrevivir.
Lo ambiguo del discurso del diputado Sandoval y lo expreso con mucho respeto, entendiendo que toda postura es respetable aunque no se comparta, es que el como diputado en todos estos años ha sido representante de los capitales extranjeros en la región. Apoyando abiertamente los proyectos de las transnacionales energéticas (HidroAysén, Energía Austral) que quieren intervenir nuestros ríos con proyectos mal evaluados, mal proyectados y muy mal fundamentados, sin la capacidad de exigirle a las transnacionales extranjeras, los debidos estándares de calidad profesional que se requieren para hacer las cosas bien. Los estudios de impactos ambientales que han presentado las transnacionales en todo tipo de materias han sido deficientes en detrimento de las comunidades. Además apoyo la nueva ley de Pesca, que privatizo el mar chileno, entregándolo en bandeja a los capitales industriales, que por medio del TLC (tratado de libre comercio con Europa), posibilita a la flota pesquera española entre otras, transitar por nuestras aguas a voluntad pescando con el formato de arrastre, destruyendo el medio y a los propios pescadores artesanales de Aysén.
Si queremos de verdad arreglar el tema de la tenencia de la tierra en Aysén, bajo ningún concepto el discurso xenófobo puede ser la base de sustentación. La única vía real es tener la capacidad de generar un Plan Estructural de desarrollo regional que resuelva estos temas, con reglamentos y disposiciones que nos representen como formato cultural ante el gobierno central y nos permitan desarrollar políticas adecuadas de desarrollo, que entreguen las seguridades que necesitamos los habitantes y nos garanticen el futuro de todos y no solo de algunos.
Hace pocos días el mismo David Sandoval Plaza apoyo la ley de concesiones eléctricas, que quita la potestad a los pobladores de Aysén sobre sus propias tierras, permitiéndole al Estado expropiar a voluntad para garantizar los proyectos energéticos y mineros en la región, sin pagar ninguna indemnización por daño u perjuicios.
En el otro lado de la papeleta, encontramos al candidato a diputado Iván Fuentes, independiente por cupo DC, que también se hizo parte de los dichos del diputado Sandoval en este sentido, sorprendiendo con visiones comunes en relación a este tema. Aseverando en un encuentro, que apoya el proyecto de ley presentado por Sandoval, para limitar la tenencia de tierras por parte de los extranjeros, diciendo literalmente lo siguiente: “propuse de manera fuerte y clara, que a los extranjeros y capitalistas nacionales se les debe limitar la compra de tierras, especialmente en sectores del lago General Carrera (Mallin Grande), donde debemos establecer una regulación al precio de venta de los terrenos”. Pero nada dice el candidato Iván Fuentes, que el discurso no se sustenta con su actuar cuando fue vocero del Movimiento Social por Aysén, donde represento a los pescadores artesanales y no tuvo la capacidad de defender el litoral de los capitales extranjeros. Faltando el respeto a su vocería, apoyando sin tapujos precisamente lo que originó el Movimiento Social por la región, la contrariedad de los pescadores ante la nueva ley de Pesca. Olvido la consulta ciudadana por el tema represas del petitorio en el punto 4, que son temas que a tañen precisamente a los abusos de los capitales extranjeros en la región.
Es grave que se usen este tipo de discursos para sacar adelante campañas políticas por intereses poco claros, enarbolando un nacionalismo arcaico, fuera de orden, que no conducen a nada, solo al odio, al racismo y la división. Además coincidentemente es el mismo discurso que utiliza HidroAysén en sus puertas a puertas que realiza en el mundo rural y en sus programas de radio para justificarse, que llevan a pensar que estos candidatos de una u otra manera están coludidos con la Transnacional.
Si queremos de verdad arreglar el tema de la tenencia de la tierra en Aysén, bajo ningún concepto el discurso xenófobo puede ser la base de sustentación. La única vía real es tener la capacidad de generar un Plan Estructural de desarrollo regional que resuelva estos temas, con reglamentos y disposiciones que nos representen como formato cultural ante el gobierno central y nos permitan desarrollar políticas adecuadas de desarrollo, que entreguen las seguridades que necesitamos los habitantes y nos garanticen el futuro de todos y no solo de algunos.
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