La Acampada del Sol, Democracia Real Ya es un tema común para quienes obtenemos información vía web, o por televisión o diarios, a pesar de su poca difusión por estas vías.
Este movimiento, al igual que otros activos en diferentes países, tiene una matriz de origen de descontento generalizado contra un sistema capitalista, implantado en un modelo neoliberal, que tanto ha sido discutido, como tanto reformado, en donde ha triunfado lo último, sin duda. Para el caso español, esta crisis tiene un apellido especial, la socialdemocracia o tercera vía, que hoy se cuestiona más que seriamente, y tras ello, lo que los mismos españoles llaman “la indignación”.Esta indignación es común a varios de otros movimientos en Egipto, Siria, Yemen, y muchos más. Es la punta de lanza para comprender la indignación de la spanish revolution y otras como la nuestra.
La crítica a la democracia representativa es otra de sus características. Revelador es que el movimiento español no haya querido acercarse a referentes históricos como son la Izquierda Unida, o el mismo PSOE. Este movimiento ha nacido de la gente común, y para la gente y eso es algo que justifica, por lo menos por ahora, que no se requiera vinculación con partidos. Seguramente en la etapa de demandas necesitarán negociar, pero no representatividad.
Se pueden reconocer algunos puntos inflexión en este movimiento, puntos que nos pueden ayudar a generar reflexión para nuestras propias indignaciones, sin ánimo de comparar.
1. Como todos saben, este es un movimiento netamente ciudadano. Esto le ha dado un sello particular, que permite no solo a otros identificarse desde su propia indignación hacia el sistema, sino también ha generado el sentido del movimiento: todos son iguales. Por ejemplo los primeros lideres ya cambiaron.
3. Es una queja al sistema de partidos: la crítica es hacia el sistema electoral bipartidista, pero también hacia los partidos, y en la forma que se viene haciendo política. No basta con votar cada 4 años; es necesario que el poder sea distribuido también. Pero no están en contra de los partidos: más bien buscan un cambio en forma y fondo.
4. Confluyen muchos movimientos e intereses, pero todos bajo el mismo lema inicial: Democracia Real Ya, el sentido primario y ultimo. Aquí están los estudiantes, los anonymous, los de vivienda, pero no es la suma de sus partes, es la integración en indignaciones comunes lo que hace la diferencia.
5. El estilo o modelo es democracia participativa, clave para mantener este sentido, en donde todos tienen voz. La horizontalidad del poder es clave. Todo esto le da un ethos o un sentido diferente; no es una marcha, no es un conjunto de organizaciones, sino un movimiento colectivo.
Surgen preguntas a la luz de estos puntos de inflexión: ¿qué haría falta en Chile para comenzar a aglutinar las diferentes indignaciones y fuerzas?
Lo que hasta ahora ha sucedido, por lo menos en los últimos 20 años, es solo una diversificación de los intereses particulares, muy propia de esta democracia de muy baja intensidad, en donde los diferentes gobiernos se han dedicado a atomizar y hasta destruir el tejido social.
Por otro lado, la polaridad típica de un sistema binominal, pero más bien de pensamientos polarizados es una traba ante los hechos. Es bueno darse cuenta de que la integralidad del descontento es real en la medida en que se rompen las simplezas y damos espacios a pluralismo real, en los sentidos y en las prácticas.
Es necesario ampliar la mirada si queremos sumar y seguir, no todo comienza y acaba en las urnas, como decía un analista de encuestas en Chile hace poco. Para demostrar esto vemos como en España pasaron de las demandas iniciales a 4 grandes líneas de acción, identificando los cambios políticos que se requieren.
La duda es si podrá la spanish revolution transcender dentro de su orgánica democrática funcional a sus propuestas. Hasta ahora las diferencias, sus propuestas y sobre todo su estilo o método de democracia participativa (ver en http://madrid.tomalaplaza.net/) los distinguen de otras movilizaciones.
La duda en nuestro país es si se podrán articular las demandas de los diferentes movilizados, que permitan pasar a un movimiento transversal que recoja las diferentes indignaciones que nos aquejan. Lo que demuestran otros indignados es que se puede con algo simple: matando el frio y bloqueo mental que dice que no, o que solo se puede hacer pero de formas ya probadas. En Chile la indignación suma y suma, dejándonos también en un momento clave para poder avanzar en un cambio sustancial que a muchos nos convoca.
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Foto: Carlos Aragón
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