La candidatura de Piñera se sustentó en el relato del crecimiento de la economía y mejores empleos. Objetivos que no han estado en concordancia con ese relato. El informe emitido por el Banco Central conocido a principios de febrero 2019, asumió que la actividad económica para este año no se traducirá en más empleos ni mejores salarios. Aspectos de la coyuntura externa e interna han enfriado a la economía y el Imacec de diciembre marcó un 3,3%, ubicándose por debajo de las expectativas del mercado y no trajo aparejado una mayor creación del empleo.
El actual momento puede ser solo un bache. Pero por ahora se observa que la economía se está de nuevo desacelerando, y no al revés, como publicitan las autoridades. El FMI rebaja las perspectivas de crecimiento mundial por la guerra comercial entre China y EE.UU para este año en dos décimas, y podría ser más si la salida de Reino Unido de la Unión Europea se produce sin acuerdo o si el enfrentamiento entre las dos potencias se recrudece («una amenaza que ya se refleja en la caída de la inversión», según la economista jefe del FMI, Gita Gopinath).
[texto_destacado] La defraudación de la población asociada a las expectativas están deteriorando el respaldo ciudadano a la gestión gubernamental. Asimismo, el asesinato del comunero mapuche Camilo Catrillanca, los casos de corrupción en Carabineros y las FF.AA y la promesa no cumplida de poner fin a la inseguridad -particularmente en materia de prevención e investigación- atenta contra la sensación de «tiempos mejores».
La política de militarizar la Araucanía ha sido un fracaso, al generar aumentar la violencia a niveles históricos. Por otro lado, los problemas de seguridad ciudadana en este gobierno solo se ha quedado en la escenificación de “puntos de prensa” que solo buscan réditos políticos, con una retórica de dividir binariamente a la oposición entre quienes están con la seguridad (mano dura) o con la delincuencia (los que se oponen a la militarización de las prácticas policiales). El país requiere con urgencia un debate serio sobre una política de Estado sobre seguridad que tenga como ejes principales la prevención, el uso racional y proporcional en el legítimo uso de la fuerza cuando se cometan delitos, alteraciones al orden público y la convivencia pacífica en todo el territorio nacional.
La seguridad requiere mucho más que una reiterada incontinencia verbal o eslóganes tipo Piñera como “delincuentes se les acabó la fiesta” sin especificar un basamento técnico. Bajo la lógica de simplificar el problema, en este período, se han alcanzado los índices de victimización más alto; el narcotráfico se está extendiendo y los “portonazos” y asaltos a negocios y establecimientos comerciales aumentan. En el caso de Carabineros, se les ha entregado facultades que en la práctica limitan las libertades públicas, lo cual se ha traducido en represiones desproporcionadas a manifestaciones sociales, montajes y asesinatos ante supuestos derechos a defenderse.
Es un gobierno que recurre mucho a las parafernalia comunicacional -“cuñas” efectistas- para establecer las políticas públicas y el control casi total de la agenda, las cuales son definidas en forma sistemática en base a las encuestas hechas por empresas con suculentos contratos con la administración de Piñera. Encuestas cuya metodología distan mucho de los cánones exigidos en esa disciplina y cuyo objetivo es sencillamente alterar la realidad y configurar el sentido de los “resultados” hacia las opciones que los mandantes de las mismas han decidido de antemano trascender a la opinión pública vía los medios de comunicación adictos. En esta tarea ha cumplido un rol fundamental la empresa CADEM.
Las temáticas abordadas por esas encuestadoras buscan generar e instrumentalizar pulsiones atávicas de la población, más que entregar datos para elaborar políticas públicas con el propósito de resolver los problemas de la población y solo pretenden polarizar políticamente al país en el estilo populista de Trump y Bolsonaro.
