Un cadáver recorre Chile y anidamos en él.
Cual si fuera una cinta de baja factura, pero la única con que contamos, la volvemos a poner, ajustando el tracking. Solo vemos la pantalla, no hay costado ni atrás, ni secuela estrenada.
Un ser decrépito, desnudo en su sillón, con un té en su tazón, con escrito “Recuerdo” no para de mirar el partido en su Technicolor a perilla. Se llama guerra frita, juegan blancos con naranjos. Las palabras clave son fascismo y comunismo; aquellas más recurrentes en el último campeonato, por lejos.
Ejércitos de comentaristas en mallas, sociales, encienden el encuentro a punta de dedos medios, faltas ortográficas y sendas acusaciones de ignorancia. Bloqueos en grupos flacebos, reportes, baneos y trendinitis se hacen comunes. Errores no forzados, jingles, mensajes por la prensa, sacadas de cara o apoyos condicionados a tenor de nada. Política del terror, temor colectivo, terrorismo casual, politerror, miedo a concretar encuentros presenciales, voto por miedo, miedo al voto, miedo a votar, miedo a ganar. Se juzgan mortalmente omisiones no concretadas, palos blancos que erran en pepito paga doble, pero con ganas.Errores no forzados, jingles, mensajes por la prensa, sacadas de cara o apoyos condicionados a tenor de nada. Política del terror, temor colectivo, terrorismo casual, politerror, miedo a concretar encuentros presenciales, voto por miedo, miedo al voto, miedo a votar, miedo a ganar.
Votos por el mal menor o el bien mayor, para evitar el mal mayor o bien menor. El bien mayor es menor que el bien menor. El mal mayor es el bien de su sector, que ve en los adherentes del menor el bien menor. El más o menos ni mayor ni menor, condiciona su presencia a que el bien sea bueno solo hasta cierto punto.
Un cadáver grita bajo la cama, en alemán: ¡Die Russen Kommen! Un veterano de Vietnam me susurra desde su silla de ruedas: ¡faggot communist! mientras le ayudo a hacer sus necesidades. El finao me estrecha por las noches con su sequedad y me sofoca en lenguas. Mi cama llena de sus dientes caídos, los recolecto con cura y les doy formas distintas con una pequeña lima; formas de animales, frutas, o enojis. Les pongo nombres y los adopto. Los saco a pasear, presentándoles a todo el mundo, en secreto, en comentarios que solo yotuve. Allí voy pegando sus nombres, en videos aleatorios, esperando alguna respuesta para matar.
¿Dónde quedó la poesía? Pero mi tele en blanco y negro no para de parpadear, aunque me dice la verdad, en su escala de grises, y no dejaré de predicarla hasta el descanso. Luego, que no me vengan con cosas, yo se los dije, les dije lo que pasaría, en un audio, con buenos nicknames para cada uno, y con un piolín para la señora, con una dama para el caballero, o con una ilustración para el ñuñode. A cada quien su caramelo, que, bien que les sienta, hasta nuevo aviso.
A cada pregunta un principio, a cada demanda una finta, de caballo, a cualquier regalo un pollo en el ojo, o un cruce de piernas, así por ser, por cagarla no más.
¿Dónde quedó mi primavera? Dijera Marco Aurelio. Esos colores, de esas banderas, tan rojas, tan azulinas, tan color piel. Dónde escondiste la guagua po, el plato con la macedonia, las criollitas, la cajita musical, esa carta con colonia. ¿Adónde quedaba ese lugar donde íbamos a ir, ese teatro que no cerraba? Y me traes estas cenizas que tartamudean, unos cuadros imprimíos de gorilas con bigote, ¡métetelos en la raja! Sácalos unos años más para temperar el brasero, le hacemos una cama al hámster, a ver si se sirven algo ¡Nunca hai chupao pollo! Te comieron la lengua los cartones, los terribles rincones de tu cómoda.
Comentarios
25 de noviembre
De otra realidad, o mas bien de una surrealista, estúpida e insensata, donde cabe todo, los contrarios, los opuestos, las dualidades, todo lo inverosímil, pero que sin embargo, es tragable, aceptable, asumible por la masa, grotesca y funesta.
me pregunto, a pesar de mi deseo, ¿me puedo bajar de este mundo?
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