Para enunciar programas y comer pescado… mucho cuidado. ¿Políticos sordos? o ¿Ciudadanos gritones, desinformados o indolentes?
1.- Programas de Gobierno algo historia
Faltan sólo unos días para la segunda vuelta de la elección presidencial, para el período 2018-2022, y hay historia y futuros posibles como se ve a continuación como consultores en estrategia, planificación y futuros hace cuatro años atrás pedimos lo siguiente a los candidatos y candidatas con pretensiones de gobernar Chile:
“Desde hace años que venimos pidiendo a los candidatos a la Presidencia y respectivos equipos que presenten un proyecto que explique: el método(s)…, sus objetivos, los recursos disponibles y los resultados concretos que se pretende obtener al final de su período”. “En la última elección (la presidencial del 2013) esta petición ciertamente no tuvo acogida y sólo se obtuvo conjuntos o listados de acciones y deseos, cuya interconexión no estaba precisada y, por lo mismo, no era posible anticipar los logros al final de los 4 años. Hasta se argumentó que no era necesario tener un plan para el nuevo gobierno porque a nadie le interesaba” y algunos políticos -quizás más honestos que otros- declararon hace poco no haber leído sus propios programas de gobierno, otros que no eran necesarios pues la gente lo los leía.
Anticipábamos que de no explicitarse estrictamente los resultados a obtener por un “Programa de Gobierno” cualquiera de estos resultados podía ser bueno o malo y justificable según la ideología de los incumbentes, pero no así por la ciudadanía afectada por ellos.
Asimismo entonces hicimos ver a los responsables y comunidad nacional que: “un Programa de Gobierno que no considera con la debida anticipación los recursos humanos y materiales que dispondrá está sujeto a cometer muchos errores. Invertirá tiempo en sopesar el realismo de las promesas realizadas, en construir agendas para problemas que son antiguos (educación, vivienda, tributos, energía, relaciones con países vecinos, igualdad, criminalidad, justicia para todos, etc.), habrá tareas inconexas, y se llegará a metas intermedias de dudosa calidad, con improvisación en las personas y en los procesos utilizados”. Lamentablemente pronosticábamos que de no ser así: “Esto se corrobora con la urgencia en los procesos legislativos, con escasa discusión, que probablemente significa proyectos incompletos, con errores que se tienen que enmendar en cuanto se aplican”. Lo cuál como a todos consta así ocurrió.
Dimos a conocer con aprensión que: “Bajo estas circunstancias, se estima que los resultados a obtener a Marzo de 2018 -para el candidato que ganase serán una sorpresa, que tal vez agraden a algunas personas según sus ideologías, pero que no darán muchas luces a la comunidad, que verá un proceso de desarrollo y de igualdad imposible de evaluar en sus avances y que deseará que quién gobierne entre el 2018 y el 2022 tenga un programa coherente de gobierno”. Anticipábamos que de no explicitarse estrictamente los resultados a obtener por un “Programa de Gobierno” cualquiera de estos resultados podía ser bueno o malo y justificable según la ideología de los incumbentes, pero no así por la ciudadanía afectada por ellos.
Finalmente sugerimos públicamente urbi et orbi e informamos a nuestros relacionados en privado: “Con la debida anticipación, les pedimos a los presidenciales 2018 – 2022 que elijan el método que utilizarán para su plan de gobierno y de control y que empiecen ya a relatarlo, de manera que en el segundo semestre del 2017 los votantes puedan elegir, tomando como una base los resultados y metas que espera cumplir cada candidato, antes de la ir a las urnas. Desde luego, muchos consultores de empresas y ciudadanos estarán dispuestos a colaborar en la aplicación de este u otro método, que concite un interés mayoritario”. Lo anterior fue escrito en diciembre de 2014 y se puso en conocimiento de la comunidad, medios de comunicación, actores políticos, comunidades académicas y centros de estudios y ciudadanía interesada y puede ser verificado.
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