Chile Vamos ha presentado 80 propuestas para un cambio a la Constitución, entre ellas “Un cambio al régimen político de Gobierno”. Proponen para tal efecto instaurar un régimen semipresidencial en el que conviva la figura del Presidente de la República con la de un Primer Ministro elegido por la mayoría parlamentaria. Es valorable que ese sector político haga explícito su proyecto de reforma constitucional, reconociendo que la actual Constitución tiene vacíos e imperfecciones graves en materia de derechos fundamentales y la composición orgánica e institucional del Estado y el régimen político.
Referente a la composición del régimen político. Hay consenso que existe un presidencialismo exacerbado en Chile, el cual concede demasiadas facultades a una sola persona, impidiendo resoluciones más colectivas en los asuntos públicos, lo que está a contrapelo con una democracia moderna. Se esgrime como alternativa un régimen semipresidencial, donde se mantenga una figura presidencial fuerte, dirigiendo las relaciones internacionales y la defensa, junto a un Primer Ministro, que sea jefe de la mayoría parlamentaria.
¿Quién designa a ese primer ministro en un Congreso Bicameral?, ¿La Cámara de Diputados? ,¿En forma conjunta con el Senado? En cualquiera de esas alternativas, sería el Parlamento el que tendría la función de nombrarlo. Estaríamos, lisa y llanamente, frente a un régimen parlamentario, con todas las dificultades que eso implica.
El argumento principal a favor del semipresidencialismo, donde el Primer Ministro sea designado por el Parlamento, es que obliga al Presidente a gobernar con mayoría en el Congreso y, eso eventualmente induciría gobiernos más fuertes. Ello no es tan efectivo, puesto que en países donde existe una generación separada del presidente y el primer ministro -el primero por votación universal y el segundo por el Parlamento- habitualmente ocurren crisis de gobierno que provocan cambios de gabinete (Portugal e Italia), y genera enormes dificultades para formar gobierno, como en España a consecuencia de la fragmentación y polarización de las fuerzas políticas en ese país.
Si el problema es resolver las discrepancias entre el gobierno y el parlamento, lo lógico es diagnosticar primero las causales porque no ha existido una conexión adecuada y fructífera entre ambos poderes del Estado. En Chile, la gestión colegisladora del Ejecutivo se ha visto perjudicada, fundamentalmente, por la falta de consenso en materias programáticas en la coalición gobernante, lo que complejiza la relación Gobierno versus Parlamento. Además, dicha importante función colegisladora es asumida, en la práctica, sectorialmente por distintos ministros con visiones muchas veces contrapuestas sobre el proyecto en tramitación, lo que ha generado dificultades para cerrar acuerdos, al no tener el Ejecutivo una voz unívoca en distintas materias.
La elección de un Vicepresidente reordenaría las facultades colegisladoras del Gobierno, zanjando con prontitud y claridad, los problemas relativos a las materias que provoquen puntos de vista contrastantes en las reformas político-institucionales presentados al Congreso y sin los contratiempos internos y situaciones caóticas observadas hasta ahora.
Si la causal de las relaciones tortuosas entre el Parlamento y el Ejecutivo son producto de las voces disonante provenientes del gobierno, sería más conveniente que, junto con la elección del Presidente de la República -en el mismo ticket- se elija un Vicepresidente para cumplir esas funciones. Por tanto, esa persona estaría dotada del poder otorgado por la soberanía popular y con las facultades necesarias para dirimir diferencias y moldear acuerdos en la tramitación de las leyes, vertebrando a la coalición de gobierno, evitando la mala gestión en ese ámbito y que es, como hacen referencia los partidarios del régimen semipresidencial, el origen de la grieta política entre el Gobierno y el Congreso.
Ese Vicepresidente, al estar empoderado, reordenaría las facultades colegisladoras del Gobierno, zanjando con prontitud y claridad -sin ambigüedades- los problemas relativos a las materias que provoquen puntos de vista contrastantes en las reformas político-institucionales presentados al Congreso y, no menos importante, sin los contratiempos internos y situaciones caóticas observadas hasta ahora. Manteniendo el principio democrático de que Gobierno de la República es generado por la soberanía popular.
