En quince años en el poder, el gobierno revolucionario de Venezuela ha conocido de casi 200.000 muertes por la violencia delictual. Solo el año pasado se contabilizaron cerca de 25.000 muertes violentas, según cifras del foro penal venezolano. Al cauce del río de sangre de la delincuencia, se le une ahora el de 1821 asesinados en protestas desde el 12 de febrero. La mayoría han sido asesinados por armas de fuego. Las armas no son del pueblo, Sr. Maduro, aunque lo diga usted y los allegados a usted y el que estuvo antes que usted. Las armas son de los cuerpos de seguridad del Estado. También de los “colectivos”, grupos de civiles armados y motorizados por el gobierno, para defender la revolución.
La sangre mana no solo de los muertos. Surge también durante las torturas. A Juan Carrasco de 21 años lo violaron con un fusil el día 13 de Febrero de 2014, después de haber sido detenido en Valencia, estado Carabobo. Hasta el 28 de febrero, el foro penal venezolano ha podido recabar los suficientes antecedentes, como para presentar una denuncia formal por 33 casos de tortura ante la fiscalía. Otros no podrán ser demostrados nunca. La fiscal general de la república, Luisa Ortega Díaz, niega a través de los medios, sin haber revisado los antecedentes, que haya tortura en Venezuela. Lo propio hace la defensora del pueblo, Gabriela Ramírez. Se ocultan los nombres de los torturadores, se extraen y se hace desaparecer las balas de los cuerpos de los heridos y de los muertos. Sr. Maduro, la revolución creó el poder moral, a saber: fiscalía general, defensoría del pueblo, contraloría general. ¿Qué le pasó a la moral en el poder? ¿Son independientes los poderes del Estado, que responden tan bien a sus intereses, los de usted?
Venezuela sangra. La sangre se derrama durante las manifestaciones pacificas. El artículo 68 de la constitución nacional defiende el derecho a la manifestación pacífica y sin armas. El mismo artículo prohíbe el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas, con las cuales los cuerpos policiales reprimen violentamente el derecho a manifestarse. Venezuela sangra en los más de 500 heridos de bala, de perdigones, de peinilla. Hay sangre en las detenciones. Se contabilizan más de 1000 detenciones desde el 12 de febrero hasta la fecha, según informa el centro de derechos humanos de la Universidad Católica Andrés Bello. Quien dice detención, dice malos tratos. El 26 de febrero, en la población La Isabelica de Valencia, a Marvinia Jiménez tres efectivos de la guardia del pueblo le agarraron a patadas y le golpearon con sus cascos de seguridad en la cabeza. Hay videos y fotos de diferentes fuentes y desde diversos ángulos. Marvinia fue hecha presa y liberada con medida cautelar, acusada de cinco cargos, entre ellos el haber agredido a sus agresores. El foro penal venezolano denuncia el mismo modus operandi en los 196 casos de personas detenidas, a las cuales se les han levantado cargos.
Sr. Maduro ¿quién es el responsable último por los actos de los cuerpos de seguridad del Estado, de la guardia del pueblo, del servicio bolivariano de inteligencia (SEBIN)? Mientras la calle arde, los medios autocensurados transmiten programas de entrenamiento. Están amenazados de cierre si incitan a la violencia o lo que es lo mismo, si transmiten las protestas y muestran los excesos. Por eso, cobardemente, callan. El canal de mayor sintonía en Venezuela, Venevisión, después de tener la exclusividad de la transmisión del Oscar por 10 años, no quiere que escuchemos a Jared Leto solidarizando. Era de esperarse después de las campañas por Twitter. Por eso, un día antes del evento, nos dice que este año no pudo conseguir los derechos de transmisión, una pena. Sr. Maduro ¿quien redactó la Ley de responsabilidad social de los medios, la llamada Ley resorte, que autoriza al consejo nacional de comunicaciones el cierre de aquellos que inciten a la violencia, a su arbitrio? ¿Quiénes la aprobaron si no fueron los diputados la asamblea nacional, en la cual sus adeptos gozan de amplia mayoría?
Las protestas pacíficas responden a la crisis social. No es que el gobierno le niegue al pueblo el pan y el agua. Es que en Venezuela no hay ni pan, ni agua. Nunca fuimos grandes productores de alimentos, pero nos autoabastecíamos de productos como arroz, azúcar, leche, carne, pollo. El campo que se ha expropiado, las industrias de las que se ha hecho cargo el gobierno, sencillamente no producen lo suficiente. La revolución llevó el agua corriente a lugares donde nunca antes hubo y con ello subió puntos ante el PNUD. Pero hoy en el país con los mayores recursos hídricos de Latinoamérica las tuberías están secas. Estamos importando hasta gasolina, Sr. Maduro. ¿Quién es el responsable por las políticas agrícolas, de industria, del petróleo, de las políticas públicas en general y de su ejecución, que han llevado a Venezuela al punto donde estamos?
Sr. Maduro ¿quién ha gobernado durante los últimos quince años? ¿Y durante el último año? ¿Quién es el Presidente de Venezuela? ¿Quién es el responsable de este desastre de magnitudes, que tiene a la gente protestando durante tres semanas y no hay quién los saque de la calle, por más que los repriman? Venezuela sangra, Sr. Maduro. Y usted es el responsable.
Recordamos a : Bassil Da Silva, Juan Montoya, Geraldine Moreno, Roberto Redman, José Alejandro Marquez, Genesis Carmona, Jimmy Vargas, Delia Elena Lobo, Arturo Martínez, Eduardo Anzola, Giovanni Pantoja, Wilmer Carballo, José Ernesto Méndez.
Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad
Ingresar
Publicar
2
1
Ver perfil completo
Comenta este artículo