Tras la perdida del poder por parte de la Concertación el día 11 de Marzo, y desde mucho antes también, conceptos como renovación, caras nuevas, principes herederos, se han instalado en el debate público; si los presidentes debían renunciar, si Enriquez-Ominami, era un síntoma o un producto de 20 de años de gobierno. Las respuestas están, pero al parecer nadie quiere unirlas con las preguntas.
Buscaremos por meses o quizás por años, unir respuestas con preguntas, pero hay algo que podemos hacer ahora: dejar de hablar de RENOVACIÓN y empezar a hablar de REFUNDACIÓN. Sin ruidos ni estridencias, sin cónclaves, ni grandes discursos. Las formas de hacer política (las buenas obvio) no nacen de las oligarquías partidistas, sino del entendimiento de las nuevas relaciones y redes que el pueblo ( para los pre 73) o la gente (para los post franja del NO) va construyendo. No entender estas dinámicas, no sentirte parte de una identidad, no ser un canal de expresión de las demandas populares, no puede ser una opción sino un deber, y eso no lo está haciendo la Concertación.
Piñera no ganó por ser el mejor candidato (bueno se quedó en eso, un buen candidato), sino porque tuvo una mejor perspectiva de lo que el pueblo (o gente) pedía, Trabajo, Seguridad y Cambio ( sé que todo este discurso fue creado desde la hegemonía, pero era eso lo que imploraba). Mientras Piñera hablaba de "el candado a la puerta giratoria" nosotros hablamos de nueva constitución, pero un ciudadano en una población X no sabe lo que es una constitución, y porque es necesario cambiarla. Las lógicas del mercado, que nosotros avalamos, hicieron a las personas ignorantes de su medio, sus derechos y deberes ciudadanos.
La refundación debe empezar por las mentes. Ser joven no es predicado del verbo refundar. Debemos aglutinar a jóvenes con ideas nuevas (actitudes nuevas, si es posible también) y a viejos jóvenes, con la capacidad crítica desde su ideología política (no quiero ver más DC marxistas o socialistas de mercado) y desde su propia historia. La lucha por la recuperación de la democracia, en la Concertación, no fue sinónimo de democracia plena, inclusiva e igualitaria.
Ojalá que las ideas fuerzas de la próxima contienda electoral sean EDUCACIÓN, DEMOCRACIA, TRABAJO, JUSTICIA Y LIBERTAD (obvio que no de los mercados, esa ya la tienen hace rato).
Sin miedo al futuro, pero con un ojo en el pasado para no cometer los mismos errores.
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