Se ha hablado mucho en los últimos tiempos sobre la necesidad de una rectificación sustancial en el gobierno y la Nueva Mayoría, o de la importancia de dar continuidad a lo que ésta ha realizado. Creo que este es un falso dilema. ¿Por qué? Porque se necesitan ambas.
Tenemos que rectificar en la capacidad de hacer política, la manera de construir acuerdos, la forma de gobernar, gestionar bien y el contar con una estrategia de crecimiento sólida. Y necesitamos continuidad en las transformaciones profundas iniciadas. ¿Alguien podría imaginarse Chile ahora sin los nuevos recursos que da la reforma tributaria, o sin educación superior gratuita? ¿O alguien podría pensar que el país puede seguir adelante sin una reforma al sistema previsional?
Lo interesante en el debate presidencial actual es que Ricardo Lagos aparece como quien puede realizar ambas cosas: es quizás el único que podría garantizar la viabilidad y la consolidación de las reformas. ¿Por qué? Debido a las características de su liderazgo que permite empujar el país hacia adelante, para crecer más, para impulsar proyectos de envergadura y unir convocando con más amplitud a todo el país para esas tareas. Solo el logro de ello es lo que permitirá dar las bases para mantener y sustentar las reformas de fondo.
Si no con Piñera podemos imaginarnos lo que sucederá, pero de seguir también con una situación como la actual sería muy frágil para poder sostener el reformismo. Aunque solo fuera porque sin mayor crecimiento no habría recursos para financiar estas reformas a pesar de la reforma tributaria.
Es este atributo del tipo de liderazgo que tiene Ricardo Lagos, el que pudiera hacernos pensar incluso – que pasado este momento de ira contra el establishment que recorre a mucha gente y cuando todos comiencen a enfocarse en quién podría gobernar mejor para el bien del país, acercándonos a la fecha de la elección presidencial – que se podría producir un significativo vuelco a su favor.
Además de la reflexión anterior los resultados de las elecciones municipales nos señalan algo muy destacable: que a pesar del castigo de nuestros electores que decidió no ir a votar, si sumamos ya sea en alcaldes o concejales los votos de la Nueva Mayoría, de los “descolgados” de la Nueva Mayoría, del PRO, y de la izquierda alternativa, tenemos aun a pesar de esa abstención, una mayoría electoral por los cambios profundos en Chile.
Lo interesante en el debate presidencial actual es que Ricardo Lagos aparece como quien puede realizar ambas cosas: es quizás el único que podría garantizar la viabilidad y la consolidación de las reformas.
Lo cual nos obliga a iniciar la reconstrucción política de esa mayoría por los cambios, que no será fácil, porque las posiciones más progresistas han sufrido un grave daño en los últimos años, por la mala gestión, tanto en el diseño como en la implementación de nuestras ideas y proyectos.
Se necesita para ello mucho más política de la que hemos hecho en los últimos tiempos, y de la buena política y se necesita un liderazgo capaz de convocar a una centro izquierda lo más amplia posible y un proyecto país que interprete e integre las distintas visiones y miradas que son parte de esa mayoría por los cambios que realmente existe en la sociedad, pero que no se está expresando bien a nivel político. ¿Por qué si en el pasado logramos ponernos de acuerdos en objetivos comunes teniendo diferencias mucho mayores que la actual diversidad, diferencias que eran a veces incluso antagónicas, no podríamos hacerlo hoy?
Un proyecto país, por ejemplo, que ponga en el centro el bienestar de la gente, que aunque uno de sus objetivos principales sea impulsar un mayor crecimiento, lo haga antes que nada pensando en cómo convertir ese crecimiento en bienestar para toda la población, incluyendo las reformas necesarias para lograr eso, podría ser un eje de conversación para ese fin.
Ante estos desafíos parece lamentable que no fluya la posibilidad de una primaria conjunta del PPD con el PS, para elegir su candidato presidencial, ya que esto sería como retomar la gran política por sobre cálculos menores y miedos, y sobretodo seria como dar reinicio a un proyecto socialdemócrata actualizado para Chile.
Víctor Barrueto – Presidente del PPD 2003-2006
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Y Agrego: de hecho probablemente al leer este artículo la ciudadanía se pregunta ahora si el país podría seguir adelante CON la reforma previsional que realizarán los mismos editores de las otras reformas.
Servallas
Estimado Jose Luis, el Sr. Barrueto no leerá nada de esto, mucha gente que fue o es importante en el país, pontifica, no escucha ni le interesa debatir algo o al menos reflexionar sobre lo que dice a la luz de otras ideas, de otros enfoques. Por una parte es cierto, y lo he dicho antes, Lagos mira en perspectiva, tiene una visión de estadista que quizás es única, pero lamentablemente no tiene compañía, y no podrá nadar a contracorriente, no puede hacerlo porque las fuerzas que lo pueden llevar a la presidencia tienen su agenda, y esta es mayoritariamente marxista, sesentera, quieren y sueñan una revolución, una refundación del país en la que el estado pueda controlar cada uno de los aspectos de la vida, lo vemos todos los días, y eso significa para ellos el » proyecto país» que el articulista señala, por otra parte, no se da cuenta que lo que se logró en el pasado en materia de acuerdos fue porque los grupos de presión ultra no ejercían demasiado influencia, y los hombres de entonces, eran otros hombres.
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El Sr. Barrueto quizá no leerá y aunque lo hiciera no se dará por aludido. Pero es bueno que quienes lo leen tambien lean algunas observaciones para que la piensen un poco antes de votar por él o sus «homologos».
Aún con lo que Ud. dice creo que Lagos maneja mejor los grupos de presión y usted ha visto que el apoyo ciudadano a esos grupos es cada vez menos claro. Creo que la izquierda se da cuenta que la senda sectarista puede provocar una reacción contraproducente. No creo que el pais se «derechize» pero camino a la moderación se hace claro para mi pero el país debe sentir presion de los dos lados y no uno solo.
Insisto que no importa el color de la camisa del chofer sino que nos lleve por buen camino o a lo menos evite el peór.
Agradesco el diálogo
Saludos
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Con todo respeto señor pero la reflexión sobre la capacidad de hacer política va por otro lado. Las personas de la calle no tenemos muy claro lo de la reforma tributaria, ni siquiera los contadores la entienden, no vemos que las arcas del estado se hayan fortalecido con la reforma tributaria, quizá sí para los políticos ya que usted la extrañaria, pero aca abajo vemos que con estas reformas la gratuidad no aumenta, son las becas las que disminuyen, la educación publica no mejora calidad sino que la empeóra, lo unico que aumenta es el desempleo, el resto disminuye y lo unico constante son los discursos de los políticos que demuestran cuan lejanos de la gente se encuentran.
Creo que la reflexión sobre hacer política debería ir por ahí señor.
Saludos