Si bien una constitución no es una mala idea, la clase política ganó con esto pretendiendo llevarlo a primer plano a costa de la gente
El viernes en la madrugada los partidos de izquierda y derecha a excepción del Partido Comunista y los integrantes de Convergencia Social (la cual solamente asistió Gabriel Boric al encuentro) establecieron un pacto en la cual dieron como iniciativa al acuerdo de paz y el proceso hacia una nueva Constitución, sin embargo esta noticia se convirtió en la polémica de la semana y a la vez del movimiento social que se produce en nuestro país.
Para ir directo al grano, este pacto que realizaron los parlamentarios, no dejó satisfecha a la población chilena que exigía ciertas demandas con carácter urgente, lo cual la clase política en dicho encuentro priorizó mucho el tema de la nueva constitución dejando en segundo plano las necesidades reales de los chilenos. Cabe destacar que el acuerdo se ha realizado sin el consentimiento de la población y además de establecer ciertas restricciones como el quórum de 2/3 que podría trabar si es que realiza dicha convención constituyente. Pero ¿Quién ha ganado hasta ahora en el movimiento social?
Si, la clase política ha ganado frente a la población nacional por el momento, dieron la relevancia de que el nuevo proceso constituyente calmaría a los chilenos y por lo tanto sería el punto final del movimiento social que aún se mantiene sumándole también la aceptación del gobierno y el oficialismo parlamentario para mantener la paz en el país y que ambos actores tengan pensado que una nueva constitución se acaban los problemas que estamos demandando. La clase política ha ganado incluso en que en la elaboración de la carta magna se debe contar con ellos aunque como opción, pero de alguna forma harán los esfuerzos posibles para mantener el control del país más adelante.
Los más relevantes dentro de la clase política es el Frente Amplio quienes firmaron dicho acuerdo, sobre todo con Convergencia Social en la cual solo Gabriel Boric firmó el acuerdo lo que causó tensiones en el partido generando un quiebre que aún es cuento de no acabar, aunque se vienen fracciones del partido. Relevante también sería Beatriz Sánchez, quien es increpada por la gente en la actual Plaza de la Dignidad, dado al apoyo de este acuerdo a puertas cerradas, lo que incluso, ambos casos, pueden afectar y acabar con el Frente Amplio. Si Sánchez vuelve a ser candidata como presidenta, es posible que no tenga aceptación como en las últimas elecciones, llevando consigo el fin de su carrera política. En el caso del Partido Comunista, a pesar de no ser invitado al encuentro, aceptan participar dado que para ellos es muy conveniente si se trata de poder realizar campañas para que la población opte por el congreso mixto. Lo mismo va para todos los partidos políticos, los cuales no pierden en dicho pacto, es cosa de ver las otras asambleas constituyentes que se han realizado en Latinoamérica donde la participación es de carácter partidista y no a nivel ciudadano.
La clase política ha ganado, dado que el Frente Amplio y el Partido Comunista usan su poder discursivo a la población, que una asamblea constituyente es prioritario en las demandas sociales, mientras ignoran por completo las necesidades urgentes como las pensiones, salud y educación. Basta saber que la oposición política durante el acuerdo no han puesto máximo esfuerzo en atender a las necesidades y vemos que después del acuerdo realizado celebran dicho momento y no han motivado a la población a seguir a luchar con sus demandas lo cual es probable su intervención en las manifestaciones y cacerolazos con su lema de nueva constitución, posiblemente las movilizaciones de esta semana a la otra podrían minimizarse hasta desaparecer y si suele pasar esto es porque los partidos sobretodo el Frente Amplio y el Partido Comunista han logrado su objetivo y por lo tanto se beneficiaron y sacaron provecho de la causa.
En el oficialismo no hay que sorprenderse, tarde o temprano tendrían que aceptar la demanda de una nueva constitución lo cual aportaron con las limitaciones junto con la oposición para controlar y mantener el poder de la clase política más la intención de que el país volviese a la normalidad lavándose las manos tratando de oponerse al proceso constitucional, esto incluso fraccionaría aún más a la derecha política en la parte social y valórico ya que en lo económico tienen mucho en común.
Si bien una constitución no es mala idea, la clase política ganó con esto pretendiendo llevarlo a primer plano a costa de la gente, tomándole dicha ignorancia de que sus problemas son debido a la carta magna vigente y no las leyes que durante los 30 años de democracia han traído las actuales consecuencias que vivimos. Así como hicieron dicho encuentro el viernes así debieron unirse para poder crear, derogar y/o modificar las leyes que existen. La salud, pensiones, educación entre otros temas tienen un problema de diseño y eso ningún político se quiere dar cuenta y basta con medidas cosméticas para poder “mejorar” los problemas del país.
Comentarios