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Suspicacias sobre Protocolo Acuerdo tributario

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En la noche de este martes 15 de julio, la sala del Senado aprobó en general, con sólo un voto en contra y una abstención, el proyecto de Reforma Tributaria presentado por el gobierno de la Presidenta Bachelet. A pesar de las inserciones en diarios, videos y editoriales de la prensa de derecha, el gobierno, a través del ministro de Hacienda, logro instalar dos objetivos claves de la propuesta inicial: la recaudación tiene que estar en US$ 8.200 millones y el término del mecanismo del FUT. De esta manera el refugio de elusión tributario construido por la derecha se estaría desplomando como un castillo de naipes, paradójicamente, con la participación activa de los arquitectos de esa exclusiva y privilegiada construcción destinada a minimizar el pago de impuestos a las grandes empresas y especuladores financieros.

Lo curioso en este desenlace es que, principalmente la UDI, desplegó una estrategia comunicacional para denunciar los efectos negativos que tendrían en la economía la eliminación del FUT y un aumento de los tributos, con consecuencias desastrosas para las Pymes y los sectores medios. Súbitamente, para ese sector político, una mala idea -por arte de birlibirloque- se transforma en algo digno de apoyar. Una lectura sobre ese cambio tan brusco de opinión es inferir que, al estar imposibilitados de atascar las reformas estructurales que se han presentado, optaron finalmente por evitar un mal mayor para los grupos de interés que ellos representan, concentrándose en influir posteriormente en desnaturalizar el proyecto, a través de las indicaciones que deberán ser plasmadas por el ejecutivo en la tramitación en particular de la iniciativa legislativa en el Congreso. Para tal efecto se están focalizando en darle una interpretación “flexible” al protocolo de acuerdo firmado, especialmente en lo que dice relación a las reinversiones de utilidades de las empresas y, por tanto, seguirán  ejerciendo presiones sobre el ejecutivo para definir la redacción de las indicaciones comprometidas en sus propios términos.

Sorprende, a la vez, que los reproches de constitucionalidad respecto del proyecto de Reforma Tributaria que había anunciado la derecha presentar ante el Tribunal Constitucional hayan sido desechados. Probablemente porque  invocar las causales de inconstitucionalidad para oponerse a cualquier iniciativa legislativa propuesta por el gobierno requiere de una fundamentada elaboración jurídica y, bajo ninguna circunstancia, ser utilizada para una maniobra de involucrar al mencionado tribunal en la contingencia política-legislativa, menos por la implementación de políticas públicas.

Es innegable que el protocolo de acuerdo tributario firmado por los miembros de la comisión de Hacienda del Senado ha dejado un manto de dudas sobre las eventuales introducciones que se le harán al proyecto inicial. Una de las dudas planteadas es que si permanecerán -con distinto nombre- ciertas exenciones y créditos similares a los conferidos por el FUT, puesto que el acuerdo mantiene la propuesta gubernamental de pagar el impuesto a las utilidades de las empresas en base devengada por renta atribuida, pero ahora como uno de dos esquemas optativos, lo que permitirá que los impuestos se sigan efectuando sólo sobre las ganancias retiradas. La complejidad de esta nueva fórmula, sin duda, acentuará la imaginación de los expertos en “planificación tributaria” que asesoran a las grandes empresas para reducir al máximo sus obligaciones impositivas.Es un dato no menor y que debe tenerse muy presente, considerando que la evasión y la elusión son directamente proporcionales a la complejidad de los sistemas tributarios.

Asimismo, faltan informes emanados del Ministerio de Hacienda sobre el contenido de la cuenta conocida como FUT de las empresas; es decir, no se conocen informes detallados y fidedignos sobre los montos de dineros que están registrados en este instrumento; cuantos se encuentran fuera de Chile; cuantos en las empresas que directamente produjeron los ingresos y cuantos han sido destinados a sociedades de inversión y cuál es la composición de los activos de las mismas. Algunas fuentes señalan que el FUT acumula cerca 300 mil millones de dólares en utilidades no retiradas (la tributación según “renta atribuida”, sin posibilidad de optar entre ambos esquemas impedía que el FUT siguiere acumulándose). La sanidad fiscal obliga esclarecer este punto.

