En columna publicada en La Tercera, el académico de la Universidad de los Andes, Ricardo Leiva, señala que los comunistas plantean una ideología de, textual, «igualdad absoluta», concluyendo así la inconsecuencia de quienes practican dicha ideología al viajar en avión (enserio).
Me llama la atención, aunque se ha vuelto muy recurrente, la poca rigurosidad intelectual en que han caído algunos académicos de la derecha, salvo excepciones como Pablo Ortúzar, tanto Axel Kaiser, como Teresa Marinovic y ahora Ricardo Leiva, caen en afirmaciones caricaturescas más cercanas a la propaganda.La falta de equidad en la distribución de los frutos del trabajo en una determinada sociedad no corresponde ni siquiera al «egoísmo» de las personas, sino que a las relaciones de producción existentes en el capitalismo
Así, surge la pregunta, ¿Son realmente los comunistas igualitaristas? ¿Los comunistas buscan la igualdad absoluta? analicemos, y para ello, nada mejor que remitirse a quien Ricardo Leiva, debe considerar el padre de «los igualitaristas», Marx.
Marx en su crítica del programa de Gotha defiende el «derecho desigual» frente a la noción de igualdad. ¿Pero a que se refería Marx con aquello? Señalaba que todos los miembros de la sociedad tienen derecho a percibir el fruto íntegro de SU trabajo (producto social global). También, señala Carlitos, que si bien los medios de producción deben ser patrimonio colectivo de la sociedad, el reparto de los frutos debe ser EQUITATIVO (que estamos de acuerdo en que no es lo mismo que igual, ¿no?).
Señala esto porque existen condiciones materiales determinadas por hechos en la sociedad capitalista y no por el derecho. Por ejemplo, todos, absolutamente todos, los niños tienen los mismos derechos, pero el niño de menores ingresos, por regla general, irá a un colegio peor que el niño de altos ingresos, con lo que adquirirá, como decía Bourdieu, menos capital simbólico. Esas «inequidades» objetivas son por las cuales el marxismo señala la existencia de una igualdad de oportunidades y equidad en la repartición de los frutos del trabajo, que solo es posible variar modificando las relaciones de producción. A cada cual según su trabajo, a cada cual según sus necesidades, según Marx.
Para mayor precisión, la falta de equidad en la distribución de los frutos del trabajo en una determinada sociedad no corresponde ni siquiera al «egoísmo» de las personas, sino que a las relaciones de producción existentes en el capitalismo.
Sin duda el tema es más extenso, abordados por más teóricos y textos, que por obvias razones de espacio no puedo abordar completamente en esta columna, pero invito al señor Ricardo Leiva a leer el texto anteriormente mencionado y dejar a un lado los estereotipos y los clichés.
Si bien entiendo la asonada de la derecha en construir estereotipos (asociar una persona o grupo a una(s) determinada característica) porque estos mismos corresponden a una manifestación de la distribución del poder en la sociedad, me parece grotesco y ahora se comprende bien porqué un grupo de valientes en ese sector político se ha propuesto realzar la lucha intelectual, mientras otro grupo prefiere seguir creando estereotipos que ahorran el trabajo de informarse y pensar.
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