El Partido Socialista de Chile cumple 83 años de trayectoria política y como expresión vital de una cultura de izquierda volveremos a enarbolar nuestras banderas y símbolos, para significar la fidelidad de nuestros ideales, la convicción militante y el compromiso por alcanzar avances sustantivos en la justicia social y hacer de la vida partidaria un espacio para cultivar valores que nos alejen de una moral corrupta de algunos sectores políticos en la actualidad.
Para enfrentar este “presente vergonzante” en que a muchos les debe parecer extraño participar en eventos políticos o en festejos de aniversario donde se habla más del pasado que del futuro, debemos ir al rescate de nuestra filosofía: el marxismo, herramienta esencial para pensar la política y definir con acierto sus acciones.Les invitamos a celebrar que aún haya ciudadanos que creen en los partidos políticos, a abandonar la fase de “expectativa melancólica” para que el partido socialista cambie y reasuma su misión histórica, para volver a fundirnos en el crisol de las masas populares.
Aunque a muchos les suene a contra época hacerlo, hay que reconocer que el marxismo siempre ha sido no sólo cuestionado, sino negado por quienes, dados su interés de clase o su privilegiada posición social, no pueden soportar una teoría crítica y una práctica encaminadas a transformar radicalmente el sistema económico-social en el que ejercen su dominio y sus privilegios.
Por tanto, me permito recordar, a modo de homenaje al Partido que, en nuestra Declaración de principios fundacional, del año 1933 se: “adopta como método de interpretación de la realidad el marxismo, enriquecido y rectificado por todos los aportes científicos del constante devenir social”.
Significa que el análisis científico y el desarrollo sistemático de nuestras ideas nos llevarán a múltiples conclusiones las que deben ser confrontadas con la realidad social y política. A modo de ejercicio, basta con citar tres problemas que afectan a nuestro Partido y que es urgente resolver a la luz de nuestra ideología:
La inexistencia de una militancia orgánica, meritoria, que supere la afiliación actual que se expresa únicamente por la pertenencia a un padrón electoral.
La carencia de una matriz ideológica que dé cuenta de un desarrollo propio de las ideas y no impere el arbitrio del sentido común mediante la expresión de juicios absolutamente desideologizados.
La incapacidad de nuestra dirigencia y de las “bases pasivas” para reaccionar fieramente contra los corruptos y atacar todo atisbo de corrupción.
A cada problema le corresponde una solución que analizada en profundidad le dará más sentido a la organización partidaria y le impondrá un mayor compromiso a nuestra condición militante.
De este modo, respecto a los problemas planteados podemos afirmar lo siguiente:
Ninguna instancia partidaria ha declarado obsoleta la constitución orgánica del Partido Socialista a través de núcleos de formación política, de agitación y propaganda y con fuerte arraigo en las masas populares.
La educación política no vendrá de la academia, ni es deseable que así sea pues según Gramsci debemos ser capaces de formar nuestros propios intelectuales orgánicos, como productos de una práctica social sostenida para impulsar las reformas estructurales de la Nueva Mayoría.
La cotización obligatoria y el trabajo voluntario debieran ser las fuentes principales de financiamiento de nuestras actividades partidarias y las candidaturas edilicias y parlamentarias hacerlo a través de la ley de financiamiento de partidos políticos.
Por otra parte, recientemente venimos saliendo de un Congreso que pasó por detrás de la militancia, aún así nadie duda de sus resoluciones y podemos comprobar que los socialistas somos actores relevantes en las decisiones políticas de nuestro país, particularmente en la defensa y concreción del programa de gobierno de la Presidenta Bachelet.
El Partido Socialista ha tenido épocas gloriosas en la organización y conducción de los trabajadores y en especial durante el gobierno de la Unidad Popular, pero cabe destacar como la mejor herencia de nuestra historia, la experiencia adquirida durante la clandestinidad con una dirección política que a tan alto costo debió pagar su osadía de reorganizar al Partido y elaborar una propuesta programática para orientar el rumbo a seguir.
Les invitamos a celebrar que aún haya ciudadanos que creen en los partidos políticos, a abandonar la fase de “expectativa melancólica” para que el partido cambie y reasuma su misión histórica, para volver a fundirnos en el crisol de las masas populares y que la frase“el Socialistas a luchar resueltos a vencer” no siga siendo una linda estrofa de un himno que se nos quedó en el pasado por haber abandonado nuestros sueños.
Comentarios
18 de abril
¿resueltos a vencer a quien?, ¡si ya nos han vencido!, han ganado por goleada y todos somos sus súbditos aquí bajo el yugo esperando ordenes, Marx y su materialismo nos quitó el alma, se acabó, somos los que no queríamos ser pero estamos todos muy débiles para oponernos y hacer presente que somos personas, que teníamos sueños de libertad, ahora somos todos esclavos del estado. ¡vencieron hombre!.
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18 de abril
¿De sirven las ideologías o los modelos económicos, por buenos que sean, sino cambia el ser humano?
La historia demuestra que bajo cualquier forma de gobierno, cualquier ideología política y cualquier modelo económico, igual la masa ciudadana termina abusada y esclavizada de múltiples formas, en unas con cadenas en otras con tarjetas de crédito.
Nuestro máximo objetivo debiera ser humanizar al ser humano.
Saludos
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