Una realidad que se hace aún más visible cuando el gobierno exhibe, además, problemas de desorden y descoordinación interna. Los incendios en el sur y las inundaciones en el norte así lo testifican. En el primer caso significó la remoción de la intendenta de Aysén y generó una controversia pública entre el ministro Andrés Chadwick con el intendente Jorge Ulloa. El alcalde UDI de Cochrane denunció la insuficiencia de recursos para combatir el incendio cuyo fuego se ha extendido a las 20 mil hectáreas. La tardía reacción de las autoridades centrales ante la catástrofe motivó al periodista Juan Cristóbal Guarello a sostener que el mandatario anunció la postulación de Chile para organizar el Mundial de Fútbol de 2030 como “cortina de humo” para ocultar todos los problemas que está teniendo Chile con los incendios forestales y las inundaciones en la zona norte.
Además, el Presidente Piñera nos sorprende que recaba más información sobre Venezuela que sobre las condiciones de la emergencia ecológica en el sur, como lo demuestra su tweet: ”Está lloviendo a Chuzo en Cochrane y eso contribuirá a apagar el incendio. Ahora nos concentraremos en los incendios de la Araucanía, BioBio y Nuble”. Otro ejemplo de su compulsión por la fake news.
Mientras la política exterior del gobierno sigue reducida a un solo tema: Venezuela y la creación de un bloque internacional, “Prosur”, de claro signo ideológico conservador -paradojalmente para contrarrestar el ideologismo de Unasur- en una evidente ruptura con la política exterior que caracterizó a Chile de priorizar instancias amplias de coordinación, cooperación e integración latinoamericana, alineándose en forma poco digna con la política errática, hegemónica y ultra conservadora de Trump.
Adicionalmente, la ministra de Educación, Marcela Cubillos, recorre el país con un eslogan engañoso: “devolver a los padres el derecho a elegir”. Un derecho que la ley de inclusión ya les tiene garantizado, lo que su proyecto “Admisión Justa” hace exactamente lo contrario al entregar más poder a los colegios para elegir, no a las familias. La ministra prefiere usar la demagogia en vez de centrarse en el problema de fondo, la cual es que la oferta de colegios públicos de mayor excelencia es ínfima frente a la demanda, por tanto, si un colegio tiene 200 postulantes para 50 cupos, siempre 150 alumnos (as) no tendrán cabida. Lo correcto, entonces, es aumentar la oferta de colegios públicos de buena calidad educativa y no seguir con falsear la realidad o atacar a los especialistas que disienten de ella, como lo hizo con la investigadora del CEP y ex integrante del equipo de Piñera, Sylvia Eyzaguirre quien expresó “que no es legítimo usar el drama de estas familias para hacer una movida política y echarle la culpa al nuevo sistema de admisión de todos los niños que no quedaron en los colegios que querían”.
Una política educacional seria requiere consenso técnico, no un frenesí de eslóganes, pero la ministra Cubillos ha decidido tirar por la borda la racionalidad, abusando de una supuesta ingenuidad popular, el sentido de las palabras y de la mesura, mostrando una compulsión al oportunismo y la manipulación. En momentos cuando lo importante es solucionar un problema de fondo -la escasez de oferta de educación de calidad en los colegios públicos- ella lo enquista más mediante la manipulación tóxica y azuzando ideales excluyentes para justificar elevar la crispación, agudizar el conflicto y dar un paso más hacia proyectarse en el poder sea como sea, cueste lo que cueste a la educación pública, que por lo visto, le importa poco.
Por otro lado, los argumentos para efectuar una contra reforma tributaria y laboral han quedado sin argumentos de peso, al comprobarse que manteniéndose vigente la reforma tributaria, la economía creció un 4% en el 2018. Paradojalmente, la realidad dura de la economía y la inseguridad son los ingredientes que actúan como un boomerang en la desaprobación del gobierno, agravado por la falta de tratamiento matizado de los problemas complejos que caracterizan a los “tiempos mejores”.
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Jaime Rubio Palma
Para lograr un cambio es necesario, como primer paso, una articulación política-legislativa en el Congreso de las «oposiciones» lo que permitiría prefigurar un escenario de cohesión programática que ayudaría a perfilar una OPOSICIÓN que de garantías de ser alternativa viable a la derecha.
Juan Ramon Tapia Barria
Me agrada las publicaciones de quinto poder. Yo aguantando los nuevos cambios espero sobrevivir los años que le falta a este gobierno .Saludos a todo el equipo .