Durante años he sido especialmente crítico con los pactos electorales dentro de la derecha chilena, la experiencia me ha demostrado que Renovación Nacional y la Unión Demócrata Independiente rara vez logran aunar criterios y más allá de una cordialidad más diplomática que fraternal, al final del día, cada perro se rascaba sus propias pulgas. Por lo mismo valoré tanto el trabajo presentado por el Senador Allamand y el Senador Larraín, quienes consiguieron desarrollar una visión conjunta del Chile que deseamos. Es más, en el actual escenario electoral, Chile Vamos requiere de esfuerzos como éste para cohesionarnos, más si consideramos que muchos militantes de ambos partidos confiamos más en nuestros líderes que en el pacto en sí.
Por eso enerva de sobremanera la actitud irresponsable y deslenguada de Alejandra Bravo, actual Presidenta del Partido Regionalista Independiente, quien sobre la base a equivocados argumentos arcaicos, propicia polémicas mediáticas buscando una notoriedad que le permita acceder a una diputación. Pero cuidado, en sí no me molesta que alguien decida construir su vida sobre ideas incongruentes, lo insoportable es que aproveche la vocería de Chile Vamos para dar rienda suelta a un pensamiento individual que no representa a más del 0.007% de quienes estamos trabajando por volver al gobierno.Chile Vamos necesita voceros que difundan un mensaje que logre trascender y corregir las debilidades estructurales que impidieron la continuidad tras el triunfo el 2010
Basta de personalismos, como psicólogo y militante de Renovación Nacional lamento profundamente que no se tomen las medidas al respecto, tanto porque las acciones de la presidenta del PRI son una vergüenza nacional, una que nos afecta a cada uno de nosotros, como porque crea anticuerpos en la ciudadanía con argumentos que carecen de profesionalismo y sentido común.
Más allá de quien será nuestro candidato presidencial, Chile Vamos necesita voceros que difundan un mensaje que logre trascender y corregir las debilidades estructurales que impidieron la continuidad tras el triunfo el 2010, es más, considerando que antes la alianza debía entenderse entre dos grandes bloques, hoy con la irrupción de Evopoli, lograr construir un ideario conjunto es un tanto más complejo. Por eso reitero mi molestia con la irresponsabilidad de las declaraciones de la Presidenta del PRI, tanto cuando desmereció el trabajo de dos Senadores con amplia trayectoria (y muchísimos más méritos y experiencia política que la interpeladora), cuando asoció una horrible catástrofe nacional a la aprobación de una ley y cuando pregonó que su actuar es responsable de un resultado electoral colectivo.
Quizás un amigo tenga razón y aprovechando las vacaciones de los verdaderos líderes de Chile Vamos, esto sea solo un período de ensayo de todas las malas ideas que nunca sostendremos, algo así como un focus group de hipótesis de investigación.
Así que en nombre de los no voceros de Chile Vamos, de los militantes que no tenemos fotos con el ex Presidente Piñera y de quienes nos interesa pensar antes de hablar (o escribir), mil disculpas a quienes fueron ofendidos por estas declaraciones, es más, desde un postura profesional pido disculpas a todos los compatriotas que se sintieron insultados cuando la mencionada habló de homosexualidad, sinceramente, digno de Torquemada.
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