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Jaime Rubio Palma
Estimado Gio s
La tentación por un régimen parlamentario, al pretender descartar el sistema presidencial, puede encerrar riesgos mayores que los que se desea subsanar. Es por ello que Sartori rechaza la alternativa parlamentarismo versus presidencialismo, pronunciándose a favor de una opción de régimen político adaptado en base a los requerimientos políticos y sociales del país, a partir de situaciones históricas especificas arraigadas en valores y padrones ampliamente compartidos en la sociedad.
El cambio del sistema electoral a uno proporcional en las próximas elecciones parlamentarias, amplificara aún más la atomización política en el poder legislativo, dificultando los acuerdos para formar un gobierno, en caso de optar por el parlamentarismo. El mayor fraccionamiento en el Parlamento y la falta de mayoría clara de un solo sector político, hacen difícil viabilizar constituir Gobierno, como sucede actualmente en España. En Chile tenemos un crecimiento exponencial de partidos. Las disensiones aumentaran para obtener identidad propia, debilitando posturas comunes en el escenario político nacional, lo que se traducirá en una cantidad desproporcionada de candidatos en las elecciones que, ineludiblemente, entorpecerá la conformación de mayorías en ese nuevo Parlamento, lo que hará que las negociaciones para la formación de una coalición de gobierno serán cada vez más arduas y complejas.
paolo
Sartori no dice que el sistema presidencial sea el adecuado para Chile. Solo dice que el sistema debe adecuarse a la realidad de cada pais, y bien pudiese ser que el sistema presidencial no se acomode a nuestra realidad tanto como un sistema parlamentario o semipresidencial. El paso del tiempo demostró que es compleja la combinación de presidencialismo y sistema proporcional, mucho más que la combinación de parlamentarismo con sistema proporcional. Pero además está mostrando lo que Juan Linz y otros han predicho de los sistemas presidenciales, y es que en ellos las crisis son serias y dificiles de solucionar, al no haber mecanismos claros de acuerdo entre el legislativo y el ejecutivo. Salvo en el presidencialismo norteamericano, donde el presidente no nombra a sus ministros, sino que los propone al Senado, si bien este no los puede destituir, lo que al menos exige un mayor sentido de orientación al no poder gobernar sin mirar las mayorias parlamentarias, aunque sea en una sola camara. Saludos atentos
paolo
Hay un punto de la columna que es rebatible, y es el párrafo final, que afirma que el presidencialismo permite que la soberanía popular elija directamente el gobierno de la república. En realidad la ciudadanía lo que elige es al presidente, no al gobierno, puesto que el presidente no es el gobierno. De hecho, el presidente nombra al gobierno, es decir a los ministros de Estado. A todos nos parecería antinatural la idea de una sola persona que sepa de derecho, economía, salud, educación, transportes, energía, etc. Por consiguiente los gobiernos son grupales, no son de una sola persona. Nombrar al presidente de la república no es equivalente a nombrar al gobierno, para hacerlo tendríamos que elegir por voto directo a cada uno de los ministros. El presidencialismo es un sistema representativo, no es democracia directa, y en el un representante (el presidente) toma decisiones por nosotros (elegir un gobierno). Mientras en el presidencialismo norteamericano el presidente y el senado nombran al gobierno, siendo también un sistema representativo, igual que el parlanentarismo (donde el parlamento nombra al gobierno). Son formas de democracia representativa, presidencialismo, semipresidencialismo y parlamentarismo, donde lo que las diferencia es la forma o el procedimiento como se nombra y remueve a los ministros de Estado, que son propiamente el gobierno. Saludos atentos
solopol
Si un presidente sale electo por un voto, es eso voluntad popular? Siempre he sido partidario de un sistema parlamentario, mejor incluso que un sistema semipresidencial. El parlamento es tan legitimo como un presidente, siempre que el sistema electoral sea justo, democratico. Por que va a ser la soberania del pueblo el que un presidente sea electo por unos pocos votos, como nosotros decidimos quien va de ministro, de secretario, alguna vez lo hemos decidido? Me parece mucho mas justo y mas democrata un sistema parlamentario, si queremos estado de bienestar como en muchos paises no podemos alcanzarlo a traves del presidencialismo, para qué insistir en un sistema que nos ha dividido tanto, que nos ha dado tantos dolores de cabeza… mejor reemplazarlo y llevar la politica a otro nivel, y no insistir en lo mismo. Para qué, si ya sabemos lo que se produce.