A lo anterior se debe agregar las dudas manifestadas sobre la real posibilidad de recaudar US$ 8.200 millones de dólares y de que el Protocolo efectivamente cierre los forados de elusión y evasión, dudas que han sido expresadas por muchos economistas y analistas del sector financiero. Uno de ellos ha sido Claudio Agostini, académico de la U. Adolfo Ibáñez, quien es partidario de aprobar una reforma tributaria pero tiene aprensiones técnicas de que “El acuerdo tributario abre espacios de elusión mayores a los que había, genera ineficiencias grandes y dudo que recaude lo que quieren recaudar”.

También está la preocupación de Eduardo Engel, doctor en economía, por los posibles abusos “por parte de contribuyentes de altos ingresos que utilizan estas granjerías para reducir sus obligaciones tributarias. … y creen artificialmente una serie de empresas de tamaño pequeño con el objeto de pagar menos impuestos (una especie de multiRUT tributario)».

Por otro lado, el analista financiero Ángel Cabrera, de Forecast,  señala en El Mercurio “Toda la recaudación de la reforma original venía de la renta atribuida, de la eliminación del FUT y del aumento del impuesto de primera categoría. Por lo tanto, cambios en esas áreas pueden tener modificaciones importantes en la recaudación”. Otro analista de Econsult asegura “que podría haber una diferencia de US$ 4.700 millones al establecer el sistema de renta atribuida como optativo y permitir un modelo semi integrado de base percibida”
Otra de las interrogantes apunta hacia qué ocurrirá con el tratamiento del capital extranjero y con los tratados de doble tributación, teniendo en cuenta que si el sistema es semi entegrado, los inversionistas extranjeros podrían tributar bajo la tasa contemplada en los convenios (se pone como ejemplo el caso de Colombia que sería una tasa 0%), porque no estarían pagando la tasa que está en la reforma sino que menos.

Es crucial, entonces, que los partidos políticos de la Nueva Mayoría hagan valer con fuerza la esencia y los fines de los proyectos por los cuales la ciudadanía les entregó el respaldo electoral en la última elección

Por lo que toca a la tributación de la banca, es preocupante que su aporte no se considere para aumentar la actual recaudación fiscal, ignorando y sin darle la relevancia social y económica a las siderales utilidades que los bancos obtienen. En una reforma que busca mayor equidad tributaria la posición privilegiada de las entidades bancarias debería terminar.

Es urgente que el Ministerio de Hacienda responda estas dudas, cuantificando con mayor precisión los reales montos de recaudación y las medidas pertinentes para cerrar los espacios para la elusión y la evasión por la forma en que fueron establecidos los incentivos para las Pymes.

La derecha tratará de que la eliminación del FUT no cumpla los objetivos de cerrar los “agujeros” o focos que facilitan combatir la elusión y evasión de impuestos y que los mecanismos de reemplazo sigan dejando las puertas abiertas para exenciones en contravención al principio de equidad tributaria. Seremos testigos, por tanto, en los próximos días y semanas del deambular por el Ministerio de Hacienda de abogados tributaristas y el equipo técnico de RN y la UDI (encabezado por Juan Andrés  Fontaine) multiplicando el lobby para mantener los fundamentos del esquema impositivo vigente, jugando a la contención de la reforma en línea con su conducta de defensa de los intereses corporativos.

Es crucial, entonces, que los partidos políticos de la Nueva Mayoría hagan valer con fuerza la esencia y los fines de los proyectos por los cuales la ciudadanía les entregó el respaldo electoral en la última elección. Ese electorado espera que el ejecutivo y los parlamentarios de la coalición que respalda al gobierno actué con responsabilidad y coherencia en la tramitación de este proyecto, como también en las otras reformas estructurales pendientes. Es oportuno no olvidar que la legitimidad de los dirigentes políticos está bajo cuestionamiento creciente desde hace 2 décadas. Ahora es el tiempo de reivindicarse.

La lección que nos ha dejado esta iniciativa legislativa es que los integrantes de la NM deben  mejorar su trabajo político con la ciudadanía y ponerse de acuerdo con más prolijidad en los detalles de la implementación de la reformas estructurales que ya han sido instaladas ante la opinión pública, sin permitir que la derecha se aproveche de las fricciones, muchas de ellas de carácter personal, que se han manifestado en la coalición de gobierno. Por consiguiente, algunos de los presidentes de partidos de la coalición tendrán que modificar sus comportamientos y sus palabras (incluso las metáforas), como bien reconocen lo que más saben, crean realidades. Y las palabras y metáforas emitidas en el pasado reciente sólo contribuyeron a elevar aún más la compleja temperatura ambiente intrapartidos de la coalición.

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